Encontrar un equilibrio entre la esperanza y el miedo es un factor muy importante cuando se trata de lograr un buen carácter. Mientras que la esperanza permite a los creyentes practicar su religión con entusiasmo, esfuerzo, fervor, alegría y celo, su respetuoso temor de Allah les hace poner la máxima atención en observar los límites establecidos por Allah, para evitar las cosas que Allah ha advertido, y para ser meticuloso cuando se trata de lo que está permitido y de lo que está prohibido estrictamente. El entusiasmo y el celo resultante de ser positivo, junto con la sobriedad, meticulosidad y sensibilidad como resultado del temor a Allah, son formas que embellecen el carácter de los creyentes y los acerca a Allah.
El Corán muestra que así como Allah desea que los creyentes no se desesperen sino que siempre se mantengan esperanzados y confiados, Él tambien desea que tengan asombro de Su gloria y un temor respetuoso hacia Él. De hecho, un temor así tiene un lugar importante en la religión y es uno de sus temas centrales. Aquellos que tienen un temor adecuado de Allah no se alejan más allá de lo que él ha ordenado y también tienen buen carácter. Mientras esperan su perdón y la misericordia, así como la aceptación en el paraíso, al mismo tiempo tienen un gran temor de Él, porque nadie tiene garantizado un lugar en el paraíso o la inmunidad de su castigo. Los creyentes sólo están obligados a hacer lo mejor y esperar la misericordia de Allah.
Además de este esperanza, tener un asombro por la gloria de Allah y temerle tiene un efecto positivo en la adoración de uno. Aquellos que tengan tal temor trabajarán más duro para ganar su Otra Vida y siempre tratarán de hacer buenas acciones. Aquellos que sólo tengan un temor débil son más propensos a asumir que ellos “llegarán al Paraíso de todos modos” o que “serán perdonados a la larga”, y así no se compromen en su culto con el mismo grado de amor y entusiasmo que lo hacen los que tienen el grado apropiado de temor. Aquellos que temen a Allah no tienen en cuenta sus buenas acciones como suficientes, y por eso siempre buscan complacerle al máximo. Sin embargo, ejerciendo sólo un poco de esfuerzo, cuando uno ha tenido grandes oportunidades, así como se dado a los deseos del ego, puede colocar las buenas acciones de otra persona en riesgo.
Como el Corán menciona, un alma puede estar equilibrada entre la esperanza y el miedo sólo si es sincera hacia Allah. Naturalmente, los que creen en la existencia de Allah y en la otra vida querrán estar entre quienes por Su favor, los introduzca al Paraíso. Aquellos que acuden a él sinceramente verán la superioridad y la perfección en todas las partes de su creación y, naturalmente, sentirán un temor respetuoso y impresionante de él. Este temor hará poner la máxima atención en actuar según el Corán y, con la paz y la confianza que surge de obedecer los comandos de Allah, pueden esperar el Paraíso. Por lo tanto los creyentes sinceros deben mantener un equilibrio natural entre la esperanza y el temor.
Allah ha llamado especialmente la atención al hecho de que los creyentes poseen estas dos características. Ambos son requisitos necesarios para tener fe y, cuando se sienten fuertemente en el corazón y se aplican, ambos guían a los creyentes de la manera recta y traen alegría, tanto en esta vida como en la siguiente. Allah les pide a los creyentes que se vuelvan y oren hacia Él, para mantener un equilibrio entre la esperanza y el miedo. Los versos relacionados son los siguientes:
Y no corrompáis las cosas en la tierra después del orden que se ha puesto en ella; e invocadlo con temor y anhelo. Es verdad que la misericordia de Allah está próxima a los bienhechores. (Sura al-‘Araf, 56)
Levantan su costado de los lechos para invocar a su Señor con temor y anhelo y dan de la provisión que les damos. (Sura de la Postración, 16)
Con este consejo de Allah, los creyentes oran con la esperanza de obtener el Paraíso y, al mismo tiempo, rezan con un poderoso temor de Allah. Un hadiz de nuestro profeta (saaws) también indica este estado: ¡Oh Allah! me rindo a Ti, encomiendo todos mis asuntos a Ti y dependo de Ti para tus bendiciones tanto con esperanza como con temor de Ti. (Bukhari)