El mismo Darwin fue el primero en descubrir que la hoja de ginkgo, que ha dejado abundantes restos fósiles en las capas geológicas de la Tierra, nunca había cambiado. Pero contrariamente a las conjeturas de Darwin, el ginkgo no es el único fósil viviente que ha sobrevivido hasta el presente.Los numerosos ejemplares de fósiles vivientes mostrados en este libro y miles de otros mostrados en museos refutan definitivamente a Darwin.