Los escarabajos de este orden se distinguen por tener hasta 100 glándulas de seda distintas. Cada una se abre al exterior por un pelo hueco. De esta forma, las arañas tejen refugios en los cuales viven. En climas templados, construyen sus nidos con tejidos de cera más densos y se retiran dentro de ellos durante aquellas épocas del año en las que el clima no es apropiado. Habiendo permanecidos iguales por decenas de millones de años, estos escarabajos desafían la teoría de la evolución.