Dios tiene poder sobre todas las cosas

Dios, que lo ha creado todo, es el único poseedor de todos los seres. Es Dios quien agrupa las densas nubes, calienta e ilumina la Tierra, ordena que tenga lugar la fotosíntesis en las plantas y mantiene los planetas en órbitas diferentes. Normalmente, la gente supone que tales fenómenos ocurren según “las leyes de la física”, “la gravedad”, “la aerodinámica” u otros factores físicos; sin embargo, hay una cuestión que ignoran: Dios creó todas estas leyes físicas. En realidad, Él es el único que tiene poder en todo el universo.


Dios rige todos los sistemas del universo, independientemente de si somos conscientes de ellos o de si estamos dormidos, sentados o paseando. Cada una de las miríadas de procesos que tienen lugar en el universo, todos ellos esenciales para nuestra existencia, se encuentra bajo el control de Dios. Hasta nuestra capacidad de dar un pequeño paso hacia delante depende de un número incontable de detalles predeterminados minuciosamente, incluyendo la fuerza de la gravedad de la Tierra, la estructura del esqueleto humano, el sistema nervioso y muscular, el cerebro, el corazón y la velocidad de rotación de la Tierra.

Atribuir la existencia del mundo y de todo el universo a una mera coincidencia es un completo engaño. El orden exquisito que impera en ambos contradice por entero la posibilidad de que se hayan formado por casualidad siendo, por el contrario, un claro signo del poder infinito de Dios. Por ejemplo, la órbita que describe la Tierra alrededor del Sol sólo se desvía 2,8mm cada 29km. Si esta desviación fuese 0,3mm mayor o menor los seres vivos de toda la Tierra se helarían o se abrasarían. Mientras que resulta virtualmente imposible que una canica gire en la misma órbita sin ninguna desviación, la Tierra completa su curso a pesar de su masa gigantesca. Como dice el Corán:

(3) … en verdad, Dios ha asignado a cada cosa su [plazo y su] medida.
Sura 65: At-Talaq (El Divorcio)

En efecto, el espléndido orden del universo se mantiene como resultado de un sorprendente sistema que depende de equilibrios sumamente delicados.
Muchos sostienen la antinatural creencia de que Dios “lo creó todo y luego lo abandonó a su suerte”. Sin embargo, cualquier suceso que acontezca en no importa que parte del universo ocurre únicamente por deseo de Dios y se encuentra bajo Su control. El Corán dice lo siguiente:

(70) ¿No sabes que Dios conoce todo cuanto ocurre en el cielo y también en la tierra? Todo eso está, ciertamente, en el registro [de Dios]: ciertamente, [conocer] todo eso es fácil para Dios.Sura 22: Al-Hach (La Peregrinación

Para alguien que se esfuerce en acercarse a Dios es muy importante comprender este hecho. La siguiente oración del profeta Muhammad (saas) es un buen ejemplo:

Oh Dios, para Ti son todas las alabanzas; Tú eres el Señor de los Cielos y la Tierra. Para Ti son todas las alabanzas; Tú eres el Mantenedor del Cielo y de la Tierra y de lo que hay en ellos. Para Ti son todas las alabanzas; Tú eres la luz de los Cielos y la Tierra. Tu palabra es la Verdad y Tu promesa es la Verdad y encontrarte es la Verdad y el Paraíso es la Verdad y el fuego del Infierno es la Verdad y la Hora es la Verdad. Oh, Dios, me entrego por completo a Ti, y creo en Ti y dependo de Ti, y me arrepiento ante Ti y contigo (Tus pruebas) combato a mis enemigos, y te dejo a Ti el juicio (de aquellos que rehúsan mi mensaje). Oh, Dios, perdona mis pecados pasados y futuros, y también los que cometí en público o en secreto. Tú eres mi único Dios (a Quien adoro) y no tengo otro Dios (no adoro a nadie sino a Ti).
(Al-Bukhari)

Los elaborados procesos que tienen lugar en los cuerpos de los seres vivos son ejemplos impresionantes que nos ayudan a comprender el poder de Dios. Por ejemplo, en todo momento, los riñones filtran la sangre y liberan esas dañinas moléculas que deben ser excretadas del cuerpo. Este proceso de filtración y eliminación, que es capaz de llevarlo a cabo una única célula del riñón, sólo se puede efectuar por medio de una gigantesca máquina de hemodiálisis (riñón artificial). Este tipo de máquina ha sido intencionadamente diseñado por científicos, pero un riñón no es capaz de intuir nada ni cuenta con un centro de toma de decisiones, tampoco cuenta con la facultad de pensar. En otras palabras, una célula de un riñón que no es consciente de lo que hace puede realizar tareas que, sin embargo, demandan un elaborado proceso reflexivo.

Podemos encontrarnos con millones de ejemplos similares si observamos los seres vivos. Las moléculas, compuestas de materia que no tienen consistencia, llevan a cabo tareas tan extraordinarias que, de otra manera, sugerirían un proceso consciente. La aparente consciencia proviene en estos casos, por supuesto, de la infinita sabiduría y saber de Dios. Es Él quien diseña las células de los riñones, así como las moléculas de las que hemos hablado y quien les ordena que cumplan con sus respectivas tareas. En el Corán, Dios nos informa de que constantemente envía “órdenes” a los seres que ha creado:

(12) Dios es quien ha creado siete cielos, y otras tantas tierras. A través de todos ellos desciende, incesante, Su voluntad [creadora], para que sepáis que, ciertamente, sólo Dios tiene poder para disponer cualquier cosa, y que en verdad Dios abarca todo con Su conocimiento. (Sura 65: At-Talaq (El Divorcio)

Está claro que Dios, que creo todo lo que existe en el universo, es ciertamente capaz de dar vida a algo que está muerto. Sobre este hecho, Dios dice lo siguiente:

(33) ¿ES QUE no ven [quienes niegan la Otra Vida] que Dios, que ha creado los cielos y la tierra sin cansarse por ello, tiene poder [también] para resucitar a los muertos? ¡Si, en verdad, Él tiene poder para disponer cualquier cosa!(Sura 46: Al-Ahqaf (Las Dunas)