PREFACIO

"Te contamos estas cosas de las ciudades: algunas de ellas están aún en pie, otras son rastrojo. No hemos sido Nosotros quienes han sido injustos con sus habitantes, sino que ellos lo han sido consigo mismos. Sus dioses, a los que invocaban, en lugar de invocar a Dios, no les sirvieron de nada cuando vino la orden de tu Señor: sólo acrecentaron su perdición" (C. 11:100-101)

Dios crea a los seres humanos y les da forma física y espiritual, los conduce a una cierta forma de vida y luego los lleva a Su presencia al dar lugar a la muerte de ellos. Dios crea a los seres humanos como dice el versículo: "¿No va a saber Quien ha creado…?" (C. 67:14). Es El quien conoce y otorga Su reconocimiento al ser humano, Quien lo educa y cubre sus necesidades. Por lo tanto, el único propósito genuino que tiene el ser humano en la vida es alabar a Dios, suplicarle y adorarle. En consecuencia, la única guía que tiene el ser humano es el mensaje puro, es decir, la revelación de Dios comunicada a las personas por medio de Sus mensajeros.

El Corán es el último libro de Dios y su revelación sin alteraciones.

De ahí la responsabilidad de asumir el Corán como nuestra verdadera guía y de prestar una atención meticulosa a todos los criterios o dictámenes que estipula. Este es el único camino de salvación en este mundo y en el otro.

Por lo tanto necesitamos investigar muy cuidadosa y atentamente lo que nos relata el Corán, para luego reflexionar sobre ello. Dios nos dice en el Corán que el propósito de la revelación del Libro es hacer que la gente piense, medite:

"Este es un comunicado dirigido a los hombres para que, por él, sean advertidos, para que sepan que El es un Dios Uno y para que los dotados de intelecto se dejen amonestar" (C. 14:52)

Toda la información sobre los pueblos de la antigüedad, de lo cual el Corán se ocupa largamente, es por cierto un tema sobre el que deberíamos meditar. La mayoría de esos pueblos rechazaron a los profetas que les fueron enviados y, además, exhibieron animadversión hacia ellos. Debido a semejante atrevimiento, se atrajeron la cólera de Dios y fueron barridos de la faz de la tierra.

El Corán nos dice que la destrucción de esos pueblos debería servir de advertencia a las generaciones que les sucedieron. Por ejemplo, inmediatamente después del castigo dado a un grupo de judíos que se rebelaron contra Dios, se dice en el Corán: "E hicimos de ello un castigo ejemplar para los contemporáneos y sus descendientes, una exhortación para los temerosos de Dios" (C. 2:66).

En este libro haremos una revisión de las sociedades del pasado que han sido destruidas debido a que se rebelaron contra Dios. Nuestro propósito es poner de relieve todos los incidentes del caso, cada uno de los cuales es "un castigo ejemplar para los contemporáneos y sus descendientes", de modo que les pueda servir de "exhortación".

La segunda razón que nos lleva a examinar la destrucción de esos pueblos es hacer conocer la autenticidad de lo que dice el Corán respecto del mundo. Dios afirma en el Corán que la realidad de sus versículos son observables en el mundo exterior: "Di también: '¡Alabado sea Dios! El os mostrará Sus signos y vosotros los reconoceréis. Tu Señor está atento a lo que hacéis'" (C. 27:93).

Y conocer y caracterizar los signos de Dios es una de las formas primeras que conducen a la fe.

Casi todos los incidentes de destrucciones relatados en el Corán pudieron ser "mostrados" y "reconocidos" gracias a los actuales descubrimientos arqueológicos y documentación lograda. En este trabajo nos ocuparemos de los vestigios o huellas que quedaron de las destrucciones mencionadas en el Corán (Hay que tener en cuenta que algunas de las comunidades a las que se refiere el Corán no se incluyen en el estudio de este libro porque hay casos en los que no se menciona ningún dato de tiempo y lugar, sino que solamente se los describe por la conducta rebelde y opuesta a Dios y a Sus profetas, motivo por el cual sufrieron desastres diversos a los cuales se evoca para que la gente extraiga de ellos la advertencia correspondiente).

Nuestro propósito es arrojar luz, en base a los descubrimientos actuales, sobre las realidades que manifiesta el Corán, y así mostrar a todos --creyentes y no creyentes-- la verdad de la religión de Dios.