El darwinismo constituye el fundamento de la crueldad en el planeta y es el caballito de batalla del anticristo en nuestra época. Pretende, centralmente, separar a las personas de Dios. De ahí que sea la masonería la que más se esfuerza por imponer en la sociedad la teoría de la evolución. La revista Mason Magazine (impresa en Turquía por dicha gente) lo explica así:
“La teoría de la evolución de Darwin demostró que muchos eventos naturales suceden sin la intervención de Dios”1 (Por supuesto, Dios está más allá de semejante cosa).
Los masones se empeñan en hacer creer que la teoría de la evolución es absolutamente científica, con el objeto de sustentar y propagar sus inmensas mentiras. De todas maneras, las especulaciones evolucionistas no cuentan con ninguna evidencia científica que le den respaldo y hoy día se han desintegrado completamente debido a los 250 millones de fósiles que las refutan y debido a otras cuestiones que hacen incuestionable la Creación. LA TEORIA DE LA EVOLUCION ES EL MAYOR FRAUDE Y ENGAÑO JAMAS PRESENTADO EN EL NOMBRE DE LA CIENCIA.
Otra publicación masónica, Mimar Sinan, hace la siguiente consideración sobre el darwinismo:
“Hoy día, en todos los países del mundo, la única teoría valida es la de Darwin y las que devienen de ella”2.
La masonería intenta imponer el darwinismo como una teoría científica, pues le sirve de herramienta para sus fines siniestros. Por ende, una de sus obligaciones principales es propagarlo. La revista Mason Magazine se refiere a este “deber masónico”:
“El mayor deber masónico y humano es respaldar la ciencia positiva, difundirla y educar en la misma (es decir, en el darwinismo), teniendo en cuenta que es la única manera de (expandir) el evolucionismo”3.
Un importante referente de la masonería, Selami Isindag, describe en su libro Masonluktan Esinlenmeler (“Estímulos de la Masonería”) cómo consideran a los humanos a la luz del evolucionismo:
“Desde el punto de vista del evolucionismo, los seres humanos no se diferencian de los animales. La única fuerza que opera en el desarrollo y evolución de los primeros, es la misma a la que están sometidos los segundos”4.
La masonería, como estructura del anticristo y para lograr sus objetivos espurios, se vale del darwinismo, debido a que éste sostiene que los humanos son animales que pasaron a existir por casualidad. Por eso lo respaldan, lo aceptan como científico y lo defienden. Y para difundirlo se valen de la opresión, la imposición, la crueldad y la mentira.
Para comprender mejor esto, examinaremos de qué manera la masonería apoyó y presentó la ideología del anticristo en la época de Darwin.
Darwin Recibió el Apoyo de la Masonería
Algo importante que prueba que el darwinismo es uno de los timos más grandes usado por la masonería, es la resolución adoptada por ésta en una de sus reuniones. A pesar de que los masones se burlaban de las suposiciones de Darwin, El Consejo Supremo de Mizraim Grado 33 de la Masonería de París las promueve como ciencia. Dice el acta:
“Es con este objetivo en vista (es decir, que el evolucionismo es una teoría científica) que promovemos a través de nuestra prensa una confianza ciega en él. Los intelectuales, engreídos por sus conocimientos carentes de toda verificación lógica, difundirán toda la información que nuestros especialistas les harán llegar, luego de arreglarla convenientemente, con el propósito de educar sus mentes en la dirección que queremos. No supongan en ningún momento que lo que decimos son palabras huecas: esmérense para percibir que, gracias a nuestros arreglos, impulsarán el éxito del darwinismo…”5.
La masonería de los EE. UU. adoptó la resolución de Mizraim casi de inmediato. Por su parte, la revista New Age, en su edición de Marzo de 1922, dijo que el reinado de la masonería se establecerá por medio del evolucionismo aplicado al ser humano en particular y a todo en general.
