Los registros fósiles refutan completamente el panorama propuesto por los evolucionistas. Sin embargo, incluso aquellos evolucionistas que no han perdido la habilidad de evaluar los hallazgos científicos de una manera imparcial admiten que los registros fósiles argumentan contra la teoría de la evolución, porque este hecho es evidente.Una de estas pruebas es el fósil de áfido de 50 millones de años de edad aquí ilustrado. No hay diferencias entre los áfidos que vivieron hace 50 millones de años de edad y los que están vivos hoy. Esto demuele completamente la afirmación de que los seres vivientes lograron sus formas actuales por un proceso de cambios graduales.