Hacer una valoración justa de Dios

(74) No tienen una comprensión acertada de Dios [quienes yerran de este modo]: pues, ¡ciertamente, Dios es en verdad fuerte, todopoderoso!
Sura 22: Al-Hach (La Peregrinación)

Dios manifiesta Su infinito poder y sabiduría en cualquier parte. La perfección del cuerpo humano, del diseño de una flor, la belleza de sus colores y su aroma, la gloria en los cielos y en el universo, el orden de las órbitas de los planetas, los peces de lo profundo de los océanos y el intrincado diseño de todo lo que ves a tu alrededor son claras manifestaciones de la infinidad y el poder de Dios. Algunos incrédulos, a pesar de percibir la existencia de Dios y Su infinito poder, lo niegan debido a su arrogancia. No comprenden la verdadera grandeza de Dios. Puesto que carecen de inteligencia, no ven los signos evidentes de Su existencia y grandeza, que se manifiestan en todos los seres. La despreocupación de estas personas se expresa del siguiente modo en esta aleya:

(105) Pero --¡cuantos signos hay en los cielos y en la tierra que ellos pasan por alto [sin reflexionar], y a los que vuelven la espalda!
Sura 12: Iusuf (José)

Sólo los que reflexionan sobre el propósito de la creación que les rodea, que cuentan con una clara facultad de discernimiento, que utilizan sus mentes y su conciencia, pueden reconocer la verdad que estas señales llevan implícitas. Uno de los principales atributos de un creyente es su capacidad de percepción. Los creyentes, que son capaces de ejercitar sus mentes sin las trabas de razonamientos equivocados, reconocen el arte y poder de Dios a través de Su creación y de este modo aprecian en su totalidad Su grandeza y gloria. Una aleya del Corán relata que los que son capaces de pensar con claridad ven los signos de Dios dondequiera que miran:

(164) Ciertamente, en la creación de los cielos y de la tierra, en la sucesión de la noche y el día: en las naves que surcan el mar con lo que es de provecho para el hombre: y en las aguas que Dios hace descender del cielo, dando vida con ellas a la tierra, antes muerta, y haciendo que se multipliquen en ella toda clase de criaturas: en la variación de los vientos, en las nubes sujetas a su curso entre el cielo y la tierra: [en todo eso] hay mensajes claros para gentes que usan su razón.
Sura 2: Al-Baqara (La Vaca)

Una persona así dispuesta reconoce los signos de la existencia de Dios dondequiera que mira, percibiéndole en Su verdadero poder. Los creyentes mantienen sus mentes constantemente ocupadas recordando a Dios, mientras que la mayoría de la humanidad pasa su vida sin pensar en estos hechos. En una aleya del Corán se relata de la siguiente manera el comportamiento ideal que un musulmán debe observar:

(191) [y] que recuerdan a Dios, de pie, sentados y cuando se acuestan, y meditan [así] sobre la creación de los cielos y de la tierra:
"¡Oh Sustentador nuestro! No creaste [nada de] esto sin un significado y un propósito. ¡Infinita es Tu gloria! ¡Presérvanos del castigo del fuego!
Sura 3: Al Imran (La Casa de Imrán)

Esto revela que los seguidores de dichos libros se han desviado del camino recto y no han comprendido correctamente ni a Dios ni a sus atributos.

El Corán, por otra parte, se encuentra bajo la protección de Dios y es el único libro revelado por Él que ha sobrevivido intacto. El Corán es el libro del Islam, la única religión verdadera: