Hitler y su libro "Mein Kampf", en el que expone su ideología.
l nazismo nació en el caos de la Alemania que resultó derrotada en la Primera Guerra Mundial. El líder del partido fue el enfurecido y agresivo Adolfo Hitler, quien tenía como fundamento de su visión el racismo. Creía que la raza aria, elemento fundamental del pueblo alemán, era superior a todas las demás razas, a las que tenía que gobernar. Soñaba con que la raza aria fundase un imperio de mil años de vida.
Hitler encontró el apoyo científico a esa y otras teorías racistas en la teoría de la evolución de Darwin.
El más importante modelador de los conceptos de Hitler, el historiador racista alemán Heinrich von Treitschke, se vio fuertemente influenciado e inspirado por la teoría de la evolución de Darwin y tenía por costumbre decir: »Los pueblos sólo pueden desarrollarse por medio de la competencia violenta, lo que da lugar a la supervivencia del más apto, como lo plantea Darwin«, agregando además que ello significaba una guerra inevitable y constante. Sostenía que »la conquista por medio de la espada es una manera de llevar la civilización a la sociedad inculta y el conocimiento a la ignorante«. Pensaba que »la raza amarilla carece completamente de capacidad artística y (del concepto) de libertad política. El destino de la raza negra es servir a los blancos y ser eternamente motivo de asco para éstos…«43.
Hitler, al ir moldeando sus teorías, se inspiró al igual que Treitschke en Darwin, en particular en la idea de lucha por la supervivencia, la cual le sugiere el título de su conocido libro »Meif Kampf« (»Mi Lucha«). Al igual que Darwin, Hitler ponía a las razas no europeas al nivel de los monos, y dijo: »Aparten a los alemanes nórdicos y no queda otra cosa que el brinco de los monos«44.
Hitler proclamó en la concentración partidaria hecha en Nuremberg en 1933 que »una raza superior somete a otra inferior… algo correcto que vemos en la naturaleza y que se puede considerar el único derecho concebible« porque se fundamenta en la ciencia45.
Hitler creía que la raza aria era superior y que esa superioridad venía dada por la naturaleza. Dice el Führer (según Henry M. Morris en “La Larga Guerra Contra Dios”):
»Los judíos formaron una contra raza subhumana, predestinada al mal por su herencia biológica, así como la raza nórdica estaba destinada a ser noble… La historia culminará con un nuevo imperio milenario de un esplendor sin par, basado en una nueva jerarquía racial ordenada por la propia naturaleza«46.
Hitler pensaba que los seres humanos eran animales muy evolucionados y creía que en vez de permitir que las fuerzas naturales y las coincidencias —en un mundo que se formó por casualidad— controlen la evolución, era necesario pasar a controlar con sus propias manos el desarrollo de la raza humana. Este era el objetivo final del movimiento nazi. Con el objeto de concretarlo, el primer paso era separar, aislar las razas inferiores de la raza aria, a la que se creía superior.
En función de esos conceptos los nazis pusieron en marcha la implementación del darwinismo y tomaron como ejemplo una teoría que tiene su origen en éste, es decir, la »teoría de la eugenesia« (teoría del perfeccionamiento de la raza humana).
Dicha teoría, planteada en la primera mitad del siglo XX, significaba extirpar de la sociedad a las personas enfermas y discapacitadas y el »mejoramiento« de la raza humana por medio del incremento de la cantidad de individuos saludables. Entonces, al igual que la obtención de los mejores animales por medio de aparear ejemplares de muy buena salud, la raza humana también podría ser mejorada a través de ese mecanismo.
Como era de esperar, quienes presentaron el programa eugenésico eran darwinistas. El movimiento eugenésico en Inglaterra fue encabezado por Francis Galton y Leonard Darwin, primo e hijo respectivamente de Charles Darwin.
Quedaba claro que la idea de eugenesia era un resultado natural del darwinismo. Efectivamente, ocupó un lugar especial y destacadísimo en sus publicaciones, donde se decía que »la eugenesia significa que el ser humano tomó en sus manos su propia evolución«.
