M“El Colapso Moral Es Peor que el Colapso Económico”, “Niñas Prostitutas…”, “La Violación Es Algo Natural Según los Jóvenes Británicos", “Se Casaron 400 Homosexuales y Lesbianas en Finlandia”, “Boda Gay”, “La Corrupción Es Eterna”, “El Dolor de Cabeza de la Corrupción”, “El Consumo Abusivo de Drogas Comienza a los 13 Años”, “No Disminuyen las Situaciones Enojosas”, “Opresión por Todas Partes”, “Guerra al Hambre”, “Continúa la Pesadilla”, Un Año de Guerra, Escándalo y Revuelta”, “Los Serbios Imitan a los Nazis”, “Civiles Aplastados por Tanques”, “La Tierra Es Como Un Barrilito de Pólvora”, “El Mundo Está Sumido en el Infortunio y la Aflicción”, “Explosivo Aumento de la Criminalidad”, “Se Consume la Misma Cantidad de Bebidas Alcohólicas Que de Agua”, “La Juventud Europea se Entrega a las Bebidas Alcohólicas”, “Intentos Vanos por Evitar la Violencia en los EE. UU.”, “Ha Desaparecido la Benevolencia”, “Colapso Espiritual”, “Los Seres Humanos se Encaminan Hacia Una Vida Solitaria”….
...aquéllos cuyos corazones se tranquilicen con
el recuerdo de Dios...
(Corán, 13:28).
Estos son unos pocos ejemplos de titulares que aparecen en los periódicos. Son tantos los informes sobre este tipo de cosas, que la mayoría de la gente ha crecido acostumbrada a oír o leer sobre dichos temas. Muchos no ven nada extraordinario en la existencia de la anarquía, los conflictos y la lucha constante en todo el mundo; en que en su propio país se enfrenten unos contra otros; en que la corrupción no tenga límites; en que no se pueda ayudar, por uno u otro motivo, al pobre y al necesitado; en que aumenten descontroladamente las perturbaciones psicológicas como el estrés y la depresión; en que se eleve permanentemente la cantidad de suicidios. Parecería que todo el mundo adoptó un estilo de vida en el que los enfrentamientos, los combates, los disturbios y las tensiones resultan rutinarios. Es decir, parece algo “normal” vivir en el reino de la injusticia y la brutalidad supremas.
Una de las razones principales para la aceptación de ese reinado, es que todos los fenómenos antes mencionados son considerados “naturales”, es decir, consecuencia inevitable de la naturaleza humana. Sin embargo, en realidad, son el producto de los criterios materialistas y darwinistas, los cuales tienen atrapada la humanidad en un puño. Y el socialdarwinismo, del que nos ocupamos en este libro, constituye parte importante de esos criterios.
Aunque muchos lo ignoren, es enorme la cantidad de personas que, de una u otra forma, son impulsadas a seguir el estilo de vida materialista-darwinista, el cual lleva a ver las cosas desde una perspectiva muy particular: se esfuman los sentimientos de sufrimiento o preocupación por el destino de los pueblos del llamado Tercer Mundo; se desconoce absolutamente la súplica del oprimido; se aprueba la conducta egoísta; se considera totalmente justificado el crecimiento del odio, de la venganza, de la competencia despiadada, en particular en el mundo de los negocios; se anula prácticamente el sentimiento de amor y la solidaridad con el prójimo. Como seguramente usted ha podido ver a lo largo de estas páginas, los criterios materialistas-darwinistas legitiman todas las formas de corrupción, violación y guerra, por lo que, en consecuencia, las alienta. En realidad, cada individuo sufre, de alguna manera, sus efectos.
¿Quién hay, pues, que hable mejor que quien llama (a los hombres) a Dios, obra bien y dice: “Soy de los que se someten a Dios”?
(Corán, 41:33)
Son muchos los que viven asediados por los problemas, infelices y en medio de una gran tensión: desde el estudiante negro sometido a ataques racistas hasta los padres ancianos abandonados por hijos egoístas; desde los forzados a trabajar en condiciones horrorosas por salarios irrisorios hasta el joven que piensa que la vida carece de todo propósito y por ende pasa sus días de una manera absolutamente disipada, irresponsable, licenciosa.
Para que la humanidad alcance la paz y la felicidad es esencial, entre otras cosas, derrotar intelectualmente esa visión materialista. Así se podrá acabar con sus consecuencias, es decir, muchísimas desgracias de todo tipo. Por lo tanto, es de la mayor importancia que la gente sepa que aunque el darwinismo ha sufrido un colapso científico total al demostrarse, a través de las investigaciones, que es una patraña absoluta, mientras se lo siga aplicando, nos seguiremos viendo inmersos en catástrofes terribles.
Además, quienes fueron hechizados por esos criterios erróneos, necesitan saber que la teoría de la evolución, defendida a pesar de todas sus aberraciones, hoy día ha perdido toda validez científica. Cada avance en el mundo de la ciencia confirma que está destinada al basurero de la historia. Por otra parte, como se manifiesta en esta obra, la experiencia nos enseña que a lo único que nos conduce el modelo de vida que nos presenta la filosofía darwinista es a la injusticia, la bestialidad, la zozobra y el sufrimiento. Asimismo, los propios darwinistas deberían tener en cuenta los males que acarrean sus hipótesis y abandonarlas inmediatamente. Nuestra esperanza es que este libro ayude a que los seducidos por el darwinismo comprueben que se encuentran sumidos en un grave error.-