Dentro de este ámbar de 45 millones de años, hay dos especies distintas. Como puede verse en la imagen, las tres mosquitas y la avispa han dejado sus restos. De acuerdo a la teoría de la evolución, estos insectos deberían haber tenido características primitivas y deficientes hace 45 millones de años, comparados con sus homólogos actuales. Un gran número de cambios en estas criaturas deberían ser visibles ahora, después del proceso imaginario de la evolución, en una duración de millones de años. No obstante, no existe ni la más mínima diferencia entre la apariencia de tanto las mosquitas como las avispas de hace 45 millones de años y sus homólogos “fósiles vivientes” de la actualidad.