Kenneth Ludmerer, médico historiador de la Universidad de Washington, observó que la idea de la eugenesia era tan antigua como »La República« de Platón y que fue el darwinismo quien la hizo revivir en el siglo XIX:
»… la eugenesia moderna se presenta únicamente en el siglo XIX. El interés por la misma en el siglo mencionado tiene múltiples raíces. La más importante fue la teoría de la evolución, porque las ideas eugenésicas de Francis Galton —creador del término— eran una excrecencia directa y lógica de la doctrina científica elaborada por su primo Charles Darwin«47.
La primera persona influenciada por la eugenesia en Alemania, quien a su vez la divulgó, fue el conocido biólogo evolucionista Ernst Haeckel, íntimo amigo y defensor de Darwin. Para impulsar la teoría de la evolución propuso el concepto de »recapitulación«, que sostiene que los embriones de criaturas diferentes se asemejan entre sí. Más tarde se supo que Haeckel había falsificado los datos que hacían a su argumentación.
Por una parte, Haeckel realizó falsificaciones científicas de ese tipo, mientras que por otra parte divulgaba la eugenesia. Sugirió que los recién nacidos discapacitados físicamente, deberían ser inmediatamente sacrificados, pues con ello se aceleraría la evolución de la sociedad. Incluso fue más lejos, pues pretendía que los enfermos oncológicos, los enfermos mentales y los leprosos también fuesen sacrificados, de modo indoloro, o de lo contrario se transformarían en una carga social que retardaría la evolución.
El investigador norteamericano George Stein resumió el ciego seguimiento de Haeckel a la teoría de la evolución en un artículo publicado en »American Scientist«:
»…(Haeckel) sostenía que Darwin estaba en lo correcto… que la humanidad, incuestionablemente, había evolucionado a partir del reino animal. De este modo, en la primera y principal exposición en Alemania sobre el darwinismo, Haeckel dio el paso fatal al plantear que la existencia política y social de la humanidad es gobernada por las leyes de la evolución, la selección natural y la biología, expuestas tan claramente por Darwin. Sustentar cualquier otra posición era una superstición retrógrada«48.
Haeckel murió en 1919. Pero sus ideas fueron heredadas por los nazis. Poco después Hitler llegó al poder y se inició el programa eugenésico oficial. Hitler resumió la nueva política en las siguientes sentencias (según lo cita A. E. Wilder Smith en “El Origen del Hombre, el Destino del Hombre”):
»En el estado popular, la educación espiritual y corporal jugarán un papel importante, pero la selección humana es lo importante… El estado tiene la responsabilidad de declarar como no apto al propósito de la reproducción a cualquiera que claramente es enfermo o genéticamente defectuoso… y debe hacerse cargo de esta responsabilidad sin miramientos ni vacilaciones de ningún tipo por parte de nadie… El detener la reproducción de los cuerpos degradados o físicamente enfermos durante un período de solamente 600 años, conduciría… a un mejoramiento de la salud humana, algo que difícilmente se puede concebir hoy día. Si la fertilidad de los miembros más saludables de la raza fuese llevada a cabo de modo planificado, el resultado sería una raza… que habría perdido la simiente del deterioro corporal y espiritual que arrastramos hoy día«49.
Como una necesidad de la política hitlerista, los enfermos mentales, los ciegos de nacimiento y aquellos con enfermedades genéticas en la sociedad alemana, fueron reunidos en »centros de esterilización« especiales. Esas personas eran consideradas parásitas o dañinas para el progreso, la evolución y la pureza de la raza alemana. En la práctica, las personas de esos centros empezaron a ser sacrificadas casi de inmediato por una orden secreta de Hitler.
