"Los aditas fueron aniquilados por un viento glacial, impetuoso, que desencadenó (Dios) contra ellos para devastarlo todo durante siete noches y ocho días. Se veía a la gente yacer en ellas (en sus casas) como troncos de palmeras derribadas. ¿Puedes tú ver algún rastro de ellos?"
(C. 69:6-8).
Otro pueblo que fue destruido y del que se habla en distintos capítulos del Corán es 'Ad, después de la mención sobre el pueblo de Noé.
A ese conglomerado humano fue enviado Hud para que lo inste --como lo habían hecho todos los otros profetas-- a creer en Dios sin adscribirle iguales, y a obedecerle a él, el profeta de la época. El pueblo reaccionó con rencor frente a Hud. Lo acusaron de descaro, falsedad e intentos de cambiar el sistema que había sido establecido por sus ancestros.
En el capítulo "Hud" del Corán se describe todo esto:
"Y a los aditas (le enviamos) su hermano Hud. Dijo: '¡Pueblo! ¡Servid a Dios! No tenéis otro Dios que El. No hacéis más que inventar. ¡Pueblo! No os pido salario a cambio. Mi salario incumbe sólo a Aquél Que me ha creado. ¿Es que no razonáis? Y, ¡pueblo!, ¡pedid perdón a vuestro Señor y, luego, volveos a El! Enviará sobre vosotros del cielo una lluvia abundante y os fortalecerá. ¡No volváis la espalda como pecadores!'. Dijeron: '¡Hud! ¡No nos has traído ninguna prueba clara! ¡No vamos a dejar a nuestros dioses porque tú lo digas! ¡No tenemos fe en ti!. Lo único que (te) decimos es que uno de nuestros dioses te ha causado mal'. Dijo (Hud): '¡Pongo a Dios por testigo y sed vosotros también testigos de que soy inocente de lo que vosotros asociáis en lugar de El! ¡Urdid algo todos contra mí y no me hagáis esperar!'. Yo confío en Dios, mi Señor y Señor vuestro. ¡No hay ser que no dependa de El! Mi Señor está en una vía recta. Si volvéis la espalda… yo ya os he comunicado aquello con que he sido enviado a vosotros. Mi Señor hará que os suceda otro pueblo y no podréis hacerle (a Dios) ningún daño. ¡Mi Señor todo lo vigila! Cuando vino Nuestra orden, salvamos por una misericordia venida de Nosotros a Hud y a los que con él creyeron y les libramos de un duro castigo. Así eran los aditas. Negaron los signos de su Señor y desobedecieron a Sus enviados, siguiendo, en cambio, las órdenes de todo tirano desviado. En la vida de acá fueron perseguidos por una maldición y también lo serán el día de la Resurrección. ¡No! ¡Los aditas no creyeron en su Señor! ¡Sí! ¡Atrás los aditas, pueblo de Hud!" ((C. 11:50-60).)
Otro capítulo del Corán en donde se menciona al pueblo de 'Ad es el 26, donde se subrayan sus características. Ahí se dice que 'Ad fue un pueblo que "construyó en cada colina un monumento", y que sus miembros "hacían esas construcciones con la idea de ser inmortales". Esa gente además era maliciosa y se comportaba brutalmente. Cuando Hud les advirtió por sus conductas, contestaron: "No hacemos sino lo que acostumbraban a hacer los antiguos". Confiaban en que nada les sucedería.
"Los aditas desmintieron a los enviados. Cuando sus hermano Hud les dijo: '¿Es que no vais a temer a Dios? Tenéis en mí un enviado digno de confianza. ¡Temed, pues, a Dios y obedecedme! No os pido por ello ningún salario. Mi salario no incumbe sino al Señor del universo. ¿Construís en cada colina un monumento para divertiros y hacéis construcciones esperando, quizá, ser inmortales? Cuando usáis de violencia lo hacéis sin piedad. ¡Temed, pues, a Dios y obedecedme! ¡Teméis a Quien os ha proveído de lo que sabéis: de rebaños e hijos varones, de jardines y fuentes! ¡Temo por vosotros el castigo de un día terrible!' Dijeron: '¡Nos da lo mismo que nos amonestes o no! No hacemos sino lo que acostumbraban a hacer los antiguos. ¡No se nos castigará!' Le desmintieron y les aniquilamos. Ciertamente, hay en ello un signo, pero la mayoría no creen. En verdad tu Señor es el Poderoso, el Misericordioso." (C. 26:123-140)
El pueblo que mostró animosidad hacia Hud y se rebeló contra Dios fue destruido. Una terrible tormenta de arena aniquiló al pueblo de 'Ad como si "nunca hubiese existido".
