Dicen los Darwinistas: ¡Lo admitimos…. es falso que el ave sea el producto de la evolucion!
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Dicen los Darwinistas: ¡Lo admitimos…. es falso que el ave sea el producto de la evolucion!

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Hace rato que venimos desmintiendo, con los argumentos científicos del caso, todos los absurdos esgrimidos en defensa del evolucionismo. Y así procedimos y procedemos cada vez que se ha hablado y se habla de que las aves serían el producto de la evolución de los dinosaurios:

- Es algo totalmente imposible debido a las diferencias estructurales de aves y reptiles;
 
- No hay una sola evidencia científica que respalde ese antojo y los darwinistas jamás pudieron presentar, aunque más no sea, un fósil que lo indique;

- Siempre se comprobó que los supuestos fósiles de dino-ave presentados por los darwinistas no eran tales. Estos, en su incoherencia, llegaron incluso a pegar plumas a los fósiles de dinosaurios para “demostrar” lo imposible;
 
- Los darwinistas, con el objeto de sostener su posición, han intentado hacernos creer que algunos de los llamados fósiles vivientes eran ejemplares en transición. Pero una y otra vez se demostró, científicamente, que no constituyen evidencia de lo que esa gente plantea;
 
- Muchos darwinistas reconocieron lo bochornoso de sus argumentos;

- De todas maneras, lo principal es que existen aves fósiles que son mucho más antiguas que los dinosaurios y que esas formas de vida que los darwinistas aseguran se encuentran en estado de transición.
 
Si bien nosotros ya hemos presentado abundantes evidencias, concretas e incuestionables, que se ocupan de REFUTAR TOTALMENTE EL MITO DE LA TRANSICIÓN DE ESPECIES TERRESTRES A VOLADORAS, ahora son los propios darwinistas quienes admiten la imposibilidad del escenario que venían defendiendo:

"Los hallazgos se agregan a un creciente cuerpo de cosas ciertas que jaquean a la mayoría de las supuestas evidencias sostenidas respecto a la evolución animal".

¡Estas palabras pertenecen a dos científicos darwinistas de la Universidad Estatal de Oregón! En un estudio publicado en la revista Morfología, Devon Quick y John Ruben asestan un golpe mortal a la engañosa especulación que dice que las aves son producto de la evolución de los dinosaurios.

Al hacerse investigaciones sobre fémures de aves, se demostró que los mismos se encuentran mucho más inmóviles que los de animales sólo terrestres. Estos usan el fémur para caminar y correr, en tanto que las aves hacen esas operaciones con la parte inferior de sus piernas. La investigación de Devon Quick reveló que las variadas formas de andar, el fémur estático y los sistemas musculares de las aves, son decisivos para prevenir que colapsen sus sacos aéreos cuando respiran.

Quick plantea:
 
"Es esencial en su fisiología. Resulta muy extraño que nadie se haya dado cuenta de esto antes. La posición del fémur y de los músculos es fundamental en las aves en relación con el funcionamiento pulmonar, que a su vez es clave para el vuelo".
 
Lo notable y digno de destacar, es que los dinosaurios carecen de un fémur estático. El zoólogo John Ruben, profesor de la Universidad Estatal de Oregón, nos habla de esto:

"Los dinosaurios Terópodos poseían un fémur móvil, por lo que no podían tener un pulmón que operase como el de las aves. Si hubiesen tenido un saco aéreo abdominal, habrían colapsado. Esto socava un elemento crítico que se presenta como evidencia del vínculo dinosaurio-pájaro".

Continúa Ruben:

"Es realmente increíble que después de siglos de estudiar las aves y su vuelo, aún no se haya comprendido un aspecto básico de su biología”.

El científico también afirma que quienes sostienen que los dinosaurios evolucionaron en aves, ignorando la aparición de éstas en el registro fósil anterior a los dinosaurios, pasan por alto, deliberadamente, un "problema muy serio". Lo que dice el zoólogo es que lo que se presenta como prueba de la afirmación darwinista, es decir, la semejanza de los pulmones de las aves y de los dinosaurios, se esfuma con este descubrimiento.

Ruben también resume la razón por la que este hecho importante ha sido desconocido a sabiendas por los científicos darwinistas:

"Francamente, hay una gran cantidad de responsables de museos metidos en esto, un montón de profesionales comprometidos con un punto de vista particular, a pesar de que una nueva evidencia científica hace controvertible lo que sostienen".

En el estudio en cuestión, los mismos científicos subrayan también que las aves poseen otras "características especiales" que les capacita para recibir los niveles de oxígeno necesarios para el vuelo: LOS DINOSAURIOS CARECIAN ABSOLUTAMENTE DE LAS MISMAS.

El problema de los darwinistas reside en que la teoría de la evolución es un engaño.

Los descubrimientos realizados, por supuesto, invalidan la tonta idea de que las aves son un producto de la evolución de los dinosaurios. Y lo más importante es que provienen de darwinistas. Pero hay otro punto que necesita ser puntualizado: las dificultades que enfrentaría cualquier forma de vida que presumiblemente se convertiría en ave, van mucho más allá de las profundas diferencias en los pulmones.

Dios ha creado a los seres vivos con las mejores características respecto al medio en el que habitan y les ha dado una anatomía acorde con el mismo.

Es decir, Dios determina una concordancia entre animal y hábitat. En el caso del ave, fue creado con la singular capacidad de vuelo. Pero no es sólo el hecho de tener alas lo que lo hace posible. Cada detalle --desde los pulmones a los huesos, desde los sacos aéreos a las plumas-- está presente con ese objetivo, porque Dios, nuestro Señor Todopoderoso, lo dispuso así.

Por lo tanto, la enorme diferencia entre los fémures de una y otra especie no es más que una de las cientos de disimilitudes entre formas de vida distintas. Para que una forma de vida sólo terrestre (de todas las que los darwinistas proponen que sufrieron un absurdo pasaje a voladoras) se convierta en pájaro, se deberían identificar cada uno de los cambios necesarios y aleatorios, así como las coincidencias fortuitas que lo harían posible. Pero la ciencia moderna ha demostrado que cualquier acción azarosa produce la muerte o menoscabo de un organismo vivo. Por lo tanto, el gran problema de los darwinistas no radica en los pulmones de las aves o sus fémures, SINO EN LA FALSEDAD DE LA TEORÍA DE LA EVOLUCIÓN.

Dios Todopoderoso ha creado todo lo vivo de la forma más propicia. La contrariedad mayúscula de los darwinistas reside en su incapacidad para explicar esa creación tan adecuada en términos de casualidad. Dios es Quien, al originar una complejidad sin igual, hace que la teoría de la evolución resulte demolida ante la estructura, por ejemplo, de una simple proteína. Es así como Dios engaña a los engañadores, sostenedores de una ideología herética con la pretensión de engañar a toda la humanidad. Mientras se hace cada vez más patente las mejores de las formas en los seres vivos y mientras el darwinismo no se ve justificado por un solo fósil de alguna criatura en transición, se advierte lo ineludible de su colapso total, Dios mediante.

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