Semejantes crímenes fueron presentados como algo perfectamente racional, en tanto que los considerados genéticamente inferiores eran descritos como »inútiles« y un obstáculo para el desarrollo de la nación. Los grupos, razas y pueblos vistos como inferiores empezaron a incluirse lentamente en la clasificación anterior. Posteriormente se incluyeron también a los ancianos enfermos, los que padecían ictericia y serios defectos mentales, los sordos, los mudos e incluso los que sufrían enfermedades que llevaban inevitablemente a la muerte. Y puesto que los negros eran »inferiores«, en los Juegos Olímpicos de Berlín en 1936 Hitler saludó a todos los competidores pero se retiró del estadio para no darle la mano al atleta de color Jesse Owens, ganador de cuatro medallas de oro. Incluso algunos evolucionistas defendieron el punto de vista de que las mujeres eran inferiores a los hombres en su evolución, por lo que se les prohibió de modo categórico la práctica de ciertas profesiones. El Dr. Robert Wartenberg, luego prominente profesor de neurología en California, intentó demostrar la inferioridad de la mujer y argumentó que no podría sobrevivir si no estuviese »protegida por los hombres«. Concluyó que debido a que las mujeres más débiles no eran eliminadas con la rapidez necesaria dada esa protección, su grado de evolución era más lento y por lo tanto la selección natural en ellas se daba en una escala menor que en los hombres50.
Dado el acrecentamiento del darwinismo y del concepto de eugenesia, los »científicos racistas« de Alemania defendieron francamente la matanza de los miembros y grupos no deseables de la población. En un libro publicado en 1895 y titulado »Das Recht auf den Tod« (»El Derecho a la Muerte«), uno de esos científicos, Adolf Jost, hizo un llamado anticipado a dicha eliminación física por parte de los médicos. Jost sostenía que »en consideración de la salud del organismo social, el estado debe tomar la responsabilidad de la muerte de los individuos«. Jost fue mentor de Adolf Hitler, quien apareció en el escenario político unos 30 años más tarde. Dijo Hitler:
»El Estado debe cuidar que se procreen solamente niños saludables«. Y agregó: »Debe declararse no apta para la procreación toda aquella persona que se la vea enferma o que haya heredado una enfermedad y por lo tanto pueda transmitirla«51.
Según una ley aprobada en 1933, fueron esterilizados 350 mil enfermos mentales, 30 mil gitanos y cientos de niños negros por medio de la castración, rayos X, inyecciones y descargas eléctricas en el área genital. Un oficial nazi dijo: »El Nacionalsocialismo no es más que la biología aplicada«52.
Por medio de matanzas y políticas despiadadas, dirigidas contra gente inocente, Hitler agregaba otro tipo de eugenesia para apurar el desarrollo de la raza alemana. A la vez, hombres y mujeres rubios de ojos azules, aceptados como representantes de la raza alemana, fueron impulsados a relacionarse y tener hijos. En 1935 se establecieron granjas especiales donde mujeres jóvenes con las características mencionadas recibían frecuentes visitas de unidades de las SS. Los niños ilegítimos nacidos allí iban a ser criados como los soldados del pretendido reino alemán milenario.
Para probar la supuesta superioridad de la raza aria, los nazis nuevamente hicieron uso de conceptos darwinistas. Darwin había conjeturado que la gente, al evolucionar, desarrollaba un cráneo más grande. Los nazis, en un total acuerdo con esa idea, empezaron a medirlos para demostrar que la raza alemana era superior. En todos los rincones de la Alemania nazi se hacían comparaciones para demostrar que los cráneos alemanes eran más grandes que los de otras razas. También se evaluaban con criterios evolucionistas los ojos, cabellos, dientes y otros rasgos anatómicos. Esos individuos que no se ajustaban a las medidas de la raza alemana iban a ser eliminados en nombre de los principios eugenésicos.
Pero, apenas te vuelve la espalda, se esfuerza por corromper en el país y destruir las cosechas y el ganado. Dios no ama la corrupción. (Corán 2:205)
Toda esa locura fue llevada a cabo en nombre de la implementación de los principios darwinistas en la sociedad. El historiador norteamericano Michael Grodin, autor del libro »Los Médicos Nazis y el Código de Nuremberg«, revela esa realidad así:
»Pienso que lo que pasó es que hubo una alianza o equiparación total entre la ideología nazi y el Darwinismo Social respecto a la forma en que se desenvolvía la pureza racial alrededor del siglo XX«53.
