El terror es una de las amenazas más grandes que enfrentamos en el siglo XXI porque para sus ejecutores la violencia es el único camino para alcanzar objetivos políticos. El hecho o caso en particular sobre el que van a actuar depende de su visión del mundo. A los ojos de los terroristas los conflictos y alternativas políticas pueden resolverse exclusivamente por medio de la violencia: sólo pueden conseguir lo que quieren por el camino de “la sangre y el acero”.
Creen que sus metas --lograr lo que demandan, defender lo que divulgan-- son únicamente alcanzables dañando el tejido social o haciendo naufragar a los individuos en el miedo y la incertidumbre. Esa gente sostiene que de la destrucción surgirá lo que denominan “la justicia y la probidad”. Pero es una brutal equivocación esperar que los actos de terrorismo puedan establecer esos bienes tan preciados o que los problemas sean resueltos de esa manera. La violencia es contraproducente. El que vive sólo mediante la espada, muere a espada.
Dios describe a gente así como los que corrompen en la tierra... (Corán, 13:25). Lo único que han hecho hasta ahora es aumentar la cantidad de muertos, tanto de inocentes como de gente de sus propias filas o simpatizantes. Cada año sus ataques provocan que miles de personas vivan en el temor y la ansiedad y sufran perjuicios económicos, sin hablar de los asesinados y heridos. Se ha convertido en un deber urgente y primordial combatir el terrorismo debido a la impresionante cantidad de víctimas que produce y a la amenaza que representa para toda la humanidad.
Aquí vemos a Bhagwan Shee Rajneesh, líder de un culto desviado, con sus seguidores. Esta gente envenenó a 750 personas en Oregón (Norteamérica).
Se estima que en el mundo hay unos quinientos grupos terroristas, incluidos los carteles internacionales que controlan el negocio de las drogas, las armas y la prostitución, como así también las organizaciones clandestinas, movimientos marginales, grupos ideológicos radicalizados y grupos religiosos desviados.
Muchos de ellos operan dentro de sus propios países pero otros tienen como objetivo a naciones que denominan “enemigas”, atacando a lugares o personas prominentes pues calculan que eso despertará el accionar o la atención de mucha gente debido a la fama o notoriedad alcanzada.
El terrorismo ya existía en épocas primitivas y se expresaba entonces a través de organizaciones esotéricas como la de los sicarios o asesinos. En los tiempos modernos reaparece con los cuadros combatientes de la Revolución Francesa (sans-cullotes) o el nihilismo ruso del siglo XIX. En el siglo XX pasa a un primer plano por medio de numerosos atentados y el elevado número de sus perpetradores. Las armas de destrucción masiva y el rápido avance tecnológico les hicieron la tarea más fácil y devastadora.
En el decenio de 1960 ya muchos se preguntaban qué pasaría si un grupo terrorista consiguiera apoderarse de algún tipo de arma atómica. También se presentaba la posibilidad de que un arma química o biológica borrase del mapa pueblos enteros. Por suerte hasta ahora no se dieron ataques de ese tipo. Pero la posibilidad de los mismos aumentó en el decenio de 1990. Esa preocupación se acentuó con el colapso de la Unión Soviética y el debilitamiento del control sobre su arsenal nuclear. La expansión de Internet y la facilidad para el acceso a la información elevó esa angustia.1El pánico a ese flagelo se convirtió en el tema de cientos de películas y libros. Se escribieron muchos informes acerca de las posibles consecuencias y se investigó mucho en tal sentido. Como es obvio, hoy día los terroristas pueden ir mucho más lejos que eso a lo que nos tenían acostumbrados. Es decir, ya es posible perpetrar ataques por control remoto o computadoras, sin ninguna intervención humana directa.
El atentado de Oregón fue una señal importante de la amenaza que representan los grupos terroristas que posean armas biológicas.
