El Vaticano, símbolo del cristianismo, HA CAPITULADO FORMALMENTE ANTE LA DICTADURA DARWINISTA.
El Vaticano, en vez de alabar a Dios Todopoderoso y recordar a los seres humanos que El es el Unico poseedor del sublime poder creativo, SE DEDICA A JUSTIFICAR EL DARWINISMO, el cual arrastra al mundo hacia el ateísmo y un sistema represivo.
El Vaticano SE HA SOMETIDO A LAS AMENAZAS DE LA DICTADURA DARWINISTA.
En verdad, es una desagracia ver que el Vaticano se presta a convalidar la propaganda darwinista y a apoyar todos sus desatinos, como se pudo apreciar durante la última conferencia científica que auspició, SILENCIANDO a los proponentes del hecho de la Creación.
En la misma [es decir, en la tercera Conferencia Internacional de STOQ (Ciencia, Teología y la Cuestión Ontológica), denominada "Evolución Biológica, Realidades y Teoría”, que dio comienzo el 3 de Marzo de este año en la Pontificia Universidad Gregoriana con el patrocinio del Pontificio Consejo para la Cultura del Vaticano y la colaboración de la Universidad de Notre Dame] se pudo apreciar la abierta defensa del ateísmo, AL MISMO TIEMPO QUE SE EVITABA QUE LOS DEFENSORES DEL CREACIONISMO PUDIESEN HABLAR, LLEGANDOSE INCLUSO A ARREBATARSELE EL MICROFONO A UNO DE ELLOS PARA LUEGO SACARLO DEL RECINTO. La única razón para este comportamiento totalmente anticientífico y despótico es que los darwinistas no pueden tolerar una simple pregunta: "¿Tienen ustedes, aunque más no sea, un fósil que evidencie la transición?". Saben que no pueden exhibir absolutamente nada Y QUE ESTAN DEFINITIVAMENTE DERROTADOS DEBIDO A LA IMPOSIBILIDAD DE HACERLO, POR MAS QUE AHORA SE PRESENTEN COMO “VENCEDORES”. Es por eso que pretendieron que a la sala de conferencia no ingrese ningún creacionista. Debido a ello y según la agencia de noticias Reuters, se hicieron oír "acusaciones de censura y de comportamiento antidemocrático y no académico". Y el Vaticano se puso abiertamente del lado del darwinismo (intrínsicamente ateo) y no del lado de los creyentes en Dios.
El Vaticano, amedrentado por las terribles amenazas de los masones, los ateos y los círculos que intentan destruir la religión y oprimir al mundo, se puso del lado de esa gente en vez de colocarse del lado de la verdad, con lo que comete el terrible error de prestarse de una manera increíble al juego de los darwinistas. Se equivoca la Santa Sede al creer que estos engañadores son muy poderosos. Además de que están defendiendo una causa inverosímil desde el mismo inicio, su “poder” no cuenta para nada frente a la Omnipotencia de Dios Todopoderoso. Además, COMETE UN GRAVE ERROR con su actitud, pues siembra el equívoco entre los creyentes sobre la realidad de la vida. Hoy día todos saben, entre otras cosas por las pruebas aportadas por medio de EL ATLAS DE LA CREACION, que el evolucionismo es una mentira. Pero al decir el Vaticano que el evolucionismo no es incompatible con el cristianismo y al guardar silencio frente a las aseveraciones creacionistas --con lo que acepta, de hecho, la dictadura darwinista en su propia casa--, se ha atraído la crítica de todo el mundo cristiano.
No cabe la menor duda de que Dios Todopoderoso protegerá a los creyentes sinceros y les concederá la victoria final. Y el Vaticano, que se ha olvidado de esto bajo la presión de una ideología pagana, debe corregir esta situación. No hay que olvidar que sólo Dios nos protege, para bien nuestro, o nos deja librado a nuestra propia suerte, para mal nuestro. Y estar junto a Dios y recibir Su protección entraña creer en Dios y no en el darwinismo.
Los darwinistas se frotan las manos de contentos al imaginar que han logrado llevar al descarrío al mundo cristiano. Sin embargo, siempre se encontraron con que la gente, frente a todas sus intrigas, lo que hace es volverse a Dios y abrazarse a El con más fuerza. Y parece que eso es lo que está sucediendo ahora. Lo único que lograron, logran y lograrán quienes en todo el mundo se comprometen con el darwinismo y el ateísmo, es LA DERROTA FINAL. Y cuando Dios lo disponga, esa derrota se les manifestará incluso de una manera más patente.