Las ruinas de la ciudad de Ubar --donde vivi el pueblo de 'Ad-- fueron encontradas en un sitio cercano a la costa oman.
A inicios de 1990 apareció una nota en conocidos periódicos del mundo, diciendo "Mítica ciudad árabe perdida encontrada", "Encontrada Ciudad Arabe de Leyenda", "La Atlantis de las Arenas, Ubar". Lo que hizo más interesante este descubrimiento fue que también el Corán escribía sobre ella. Mucha gente que pensaba que lo relatado en el Corán respecto al pueblo de 'Ad era una leyenda o que se trataba de algo que nunca se iba a poder comprobar, no pudo ocultar el asombro, interés y curiosidad ante el descubrimiento de la ciudad que habitaron, la cual era mencionada, asimismo, en la transmisión oral de los beduinos.
El que halló la legendaria ciudad fue Nicolás Clapp19 --amante de lo árabe, arqueólogo amateur y afortunado realizador de películas documentales--, quien durante su investigación de la historia árabe encontró un libro muy interesante, "Arabia Felix", escrito por el investigador inglés Bertram Thomas en 1932. Los romanos habían designado así la parte sur de la península arábiga, zona que hoy día incluye Yemen y gran parte de Omán. Los griegos llamaron a esa área "Eudaimon Arabia" y los eruditos árabes medievales "Al-Yaman as-Saida".20 Todos esos nombres significan "La Arabia Feliz", y se debe a que los pueblos que vivían allí en los tiempos antiguos eran conocidos por ser los más venturosos de esa época.
Muchos monumentos y obras de arte construidos en Ubar son exponentes de una civilizacin desarrollada, lo cual concuerda con los relatos del Corn. Actualmente slo quedan las ruinas que vemos aqu.
Y esa buena fortuna se debía en parte a su ubicación estratégica, pues servía de corredor comercial en el negocio de especies entre la India y lugares del Norte de la península arábiga. Además, los pueblos que vivían allí producían y distribuían incienso, una resina aromática de determinados árboles muy apreciada por las comunidades antiguas, usada como sahumerio en diversos ritos religiosos. En aquél entonces esa resina valía, como mínimo, tanto como el oro. El investigador inglés Thomas describió ampliamente a los "afortunados" habitantes de la zona y reivindicó que había encontrado los restos de una ciudad antigua fundada por una de las tribus de ese entorno.21
Los beduinos conocían a esa ciudad por el nombre de "Ubar". En uno de los viajes que hizo Thomas, los beduinos del desierto le mostraron caminos antiguos y le dijeron que conducían a la ciudad de Ubar. El inglés mostró gran interés en el tema, pero murió antes de poder completar la investigación.
Clapp había examinado lo escrito por Thomas y estaba convencido de la existencia de la ciudad perdida descrita en el libro, cosa que intentó probar siguiendo dos vías de investigación. Primero encontró los caminos indicados por los beduinos. A continuación solicitó a la NASA imágenes satelitales del área y luego de una larga lucha consiguió persuadir a sus autoridades para que fotografíen la región.22
También estudió los manuscritos y mapas antiguos de la biblioteca Huntington de California. Quería encontrar un mapa de la región, lo cual consiguió. Había sido trazado por el geógrafo greco-egipcio Ptolomeo, en el año 200 DC. En el mapa se señalaba la ubicación de una ciudad antigua establecida en la región y estaban marcados los caminos que conducían a ella.
Las excavaciones hechas en Ubar, donde se recuperaron los restos de una ciudad que estaba bajo un grueso manto de varios metros de arena. Se sabe muy bien que en esa regin una tormenta violenta de arena puede hacer que se acumule una gran cantidad de la misma en un tiempo muy corto. Ello puede ocurrir repentinamente y de la manera menos esperada.
Mientras estudiaba el mapa se enteró que la NASA había tomado las fotos. Allí se veían los rastros de senderos de caravanas, difíciles de identificar a simple vista, pero sí posible de conseguirlo desde el cielo en una vista integral de la zona. Al comparar Clapp esas fotos con el mapa antiguo en su poder, llegó al objetivo que estaba buscando: las huellas en el mapa antiguo correspondían con los senderos que aparecían en las fotos satelitales. El destino final de esos caminos era un sitio amplio que se entendió que correspondió alguna vez a una ciudad.
Finalmente se encontró la ubicación de la ciudad legendaria que había sido tema de relato oral por parte los beduinos. Después de un tiempo se iniciaron las excavaciones y bajo las arenas empezaron a evidenciarse los restos de una ciudad antigua. Fue descrita como "Ubar, la Atlantis de las Arenas".
Apenas se hicieron los primeros descubrimientos se comprendió que se estaba en presencia de los pilares de Iram mencionados en el Corán, porque entre las estructuras puestas al descubierto se encontraban las torres a las que se hace referencia en particular en el Libro Sagrado.
El Dr. Zarín, miembro dirigente del equipo que conducía la excavación, opinó que si se consideraba que el rasgo distintivo de Ubar eran sus torres, y que así se la mencionaba a Iram, es decir, con torres o pilares, se estaba ante el elemento más decisivo para considerar que se había desenterrado Iram, la ciudad del pueblo de 'Ad, mencionada en el Corán:
"¿No has visto cómo ha obrado tu Señor con los aditas, con Iram, la de las columnas, sin par en el país…" (C. 89:6-8)
La ubicacin de la ciudad del pueblo de 'Ad fue descubierta por medio de fotografas tomadas desde la Space Shuttle. Aqu se marcan los senderos de las caravanas, los que confluyen hacia Ubar. | 1. Ubar poda ser vista solamente desde el espacio antes de las excavaciones. 2. Por medio de las excavaciones se descubri una ciudad a doce metros bajo las arenas. |
Hasta ahora vimos que era posible que Ubar se tratara de la ciudad de Iram mencionada en el Corán, y que, según éste, sus habitantes no prestaron atención al profeta Hud --quien les había traído un mensaje y la amonestación--, motivo por el cual perecieron.
La identidad del pueblo de 'Ad ha movido a una gran discusión. En los registros históricos no aparece mencionado ningún pueblo que haya establecido esa civilización o cultura desarrollada.
Aunque se podría considerar muy extraña semejante situación, no debería sorprendernos. La razón de ello estriba en que resultaba común que no se hiciesen registros históricos de estados o pueblos poco conocidos, y los habitantes de 'Ad vivían en el sur de Arabia, bastante distante de la región mesopotámica, de Medio Oriente y de otros pueblos con los que mantenían una relación muy restringida. De todos modos, como dijimos antes, se pueden encontrar relatos orales del pueblo de 'Ad entre los pueblos de Medio Oriente.
El motivo más importante por el que no se menciona a 'Ad en los registros escritos es que ello no era común en esa región en aquella época. Por lo tanto es posible que el pueblo de 'Ad haya fundado una civilización pero que ésta no se mencione en los registros históricos de otras civilizaciones que sí documentaban su vida. Si esa cultura hubiese prolongado su existencia en el tiempo, posiblemente hoy tendríamos una importante información gracias a sus "descendientes" y, a la luz de la misma, habríamos tenido una idea más estructurada acerca de la tribu de 'Ad.
Al investigarse los rastros de la civilización que presumiblemente estableció el pueblo de 'Ad o sus descendientes, el primer lugar que debe someterse a la observación es el sur de Yemen, donde se encuentra "Ubar, la Atlantis de las Arenas", a la que se la conoce también como "La Arabia Afortunada". En el sur de Yemen existieron cuatro pueblos a los que los griegos denominaron "árabes afortunados": los hadramitas, los sabeos, los quatabeos y los minaenos. Los cuatro reinaron en el mismo período, cerca uno del otro.
Muchos científicos contemporáneos dicen que la tribu de 'Ad se sumergió en una etapa de transformación y luego reapareció en el escenario de la historia. El Dr. Mikail H. Rahman, investigador de la Universidad de Ohio, cree que los habitantes de 'Ad son los ancestros de los hadramitas. Éstos, que aparecen 500 años antes de Cristo, son los menos conocidos de las comunidades denominadas "árabes afortunados". Reinaron sobre una región del sur de Yemen durante un período muy prolongado y desaparecieron totalmente en el 240 DC, a continuación de una larga etapa de declinación.
