El darwinismo trata de hacer que la gente crea que la coincidencia, la deidad falsa de la evolución, ha formado células, organismos, animales, plantas y hasta humanos. Los darwinistas sugieren explicaciones irracionales, incluso ridículas, que la ciencia no puede apoyar, y después buscan evidencia falsa para ellos. Ese es el motivo por el cual buscan formas intermedias en los registros fósiles. Pero tal como en el caso de este aliso fosilizado de la era del Eoceno (hace 54 a 37 millones de años), las capas geológicas ofrecen los restos de seres vivientes que no han cambiado—lo cual quiere decir, que no han evolucionado.