Los grillos son redondos y de colores brillantes, con cabezas grandes, alas cortas y antenas largas. Tienen alrededor de dos centímetros (0,8 pulgadas) de largo y durante el día se esconden en los hoyos que han cavado. Sólo los machos producen sonidos, para atraer a las hembras, al frotar sus alas la una contra la otra. En el ámbar aquí mostrado, se puede ver un grillo, el cual ha sido preservado sin degradarse por 45 millones de años.Cuando examinamos los ejemplos recientes de este insecto, vemos que tienen los mismos rasgos desde el día en que fueron creados. Para decirlo de otro modo, nunca evolucionaron.