This is a model of DNA. Inside DNA, there is enough data to fill about 900 volumes of an encyclopaedia.
Dios ha hecho las plumas del pavo real que nos gustan tanto. Darwin, sin embargo, dijo que le “ponían enfermo”, porque no quería admitir esta realidad.
Hemos dicho con anterioridad que el cuerpo humano está formado por trillones de células. Cada una de ellas lleva los datos característicos de una persona. Lo que aún no hemos dicho es en qué parte de la célula se almacenan esos datos.
En el núcleo de cada célula existen partes que contienen el ADN. El ADN contiene toda la información sobre el cuerpo humano. Todos los datos, como el color de tu pelo o el de tus ojos, tus órganos internos, tu aspecto físico, tu altura, todo está en el ADN. Esta información se puede codificar utilizando cuatro sustancias químicas diferentes a las que nos referimos con letras diferentes que indican el nombre de la molécula. Estas cuatro sustancias químicas alineadas en combinaciones distintas, pueden crear datos diferentes. Puedes compararlo a un abecedario. Por ejemplo, existen 26 letras en el alfabeto inglés y, combinaciones diferentes de letras, forman palabras diferentes.
Hay mucha información almacenada en el ADN. Para que te des cuenta de su inmensidad, podemos establecer la siguiente comparación: si tuviésemos que escribir toda la información del ADN, tendríamos una biblioteca de 900 volúmenes, de 500 páginas cada uno. Esta biblioteca sería tan grande como un campo de fútbol. Sin embargo, todo este conocimiento ha sido almacenado en una diminuta molécula que ni siquiera podemos ver a simple vista.
Entonces, ¿quién ha metido ahí toda esa información? ¿Quién fue capaz de encajar todo eso ahí dentro? Los evolucionistas no tienen más alternativa que seguir con su ensayada línea de pensamiento: “Todo ocurrió por casualidad”. Pero es muy difícil que algo tan complicado ocurra por puro azar.
Acabamos de ponerte el ejemplo de la biblioteca. Hemos dicho que la información que lleva el ADN es suficiente para llenar volúmenes, que a su vez llenarían un campo de fútbol. Si vieses una biblioteca semejante, ¿creerías que la información que contienen todos esos volúmenes se escribió por pura coincidencia? ¿O creerías más bien que los escribieron expertos y profesores de universidad y luego los publicó una editorial? Obviamente, la última es la opción más probable.
¿Sabes cómo suena el que los evolucionistas afirmen que el ADN se formó por casualidad? Es como si alguien dijese: “Hubo una explosión en la editorial y, de repente aparecieron todos estos libros”.
Quizá, mientras estabas sentado en el pupitre de tu colegio, leíste en un libro el título “Características geográficas del mundo” y, cuando preguntaste quién escribió esta parte, un amigo te dijo: “Hace un momento había un bote de tinta encima del libro. Sin darme cuenta, lo derramé encima y apareció eso escrito”. ¿No pensarías que se ha vuelto loco?
Los evolucionistas afirman algo que todavía resulta más improbable.
Así como una página no puede escribirse sin un escritor, la enorme cantidad de información que contiene el banco de datos que es el ADN no puede aparecer por sí sola.
Dios, que es El Poderoso, El Sabio, quien tiene el poder de hacer cualquier cosa, que es el Creador de los cielos y la Tierra y de todo lo que existe entre ambos, es también el Creador del ADN.