El nombre "Hadrami" indica o insinúa que pueden ser los descendientes del pueblo de 'Ad. El escritor griego Plinio, que vivió en el siglo III AC, se refirió a esa tribu como "Adramitai", es decir, "la tribu Hadrami"23 La terminación del nombre griego ("itai") es un sufijo sustantivo, y corresponde al nombre o sustantivo "Adram". Esto sugiere que posiblemente se trate de una corrupción de "Ad-i-Iram", que es como se menciona a ese pueblo en el Corán.
El geógrafo egipcio-griego Ptolomeo (100-170 DC) señala el sur de la península árabe como el lugar donde vivía el pueblo llamado "Adramitai". Esta región ha sido conocida hasta hace poco por el nombre de "Hazramaut". Shabwah, la ciudad capital del estado Hadrami, estaba situada al oeste del Valle de Hazramaut. Según muchas leyendas antiguas, la tumba del profeta Hud, enviado a la tribu de 'Ad como mensajero, está en Hazramaut.
Otro factor que tiende a confirmar que los hadramitas son una continuación de la población de 'Ad, reside en la riqueza que disponían. Los griegos los describieron como "la estirpe más rica del mundo…". Lo que se conoce de ellos los señala como muy desarrollados en el cultivo de las plantas productoras de incienso, una de las más valiosas de la época. Ampliaron tanto el cultivo como el uso de la planta, que en aquella época se producía más que actualmente.
Las excavaciones en Shabwah --capital de los hadramitas-- se iniciaron en 1975 y fueron extremadamente difíciles debido a lo profundo que estaban los restos de la ciudad bajo las dunas de arena. Pero lo descubierto allí fue lo más sobrecogedor encontrado hasta entonces. La muralla de la ciudad tenía una extensión superior a la de cualquier otra ciudad yemení y al palacio allí existente se lo consideró una edificación verdaderamente magnífica.
Indudablemente, era muy lógico suponer que los hadramitas habían heredado esa superioridad arquitectónica de sus antecesores, es decir, del pueblo de 'Ad. Hud le había dicho al pueblo de 'Ad al llamarle la atención sobre su conducta:
"¿Construís en cada colina un monumento para divertiros y hacéis construcciones esperando, quizá, ser inmortales?" (C. 26:128-129)
Otra característica interesante de la edificación encontrada en Shabwah fue el tipo de columnas tan trabajadas. Se presentaban como únicas en su forma cilíndrica y su disposición en un atrio circular, en tanto que en todos los otros lugares de Yemen se los había encontrado columnas cuadradas monolíticas. Fotius, Patriarca Bizantino griego de Constantinopla en el siglo IX DC, hizo una amplia investigación de las actividades comerciales en el sur de Arabia, dado que tuvo acceso a los manuscritos antiguos, los cuales hoy día ya no existen, y en particular al libro de Agazarachides (132 AC), referido al Mar de Eritrea (Mar Rojo). Dice Fotius en una de sus notas: "Se cuenta que los árabes del sur han construido muchas columnas de plata o cubiertas con oro. Resultaban admirables los espacios entre las columnas".24
Aunque lo antedicho no se refiere directamente a los hadramitas, da una idea de la opulencia y de los métodos de construcción avanzados de que disponía la gente que vivía en la región. Los escritores griegos clásicos Plinio y Strabo, al describir las ciudades de la zona las presentan "adornadas con bellos templos y palacios".
Cuando consideramos que los propietarios de esas ciudades eran los descendientes de la tribu de 'Ad, se comprende claramente porqué el Corán define a la ciudad capital de 'Ad como ya mencionamos antes en (89:7-8).
El paisaje con el que uno se puede encontrar hoy día más frecuentemente al viajar por el sur de Arabia, es el de su desierto amplio. La mayoría de los lugares, con la excepción de las ciudades y regiones con forestaciones hechas relativamente hace poco, están cubiertas de arena. Esos desiertos han estado allí durante cientos o, incluso, miles de años.
Pero en el Corán se da una información interesante en uno de los versículos que relata lo sucedido al pueblo de Ad. Mientras advierte a su pueblo el profeta Hud, les hace notar los jardines y fuentes con que Dios los proveyó:
"¡Temed, pues, a Dios y obedecedme! ¡Temed a Quien os ha proveído de lo que sabéis: de rebaños e hijos varones, de jardines y fuentes! ¡Temo por vosotros el castigo de un día terrible!" (C. 26:131-135)
Pero como advertimos antes, Ubar, identificada como la ciudad de Iram, y cualquier otro lugar que probablemente haya sido residencia de la tribu de 'Ad, hoy día está totalmente cubierto con el desierto. ¿Por qué uso Hud la expresión que aparece en el Corán para advertir a su pueblo?.