Aum Shinrikyo
Se espera que la tecnología informática juegue un papel importante en el siglo XXI en las agresiones de ese tipo de gente. Mientras tanto se siguen ejecutando formas más “convencionales”, como bombardeos, ataques incendiarios premeditados, secuestros en tierra y en el aire en todo el mundo, desde Europa hasta América, desde Asia hasta Africa. Por ejemplo, los miembros de la organización terrorista ETA (Euskadi Ta Askatasuna), que dicen luchar por la independencia de la región vasca, han ejecutado muchos atentados en España, con un saldo de más de ochocientos muertos desde 1962 a la fecha.4
Durante años el IRA (Ejército Republicano Irlandés) ha llamado la atención del mundo con sus ataques sangrientos para obtener la independencia de Irlanda del Norte. Su objetivo central era terminar con el control británico de esa zona y conseguir la reunificación de la isla. Por lo general su campo de actividad se centró en el Norte de Irlanda y Londres, pero también se pusieron bombas en varios países europeos, como Alemania. Desde 1969 hasta el presente, los ataques terroristas del IRA y el método de “contraterrorismo” británico elevaron la cantidad de muertos en ambos bandos a más de tres mil docientos.5
Los daños económicos causados por el IRA en objetivos civiles como aeropuertos y estaciones subterráneas se elevaron a millones de dólares. Durante un campeonato de fútbol europeo, el IRA hizo estallar un coche bomba en un centro comercial de Manchester e hirió a unas doscientas personas.
Actualmente ningún país puede sentirse libre de este tipo de amenazas. Los pocos ejemplos citados exhiben de qué manera el terrorismo influye en la vida de los pueblos. Ya no se trata del problema de algunas naciones en especial sino que es algo que inquieta a toda la humanidad. Puesto que nadie puede decir dónde, cuándo o cómo se producirá su zarpazo criminal, la lucha contra el mismo ya no puede considerarse el deber de un puñado de países u organizaciones. Es una amenaza para todo el mundo y solamente puede resolverse si personas bien intencionadas se apoyan entre sí en la búsqueda de la paz, la amistad y la fraternidad.
Durante años los militantes de la ETA y del IRA han asesinado a muchos civiles y han causado grandes daños materiales en España y el Reino Unido.
Actualmente el terrorismo inflige daños físicos y sufrimientos en todo el mundo, no sólo en Norteamérica. En la volteada caen Uganda, Angola y Nigeria en el Africa; Gran Bretaña, España y Francia en Europa; Japón y otros países asiáticos; zonas enteras del Medio Oriente y de América Latina. En cualquier momento los civiles pueden enfrentar un ataque terrorista mientras están en sus viviendas, en el cine, en el teatro, en un centro comercial, en el trabajo o viajando en trenes, buses, etc. Como es natural, esa facilidad que tienen para entrar en residencias privadas ha conducido a una alarma y ansiedad considerables. La gente vacila antes de entrar a áreas donde hay multitud de personas o abordar medios de transporte público. La vida diaria de la población en general se convierte en un suplicio y eso es exactamente lo que buscan los terroristas: que la comunidad viva alarmada y angustiada.
La evidencia de terribles ataques en todo el mundo no hace más que agudizar esa preocupación. En 1966 hubo doscientos noventa y seis incidentes con trescientos catorce personas muertas y dos mil novecientos doce heridas. En 1977, de un total de cuatrocientos treinta y nueve ataques, trescientos noventa y ocho fueron dirigidos a lugares de trabajo o propiedades no gubernamentales, lo que llevó a la pérdida de la vida de ciento treinta y nueve civiles, entre ellos treinta y nueve que eran personal civil de las fuerzas armadas.6
Según el Departamento de Estado norteamericano, la cantidad de ataques terroristas en el 2000 fue un ocho por ciento mayor a los ocurridos en 1999, con cuatrocientos treinta y tres muertos y setecientos noventa y un heridos. Entre 1981 y el 2000 el total de muertos en ese tipo de circunstancia fue de nueve mil ciento ochenta y cuatro.7
El 10 de Agosto de 2001 murieron más de 250 personas debido al ataque a un tren realizado por guerrilleros de UNITA que luchan por la independencia de Angola.
Pero esta cifra no indica el total de vidas perdidas por ataques terroristas en todo el mundo ya que abarca solamente los realizados por organizaciones internacionales y no los ejecutados por grupos locales. Sólo en Turquía hubo veintiún mil ochocientos sesenta y seis ataques terroristas entre el 15/8/84 y el 31/9/01, lo que costó la vida a cinco mil seiscientos cinco hombres de la fuerza de seguridad y a cuatro mil seiscientos cuarenta y seis civiles. Además fueron heridas dieciséis mil quinientos sesenta y dos personas de las fuerzas de seguridad y cinco mil noventa y un civiles.8
Los daños físicos y económicos producidos por las acciones terroristas agregan otra grave dimensión al cuadro presentado. El caos y la anarquía provocados por tales incidentes evitan las inversiones en las regiones afectadas. Los ataques dirigidos a la infraestructura económica no respaldan precisamente el desarrollo. También destruyen los recursos existentes, lo cual impide una vida social adecuada en una serie de áreas, particularmente la educativa. El costo militar de la lucha contra el terrorismo impone otra carga. Ese desvío de recursos que debería emplearse en elevar el nivel de vida de las personas, afecta no sólo a la nación del caso sino a la economía del planeta.
