El fósil de araña de 50 millones de años de edad aquí ilustrado es una prueba que muestra que las arañas nunca evolucionaron, sino que siempre han existido como arañas. No hay diferencias entre las arañas que vivieron hace 50 millones de años y las que viven en la actualidad. Esto revela, una vez más, que la teoría de la evolución es un producto de la imaginación, y que Dios ha creado todos los seres vivientes.