El 22 de abril del corriente año la revista Nature dio a conocer una información que luego fue levantada por las agencias de prensa Associated Press, Reuters, BBC News, Noticias de National Geographic y los sitios de la web en turco Radikal y Haber Türk: “se halló el ancestro terrestre de la foca”. El fósil de un animal terrestre se convirtió, una vez más, en una herramienta de la especulación darwinista y en el fundamento para la descripción antojadiza de su habitat. Se lo denominó "Puijila Darwin" y se lo describe como una forma transitoria, "nadadora con cuatro patas" y "con una cola que no tiene ningún propósito", con el objeto de que encaje en el escenario evolucionista.
Pero la evidencia científica refuta este enorme engaño.
Los darwinistas sostienen que el supuesto “ancestro terrestre" de la foca se trata de una especie semidesarrollada (es decir, transitoria) que vivió en la Tierra hace unos 24 millones de años. Semejante fraude lo podemos refutar con sólo dos de las millones de pruebas en contrario. Veámoslas.
1. CRANEO skull FOSILIZADO DE FOCA MANCHADA CON 84 MILLONES DE AÑOS DE ANTIGÜEDAD y CRANEO skull DE FOCA DE HACE 68 MILLONES DE AÑOS
Se trata de FOCAS ABSOLUTA Y COMPLETAMENTE PERFECTAS. Aunque los darwinistas sueñan con escenarios de “antecesores terrestres” de hace 20 millones de años, las focas, totalmente idénticas a las actuales, ya existían hace 84 millones de años y en los mismos mares que habitan hoy día su descendencia.
Si no se informase a la gente que las focas aparecieron sobre la Tierra sin antecesor alguno y con la misma estructura con la que las conocemos hoy día, los darwinistas --sin disponer de ninguna evidencia científica en la materia-- podrían engañarnos con el cuento de que hace 20 millones de años supuestos ancestros de las focas deambulaban por el planeta.
El método que utilizan, para hacer creíble lo imposible de demostrar, es ocultar, precisamente, la realidad científica y presentar como “verdad”, de manera desvergonzada, escenarios inventados salidos de sus mentes o suposiciones.
Sin embargo, una vez más se demuestra que los darwinistas ya no pueden inducir a error a nadie: sus antojadizas aseveraciones respecto a fósiles de formas transitorias quedan totalmente descartadas al confrontárselas con fósiles vivientes perfectos, es decir, con la AUTENTICA EVIDENCIA CIENTIFICA.
2. Presentaron un fósil que dijeron es de un Potamotherium. Sin embargo, los descubiertos anteriormente, se tratan todos de una especie de nutria de mar extinta, con aletas perfectas y un diseño físico ideal para vivir en el agua. Eran bichos casi idénticos a las nutrias actuales. Por otra parte, los fósiles de Enaliarctos (un tipo de león de mar extinto y perfecto nadador), incluidos en la misma categoría, son del Período Oligoceno (hace 33,7 millones de años). Pero el fósil denominado Puijila descubierto ahora, es de hace 24 millones de años (Período Mioceno). Entonces los darwinistas declaran que las especies nutria de mar y león de mar mencionadas, con 33 millones de años de antigüedad, representan especies en transición, con el objeto de incluir en esa misma categoría una forma de vida terrestre de hace 20 millones de años de edad carente de las características físicas adecuadas para la vida en el agua.
3. Los darwinistas sostienen, luego de haber encontrado ejemplares de Puijila en Groenlandia y en zonas cercanas al Polo Norte, que habrían evolucionado en esas regiones. Sin embargo, la realidad es que los lugares en donde aparecieron dichas formas de vida, supuestamente transitorias, son muy variados. Debido a que un ejemplar se encontró en Groenlandia, otro en Europa y un tercero en la costa noroccidental de EE. UU., los darwinistas, sin amilanarse, inventaron un escenario distinto para cada uno de ellos. Pero como los lugares en donde se los halló no tienen ninguna semejanza, fraguaron un nuevo escenario con el aparente intento de engañar a los desprevenidos.
Los darwinistas manifiestan que esos hallazgos de restos de animales terrestres (en determinados lugares) corresponderían a los ancestros de las focas, simplemente porque desean que sea así, con el objeto de sustentar la teoría de la evolución con una nueva falsificación. A fin de poder mantener que el animal vivía en el mar y no en la tierra, llegaron al extremo de sugerir que utilizaba las cuatro patas para nadar y no para caminar en tierra firme y que su cola carecía de toda utilidad. Los darwinistas ya no reconocen ningún límite a la hora de crear escenarios imaginarios. Pero, mal que les pese, todos los animales que consideran formas en transición, corresponden a criaturas con un diseño singular y permanente desde el momento en que fueron creadas. Si realmente hubiesen existido formas de vida transitorias, entonces deberíamos encontrar dispersos en todos los estratos del globo restos de animales extraños. Sin embargo, lo repetimos una vez más, todos los fósiles descubiertos pertenecen a seres vivos perfectamente delineados de manera acabada. Los evolucionistas, buscando escapar del tembladeral en el que se hunden, quieren presentar como reales supuestas criaturas en transición, absolutamente inexistentes.
Como ya hemos dejado en claro muchas veces, los 100 millones de fósiles desenterrados, que los darwinistas han intentado pasar por alto, sirven para demostrar de manera inequívoca el colapso de sus suposiciones. Cada vez que quisieron presentar algún resto como una "forma transitoria", chocaron, inevitablemente con especimenes de ese mismo tipo cuya existencia se remonta a millones de años atrás. Fósiles de foca con una antigüedad de 68 y 84 millones de años, desacreditan totalmente su nueva aseveración en la materia. Los darwinistas ya no pueden engañar a nadie. Aconsejamos a las publicaciones en cuestión que dejen de esparcir noticias engañosas y que se atengan a los hechos científicos.