La Cuenca de Araripe en Brasil alberga una variedad fantástica de fósiles de principios del cretáceo que conservan perfectamente hasta las estructuras más menudas. Incluso algunos restos mantienen su carácter tridimensional. Las cucarachas actuales son idénticas a las que nos muestra el fósil típico de una de ellas, de hace 18 -92 millones de años, como el que vemos aquí. En el mismo, se puede examinar detalladamente el pronotum (elemento a modo de escudo detrás de la cabeza) y la venación de las alas. Este es otro ejemplo que invalida la teoría de la evolución.