Los registros fósiles revelan que los vegetales nunca sufrieron procesos evolutivos ni poseen antecesores de los que surgieron. El pez siempre fue pez, los pájaros siempre fueron pájaros, las arañas siempre fueron arañas, los pinos y los abetos siempre fueron pinos y abetos y los rosales siempre fueron rosales. De la misma manera, los robles siempre fueron robles, como lo confirma la hoja petrificada que vemos aquí.