El Profeta Lot (la paz sea con él), que se menciona en el Corán como un profeta al que se le concedió "… un criterio justo y conocimiento [del bien y el mal]", (Sura 21: Al-Anbiya’ (Los Profetas), aleya 74) transmitió el mensaje de Allah a su pueblo durante muchos años. Sin embargo, su pueblo, que transgredió los límites de Allah y practicó la homosexualidad, siempre reaccionó negativamente hacia él:

(80) Y [recordad] a Lot, cuando dijo a su pueblo: "¿Os entregáis a una abominación que nadie en el mundo ha cometido antes? (81) Vais a los hombres con deseo, en vez de a las mujeres: ¡sois, realmente, una gente desaforada!"

(82) Pero la única respuesta de su gente fue decir: "¡Expulsadles de vuestra tierra! ¡Son, en verdad, una gente que se hacen pasar por puros!"

(Sura 7: Al-Aaraf (La Facultad del Discernimiento), aleyas 80-82)

El pueblo del profeta Lot no sólo negó al mensajero de Allah, sino que también lo desafió abiertamente. Durante años, el Profeta Lot llamó a la religión de Allah pero, en vista de su intransigencia, pidió a Allah de esta manera:

(30) [Y] oró: "¡Oh Sustentador mío! ¡Auxíliame contra estas gentes que siembran la corrupción!"

(Sura 29: Al-Aankabut (La Araña), aleya 30)

Allah respondió a la llamada del profeta Lot y el pueblo insolente que le rodeaba pereció:

(34) ¡En verdad, haremos caer sobre la gente de esta tierra un horrible castigo del cielo en retribución por su iniquidad!"

(35) Y [así fue: y] de ella hemos dejado, en verdad, un signo claro para gente que hace uso de la razón.

(Sura 29: Al-Aankabut (La Araña), aleyas 34 y 35)

Como revela este ejemplo, la oración puede no ser siempre para el bien de los individuos o la felicidad en este mundo y el siguiente. Como en el ejemplo del Profeta Lot, muchos profetas también rezaron por la destrucción de los infieles.