Tu madre prepara la comida todos los días y la pone en la mesa. Pone diferentes clases de fruta y verdura. ¿Sabes de dónde vienen?
Todas las plantas, flores, fruta y verduras crecen en la oscura tierra. Entonces, ¿cómo es posible que las aromáticas rosas rojas o las fresas, o los amarillos limones llenos de zumo salgan de la oscura tierra, que no huele tan bien?Cada planta, verdura, flor y fruto tiene olores, colores y sabores diferentes. Los albaricoques, los melocotones, las sandías, las naranjas, las cerezas, las fresas, los plátanos, las uvas y los higos tienen un sabor, olor y forma diferente. Dios los ha creado para nosotros. Todos son deliciosos y, al mismo tiempo, contienen las vitaminas y minerales necesarios para nosotros. Hay frutas diferentes en invierno y en verano, para satisfacer nuestras necesidades. Las naranjas, mandarinas y pomelos, por ejemplo, crecen en invierno y contienen abundancia de vitamina C, que aumenta la fuerza de nuestro organismo contra el frío. Durante el verano, hay jugosos frutos tales como la sandía, las cerezas, el melón y el melocotón. En verano hace más calor y nuestro cuerpo pierde agua, que podemos recuperar con ayuda de estas frutas.
Nada de esto ha ocurrido por azar. La sandía no ha decidido, de repente, nacer en verano. Tampoco los sabores y olores de todos estos frutos ocurren por casualidad. Ningún fruto puede decidir el olor que quiere tener. ¿Podría decir una naranja, por ejemplo: “quiero que éste sea mi olor”, “quiero ser de color naranja”, “quiero ser dulce”, “quiero que mis gajos estén cubiertos con una cáscara” y “quiero que se desprendan con facilidad para que la gente pueda comerme”?
¡Desde luego que no!
Dios crea la fruta para las personas de manera que sea lo más beneficiosa para ellas, para que puedan seguir siendo fuertes y estar sanos, y disfrutar con lo que comen. Por esta razón, cuando comemos algo que nos gusta, no debemos olvidar que es Dios quien lo creó y nos lo dio. Debemos dar gracias a Dios por las cosas bellas que nos ha dado y mostrado.
Hasta el momento, hemos mencionado nuestro planeta, nuestros cuerpos y los seres vivos que hay en la Tierra. Nos preguntamos: “¿Cómo ha ocurrido todo esto?” Piensa un poco, la Tierra se creó sin nada en ella y, de repente, aparecieron los seres vivos. En los mares, había peces y algas y, en la tierra, humanos, leones, gatos y hormigas empezaron a aparecer. Un pájaro surgió de la nada volando en el cielo. ¿Cómo pudieron surgir todas estas criaturas de repente?
Obviamente, Dios las ha creado a todas ellas.
Dios es el Creador de todo lo que vemos a nuestro alrededor.
Dios creó primero el universo y luego nuestro planeta. Después, los animales, las plantas y los seres humanos. Le resulta fácil crear todo esto porque es muy Poderoso. Dios puede hacer lo que quiera en un instante.
Como ya te hemos contado, algunas personas no quieren aceptar una verdad tan evidente. Estas personas, que se llaman “evolucionistas”, dicen que “todo se creó a sí mismo”.
Esto es absurdo/una tontería. ¿Qué piensas cuando llegas a casa y te encuentras con un pastel recién hecho? ¿No dices: “Mm., mi madre ha hecho un pastel”? Esto quiere decir que si hay algo concreto que podemos ver, entonces debe haber alguien que lo ha hecho.
¿Sabes cuál es la mentira que cuentan los evolucionistas? Es como decir: “Nadie ha horneado ese pastel en la cocina, se hizo solo, por casualidad”. ¿Qué dirías si oyeras esto? Probablemente exclamarías: “¡Qué tontería! ¿Cómo puede un pastel hacerse solo? Alguien lo debe haber hecho”. ¿Qué pasaría si esa persona insiste y dice: “Los tornillos de los armarios de la cocina se aflojaron y los armarios empezaron a moverse. Mientras se movían, la harina, la mantequilla, el azúcar y el coco empezaron a caer y se mezclaron en la medida justa. Al caer, la mezcla se vertió directamente en una fuente. Justo en ese momento tuvo lugar un terremoto y, no sé cómo, pero la fuente se metió en el horno. Pero todas estas casualidades aún no son suficientes para hornear el pastel. Tenía que darse otra coincidencia, y es que el horno debía estar a la temperatura adecuada. Justo entonces, ocurrió otra cosa por casualidad: el horno se encendió y se apagó justo cuando el pastel estaba hecho, antes de que se quemara”?
¿Crees que alguien se creería esta historia? ¡Por supuesto que no!
Entonces piensa un poco: crear el sol, las estrellas, los mares, los lagos, las montañas, los peces, los gatos, los conejos y los seres humanos es mucho más difícil que hacer un pastel, pero incluso un pastel no se puede hacer solo por casualidad. Entonces decir que el sol o los seres humanos se han creado solos es estúpido. Si alguien hace el pastel, entonces hay un Ser Inteligente que ha creado el sol y los seres humanos. Este Ser es Dios, nuestro Señor.
En la segunda parte del libro hablaremos de los evolucionistas que no creen en la presencia de Dios y que dicen: “todo ocurrió solo”. Esta gente trata de confundir a otros diciendo cosas que no son ciertas.
Sin embargo, cuando alguien dice cosas que no son ciertas, la mentira se hace evidente. Si la persona que tienen enfrente fuera lo suficientemente inteligente, se daría cuenta inmediatamente de que no están diciendo la verdad. Estos evolucionistas tienen muchas salidas para sus cuentos. Veamos cuán sin sentido e increíbles son las cosas que nos cuentan y cuán aparentes son sus mentiras.