Hace catorce siglos Dios reveló el Corán a la humanidad como un libro guía, y exhortó a la gente a aferrarse a él para ser conducidos hacia la verdad. Como se lee en el versículo: “Pero no es [el Corán] sino un Recordatorio para todos los mundos” (Sura al-Qalam [68]: 52), desde el día de su revelación hasta el Día del Juicio, este último libro divino permanecerá como la única guía para la humanidad. El lenguaje y estilo inigualables del Corán, así como la sabiduría que encierra, constituyen una evidencia incontrastable de que es la Palabra de Dios. Además, él posee muchos atributos milagrosos que prueban que es la Palabra de Dios. Uno de ellos es el hecho de que cierto número de verdades científicas —que sólo ha sido posible descubrir con la tecnología del siglo XX— aparecen ya enunciadas en el Corán hace 1400 años. El Corán no es, desde luego, un libro científico. No obstante, muchos datos científicos, expresados de una manera extremadamente concisa y profunda en sus versículos, sólo han sido descubiertos recientemente con la tecnología disponible en los siglos XX y XXI. Se trata de hechos que no podían conocerse en la época de su revelación, y ello constituye una prueba más de que el Corán es la Palabra de Dios.