World-Wide Terrorism Events
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Terrorism Events Between 1981-2000 | |||||||
Graphs prepared by the U.S. State Department. The top one shows the regional distribution of terrorist incidents between 1995 and 2000. The bottom graph gives the chronological distribution of such incidents from 1981 through 2000. |
Este recuento sumario pone a la luz del día el horrendo cuadro de situación al que lleva el terrorismo, produciendo destrucción por todas partes y causando daños incontables a las vidas humanas.
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Un misil disparado el 21 de octubre de 1999 sobre un concurrido centro comercial en Grozny, la capital de Chechenia, provocó 110 muertos y 400 heridos. |
El Rostro Sangriento de Sendero Luminoso
La organización terrorista de orientación maoísta Sendero Luminoso es la responsable de la muerte de más de 30.000 personas. La fotografía de arriba a la derecha muestra a Abimael Guzmán, el líder de la organización.
Nos referimos a la organización marxista-leninista-maoísta que opera en Perú. Fundada en 1960 por el profesor de filosofía Abimael Guzmán, se la consideró inicialmente un movimiento político más. Pero en el decenio de 1970 se convirtió en un grupo guerrillero salvaje y en una de las estructuras terroristas más sangrientas del mundo.
Las manifestaciones de Guzmán a favor de la violencia son particularmente sorprendentes. En una alocución hecha el 19/4/80 dijo: “El futuro yace en las pistolas y en los cañones”11 Uno de sus seguidores alabó el uso de la violencia: “La sangre nos hace más fuertes... y si ella fluye no nos daña sino que nos robustece”. La organización comunicó expresamente que su lucha creció en base a la violencia y discutía como podía alcanzar mayores niveles en el país. En consecuencia, la cifra de muertos se elevó a treinta mil.
En el decenio de 1980 Guzmán llevó a la práctica lo que enseñaba y los ataques terroristas campearon por todo el Perú. Al igual que los kamikazes japoneses durante la Segunda Guerra Mundial, Sendero Luminoso encaró la muerte de un modo romántico. Sus miembros creían que era un pequeño precio a pagar por el premio a obtener, precio al que Guzmán llamó “río de sangre”. Muchos inocentes fueron secuestrados, violados, torturados y asesinados. Más del uno por ciento de la población sufrió muertes brutales debido a la violencia política. Para impulsar su causa Guzmán --conocido como el presidente Gonzalo-- y su grupo asesinaron a personas de recursos modestos: maestros, alcaldes y líderes de comunidades.12
Durante años Sendero Luminoso infligió daños físicos y psicológicos al pueblo peruano, forzándolo a vivir aterrorizado. Como insistiremos a lo largo de este libro, el amor es el único camino para destruir las raíces ideológicas del terrorismo. Un amor de verdad por la humanidad se impone al odio ciego y la necrofilia política de la que se alimenta el terrorismo.
1. Vladimir Orlov, Anton Khlophov, Nezavissimaia Gazeta, Moskova, Le Courrier International, No: 571, 11-17 Ekim 2001, s. 99-100
2. Aslı Zülal, Biyolojik Silahlar, Bilim ve Teknik, sayı 407, Ekim 2001, s.44
3. Aslı Zülal, Biyolojik Silahlar, Bilim ve Teknik, sayı 407, Ekim 2001, s.44
4. http://www.terrorismfiles.org/organisations/basque_fatherland_and_liberty.html
5.http://www.terrorismanswers.com/groups/ira.html
6. http://www.cia.gov/cia/di/products/ terrorism/index.html
7. Patterns of Global Terrorism 2000, Department of State Publication Office, Nisan 2001, http://www.usis.usemb.se/terror/rpt2000/yearinreview.html
8. http://www.teror.gen.tr/turkce/rakamlarla/index.html
9. http://www.cbsnews.com/stories/2000/07/24/national/main218209.shtml
10. http://tr.wikipedia.org/wiki/7_Ağustos
11.http://www.worldtrek.org/odyssey/latinamerica/050899/050899team.html
12.http://www.worldtrek.org/odyssey/latinamerica/050899/050899team.html