(139) Y, CIERTAMENTE, Jonás era en verdad uno de Nuestros mensajeros (140) cuando huyó como un esclavo fugitivo hacia el barco cargado.
(141) Y entonces echaron suertes, y él fue quien perdió; (142) [y le arrojaron al mar,] donde se lo tragó un gran pez, pues se había hecho culpable.
(Sura 37: As-Saffat (Los Alineados en Filas), aleyas 139-142)
El Profeta Jonás abandonó a su pueblo a quien Allah había enviado como profeta. Como transmiten estas aleyas, se subió a un barco, donde se " echaron suertes, y él fue quien perdió." Como sabemos por el Corán, el Profeta Jonás, que no pudo perseverar en la tarea que Allah le había encomendado y abandonó a su pueblo, fue arrojado al mar, donde se lo tragó un pez. Arrepentido, el profeta Jonás oró a Allah:
(87) … "¡No hay deidad sino Tú! ¡Infinita es Tu gloria! ¡Ciertamente, he obrado mal!"
(Sura 21: Al-Anbiya’ (Los Profetas), aleya 87)
A cambio de su oración sincera, Allah lo rescató milagrosamente:
(88) Y entonces le respondimos, salvándole de [su] aflicción: pues así es como salvamos a los que tienen fe.
(Sura 21: Al-Anbiya’ (Los Profetas), aleya 88)
Entonces, Allah envió al profeta Jonás a una sociedad obediente:
(147) Y [luego] le enviamos [una vez más] a [su pueblo,] unas cien mil [personas] o más:
(148) y [esta vez] creyeron [en él]–y por ello les dejamos disfrutar de sus vidas por el tiempo que tenían asignado.
(Sura 37: As-Saffat (Los Alineados en Filas), aleyas 147 y 148)
En páginas anteriores, dijimos que Allah puede responder a una oración en forma de "causa - efecto" o, si Él quiere, puede responder con un milagro. Esto es fácil para el Señor de los cielos y la tierra y todo lo demás que hay entre ellos. En el caso del profeta Jonás, Allah eliminó todos los obstáculos aparentes y lo rescató del estómago de un pez. Éste es un claro ejemplo que muestra que no debemos desesperar del perdón de Allah y tenemos que ser constantes en nuestras oraciones. Siempre y cuando nos dirijamos a Allah de todo corazón, encontraremos una respuesta clara.