En el 2001 fueron estrellados aviones a reacción contra las Torres Gemelas del Centro de Comercio Mundial en Nueva York y contra el Pentágono, que mataron e hirieron a miles de personas. En los días que siguieron a esos atentados --totalmente inesperados como método dirigido contra el único superpoder mundial-- se empezó a debatir en todo el planeta el concepto de terrorismo. Una atmósfera de horror y pánico fue tomando cuerpo, especialmente en Norteamérica, pero no por mucho tiempo: enseguida todos se empezaron a preguntar cuál sería la mejor manera de combatirlo.
Apenas Norteamérica se recuperó del estremecimiento del 11 de septiembre, se unió a otros países para lanzar una guerra en todo el mundo contra esa peste. Pero luego de empezada la misma, los funcionarios de tan poderosa coalición declararon públicamente que no era suficiente combatirla sólo en el campo militar. ¿Cómo se debería encarar la lucha contra el terrorismo?
Este libro se enfoca sobre la única manera en que puede lograrse eso: por medio de la paz, la tolerancia y el amor. Todas las religiones que Dios envió por medio de Sus mensajeros son guías provechosas. Basándonos en el Corán y en la Biblia (aunque ésta ha sido distorsionada en parte), aquí ofrecemos ejemplos de que cada una de las tres religiones divinas prohíbe el uso de la violencia injusta. También se muestra que el único camino para combatir el terrorismo es recomponer los fundamentos a través de los cuales se puedan inculcar los conceptos de amor, afecto, compasión, humildad, perdón, tolerancia y justicia, propios de la moral de la religión, en consonancia con el versículo que dice, Dios invita a la Morada de Paz... (Corán, 10:25). Los afortunados que logren esa moral serán quienes se esforzarán al máximo para construir un mundo lleno de amor y sosiego.