Este fósil con unos 500 millones de años y de cinco brazos, es un ejemplar raro que ha preservado muy bien sus particularidades. No hay ninguna diferencia entre la estrella de mar fosilizada que vemos y las que viven hoy día. Al igual que las demás criaturas, nos enseña que los seres vivientes no evolucionaron y no sufrieron ningún cambio a lo largo de cientos de millones de años.