Como podemos ver, la falsa imagen de científica de la teoría de la evolución es algo urdido por las logias masónicas de grado 33. Esta gente admite abiertamente que usarán a los estudiosos y a los medios de información bajo su control para presentar su superchería como algo científico, aunque la encuentran risible. Y cuando dicen que gracias a sus manipulaciones el darwinismo alcanzará un éxito considerable, se refieren al buen resultado alcanzado en su infiltración en las universidades, en las escuelas, en los libros de texto y en la mayoría de los medios de comunicación, así como en silenciar y obstruir los criterios y actividades antidarwinistas, recurriendo incluso al “apriete”. Además, sus patrañas alcanzan un “éxito” mayor al forzar a la Iglesia Anglicana a pedir disculpas por sus críticas a Darwin y al apremiar al Papa para que realice conferencias prodarwinistas en el mismo Vaticano. Queda en claro que la estructura del anticristo, para imponer sus criterios perversos, opera de manera efectiva a través de las logias masónicas.
Otra evidencia importante de la relación entre la masonería y el darwinismo se encuentra en las actividades que desarrolló Thomas Huxley, el más entusiasta sostenedor de Darwin en vida de éste y a quien se lo denominó el “bulldog de Darwin”. Fue miembro de la Sociedad Real Para el Avance de la Ciencia Natural, fundada en 1660, una de las instituciones científicas más importantes de Inglaterra. Todos sus miembros, sin excepción, eran masones6 y 7.
Aunque no ameritaba nada en particular, fue aceptado oficialmente en esa institución siendo muy joven debido a que lo consideraban un importante y ferviente defensor de Darwin.
El y otros miembros de la Sociedad Real apoyaron al autor de “El Origen de las Especies” antes y después de su publicación. Y el respaldo era tal, que la institución empezó a otorgar la “Medalla de Darwin” –como si fuese un Premio Nobel– a los científicos que consideraban digno de ello.
En resumen, Darwin, quien también era masón, no estaba solo, sino que tenía el respaldo organizado en lo que se refiere a la presentación y divulgación de sus elucubraciones. Ese respaldo provenía de una clase social y de los grupos constituyentes de la masonería. El teórico marxista Antón Pannekoek se refiere en su libro “Marxismo y Darwinismo” a ese hecho significativo y explica cómo recibió el respaldo de la burguesía, es decir, de la clase capitalista rica de Europa:
“Todos saben que el marxismo debe su importancia y posición al papel que cumplió en la lucha de clase del proletariado… no es difícil constatar que por la misma experiencia pasó el darwinismo. Este no es sólo una teoría abstracta adoptada por el mundo científico después de discutírsela de modo rutinario. No. Apenas presentado, contó con defensores y oponentes apasionados… El darwinismo también jugó un papel en la lucha de clases, motivo por el cual se expandió tan rápidamente, sin faltarle sus grandes detractores y sus grandes vindicadores…”8.
Lo expresado exhibe porqué la masonería da tanta importancia a la teoría de la evolución: su objetivo es imponer que los seres humanos y todo lo existente se corporizó por casualidad. Por supuesto, se trata de algo erróneo presentado como cierto y basado en la filosofía materialista, filosofía que es esencialmente falsa. Según la masonería, la teoría de la evolución es el único método o camino para negar la existencia del Creador (Sin duda, Dios está más allá de esa patraña) y aceptar a lo que llaman “casualidades”, como “deidades”. A eso se debe que respalde, defienda, difunda y proteja los supuestos evolucionistas en toda circunstancia, aunque para ello deba recurrir a las falacias y a acciones inhumanas. Ese es el motivo por el que tal mentira es protegida con gran ahínco. Esa es la razón por la que el mundo está dominado por la dictadura darwinista.
EL DARWINISMO ES LA FILOSOFIA ESENCIAL DE LA MASONERIA -2-
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NOTAS
1 Mason Magazine, Issue: 25-26, p.14
2 Mimar Sinan Magazine, Issue 38, 1980, p. 18
3 Türk Mason Magazine, Issue: 25-26, March 1977, p. 59
4 Dr. Selami Isindag, Sezerman Kardes VI, Masonluktan Esinlenmeler [Inspirations from Freemasonry], İstanbul 1977, pp. 78, 110.
5 John Daniel, Two Faces of Freemasonry, Day Publishing, 2007, p. 121
6 Albert G. Mackey. "Charles Darwin and Freemasonry". An Encyclopedia of Freemasonry New York: The Masonic History Company, 1921, Vol. III
7 John J. Robinson, Born in Blood, p. 285
8 Anton Pannekoek, Marxism and Darwinism, Translated by Nathan Weiser, Chicago, Caharles H. Kerr & Company Cooperative