La respuesta está oculta en los registros de los cambios climáticos, los que revelan que las áreas que ahora están desiertas en otra época fueron tierras verdes y productivas. Una gran parte de esa zona estaba cubierta de plantas y fuentes de agua, como lo dice el Corán, situación de la que se aprovechó el pueblo de entonces. La foresta seguramente suavizaba el riguroso clima de la región, haciéndolo más habitable. El desierto existía pero no cubría un área tan vasta como hoy día.
En el sur de Arabia, donde vivía el pueblo de 'Ad, se han obtenido indicios o pistas que indican que allí las personas se valían de un sistema de irrigación muy desarrollado. Lo más probable es que esa irrigación sirviera a un solo propósito: la agricultura. En esas regiones, que hoy día no son apropiadas para la vida, en un tiempo se cultivaba la tierra.
Las imágenes satelitales han revelado también un extenso sistema de canales en los alrededores de Ramlat como de Sab'atayan, estimándose que prestaban sus servicios a unas 200.000 personas. 25 Doe, uno de los investigadores, dijo: "Era tan fértil el área alrededor de Ma'rib, que se puede suponer que toda la región entre Ma'rib y Hazramaut alguna vez estuvo cultivada"26
Plinio, el escritor clásico griego, ha descrito esta región como muy fértil y cubierta por la neblina que producían la forestación de las montañas, los ríos y el bosque virgen. En las inscripciones encontradas en algunos templos antiguos cercanos a Shabwah, la ciudad capital de los hadramitas, se relata que en la región se cazaban animales y que algunos eran sacrificados. Esto revela que esa región tuvo alguna vez tierras fértiles, además de desierto.
La velocidad con que puede avanzar el desierto es verificable por medio de algunas investigaciones hechas por el Instituto Smithsoniano en Pakistán, donde un área que se sabía fértil en la Edad Media, se ha convertido en un desierto arenoso, con dunas de seis metros de altura, advirtiéndose a la vez que el desierto avanza a un promedio de seis pulgadas por día (más o menos 16 cms.). A esa velocidad las arenas pueden devorarse incluso los edificios más altos y cubrirlos como si no hubiesen existido nunca. Es así que las excavaciones hechas en Timna, Yemen, en el decenio de 1950, ya han sido cubiertas casi completamente (por la arena) nuevamente. También las pirámides egipcias estuvieron en un momento totalmente bajo las arenas y fueron sacadas a la luz del día después de excavaciones que duraron mucho tiempo. En resumen, está claro que las regiones que hoy día son desiertos, pudieron tener una apariencia distinta en el pasado.
En el Corán se dice que el pueblo de 'Ad ha perecido por medio de "un viento glacial". Se dice que duro 7 días y ocho noches y destruyó totalmente a las tribus de 'Ad.
"Los aditas desmintieron y ¡cuáles no fueron Mi castigo y Mis advertencias! En un día nefasto e interminable enviamos contra ellos un viento glacial, que arrancaba a los hombres como si hubieran sido troncos de palmeras descuajadas" (C. 54:18-20)
"Los aditas fueron aniquilados por un viento glacial, impetuoso, que desencadenó (Dios) contra ellos para devastarlo todo durante siete noches y ocho días. Se veía a la gente yacer en ellas (en las ciudades) como troncos de palmeras derribadas" (C. 69:6-7)
Aunque esos pueblos fueron advertidos previamente, no prestaron ninguna atención a las advertencias y rechazaron permanentemente a quienes les amonestaban. Vivían en medio de tal engaño que ni siquiera podían entender lo que estaba sucediendo cuando vieron que se les venía encima la destrucción, en tanto continuaban rechazando el mensaje.
"Cuando lo vieron como una nube que se dirigía a sus valles dijeron: 'Es una nube que nos trae la lluvia'. ¡'No!(dice el profeta). Es más bien aquello cuya venida reclamabais, un viento que encierra un castigo doloroso" (C. 46:24)
En el versículo se dice que la gente vio la nube que le traería la calamidad pero no pudo comprender de qué se trataba y pensó que se trataba de una nube de lluvia. Esta es una indicación importante porque el ciclón que avanza azotando la arena del desierto se asemeja también a una nube de lluvia desde cierta distancia.
Es posible que el pueblo de 'Ad se engañare con esa apariencia y no advirtiera la calamidad que le caería de improviso. El investigador Doe, nos da una descripción (que parece producto de una experiencia personal) de esas tormentas de arena:
"El primer signo es una densa pared de arena que, debido a las fuertes corrientes ascendentes puede tener varios miles de pies de altura, la cual es agitada por un fuerte viento regular"27
"Ubar, la Atlantis de las Arenas", considerada lo que resta de Iram, ha quedado cubierta bajo una capa de arena de varios metros de espesor. Parece que el viento furioso que duró "siete noches y ocho días" según la descripción del Corán, al acumular toneladas de arena sobre la ciudad enterró vivas a las personas. Las excavaciones hechas en Ubar apuntan o señalan eso. La revista francesa "Ça M'Interesse" dice lo mismo: "Ubar fue enterrada bajo un manto (de arena) de doce metros de espesor como resultado de una tormenta".28
La evidencia más importante de que el pueblo de 'Ad fue enterrado por una tormenta de arena es la palabra "aqhaf" usada en el Corán para señalar la ubicación de la tribu de 'Ad.
"Y recuerda al hermano(es decir, el profeta Hud) de los aditas, que advirtió a su pueblo en al-Aqhaf --y hubo otras advertencias antes y después de él--: '¡No sirváis sino a Dios! Temo por vosotros el castigo de un día terrible'" (C. 46:21)
"Aqhaf" significa en árabe "dunas de arena", y es la forma plural de "hiqf", es de decir, de "duna de arena". Esto señala que el pueblo de 'Ad vivía en una zona llena de "dunas de arena", lo cual provee el fundamento más lógico posible para pensar que sus habitantes fueron enterrados por una tormenta de arena. Según una interpretación, "aqhaf" perdió su sentido de "cerro de arena" y se convirtió en el nombre de la región del sur de Yemen, donde vivía el pueblo de 'Ad. Ello no modifica el significado de la palabra sino que indica que se convirtió en peculiar de esa área debido a las abundantes dunas de arena que hay allí.
La destrucción mencionada en el Corán en 54:20 debió haber aniquilado a todo ese pueblo que vivía del cultivo de la tierra fértil, y de la construcción de diques y canales de irrigación, en un tiempo muy breve, enterrándolo vivo en la arena. Después de eso el desierto se expandió, y cubrió la zona con el tiempo, no dejando en la superficie rastro de nada.
En consecuencia, se puede decir que los descubrimientos históricos y arqueológicos señalados indican que el pueblo de 'Ad y la ciudad de Iram existieron y fueron destruidos como lo señala el Corán. Quienes recuperaron esas ruinas de debajo de las arenas, así como quienes las observan, deberían sacar una lección, percibir el sentido de lo allí sucedido, que es lo que enfatiza el Libro Sagrado, pues dice que el pueblo de 'Ad se extravió del sendero recto debido a la arrogancia mostrada cuando sus habitantes expresan: "…'¿Hay alguien más fuerte que nosotros?'…" (C. 41:15). Después dice el versículo: "¿No veían que Dios, Que les había creado, era más fuerte que ellos?…" (C. 41:15).
İşte insana düşen, bu değişmez gerçeği her zaman görmek, en büyük ve en üstün olanın her zaman için Allah olduğunu ve sadece O'na kulluk etmekle kurtuluşa erişilebileceğini bilmektir.
Lo que tiene que hacer la gente es tener siempre presente este proceder inmutable (de Dios) y comprender que El es el más grande y el mas digno de respeto, y que uno puede prosperar solamente si Le adora.
19. Thomas H. Maugh II, "Ubar, Fabled Lost City, Found by LA Team", The Los Angelas Times, 5 Şubat 1992.
20. Kamal Salibi, A History of Arabia, Caravan Books, l98O.
21. Bertram Thomas, Arabia Felix: Across the "Empty Quarter" of Arabia, New York: Schrieber's Sons 1932, s. 161.
22. Charles Crabb, "Frankincense", Discover, Ocak 1993.
23. Nigel Groom, Frankincense and Myrrh, Longman, 1981, s. 81.
24. Nigel Groom, Frankincense and Myrrh, Longman, 1981, s. 72.
25. Joachim Chwaszcza, Yemen, 4PA Press, I992.
26. Joachim Chwaszcza, Yemen, 4PA Press, I992.
27. Brian Doe, Southern Arabia, Thames and Hudson, 1971, s. 21.