George Stein explica el tema:
»Sea lo que haya sido el Nacionalsocialismo, en definitiva fue el primer intento consciente por organizar una comunidad sobre la base de una biopolítica explícita: una biopolítica totalmente congruente con las determinaciones científicas de la revolución darwinista«54.
El conocido evolucionista Sir Arthur Keith comenta respecto a Hitler:
»El Führer alemán es evolucionista; ha buscado conscientemente que la experiencia alemana se ajuste a la teoría de la evolución«55.
Robert Clarke, autor de »Darwin: Antes y Después«, concluyó que Adolf Hitler »… fue cautivado por las enseñanzas evolucionistas, probablemente desde que era niño. Hitler razonaba… que una raza superior siempre debería conquistar a una inferior«56. La filosofía política de la Alemania nazi se modeló bajo la influencia de las ideas de Hitler.
Joseph Tenenbaum, autor de »Raza y Reich«, señaló que la filosofía política alemana se estructuró en base a la creencia de que para que se produzca el progreso evolucionista resultaban decisivas:
»… la lucha, la selección y la supervivencia del más apto, conceptos y observaciones a los que se arribó… por medio de Darwin… pero ubicados en el florecimiento lujurioso de la filosofía social alemana del siglo XIX… De este modo se desarrolló la doctrina del derecho inherente de Alemania a gobernar el mundo sobre la base del vigor superior… (en una) relación como la ‘del yunque y el martillo’ entre el Reich y los pueblos más débiles«57.
Adolf Hitler no fue el único líder nazi en esa »guerra de la evolución ideológica«. Heinrich Himmler, jefe de la Gestapo, dijo que »la ley de la naturaleza debe seguir su curso por medio de la supervivencia del más apto«. En realidad, todos los líderes nazis estaban comprometidos con el evolucionismo y con el racismo alemán, al igual que la mayoría de los científicos e industrialistas de esos años oscuros58.
Hitler le dio una gran importancia a la teoría de la evolución porque la veía también como un arma contra la creencia religiosa. Odiaba profundamente las religiones divinas. Virtudes morales como la compasión, la misericordia y la humildad, recomendadas por las religiones divinas, representaban un gran obstáculo a la pretensión de crear un tipo de guerrero ario inmisericorde. Debido a ello, una vez que llegó al poder en 1933, intentó retrotraer a la sociedad alemana a sus antiguas creencias paganas. (Considerando equivocadamente a la) svástica sólo como un símbolo de las viejas culturas paganas, hizo uso de ese signo. Las ceremonias que realizaban los nazis en cada rincón de Alemania, eran un retorno a los antiguos ritos paganos. Es por eso que la idea del evolucionismo, herencia de las culturas paganas, encajaba demasiado bien con la ideología nazi. En una oportunidad Hitler reveló su actitud hacia los cristianos cuando dijo claramente que la religión era:
»(una) mentira organizada (que) debe ser destrozada. El Estado debe quedar como el amo absoluto. Cuando era joven, pensaba que era necesario empezar (a destruir la religión)… con dinamita. Desde entonces he comprobado que se puede actuar con cierta sutileza… El gobierno civil final debe estar... en la Silla de San Pedro, ocupado por un oficiante (eclesiástico) senil, acompañado por unas pocas ancianas siniestras frente a él… Las personas jóvenes y saludables están de nuestra parte… Nuestro pueblo ha vivido correctamente sin esta religión. Dispongo de seis divisiones de hombre de las SS, totalmente indiferentes en materia religiosa«59.
Daniel Gasman reveló en su libro »Los Orígenes Científicos del Nacionalsocialismo« las razones por las que Hitler odiaba la religión:
»Hitler subrayó y escogió el concepto de evolución biológica como el arma principalísima contra la religión tradicional y condenó repetidamente al cristianismo por su oposición a las enseñanzas evolucionistas… Para Hitler el evolucionismo era la marca de pureza de la ciencia y cultura modernas«60.
En realidad, la causa fundamental de las incontables catástrofes que acontecieron en el siglo XX se debió a la conducta de gente como Hitler y los nazis en general, quienes no tenían ninguna religión. Esos que negaban la existencia de Dios y creían que los seres humanos habían evolucionado para convertirse en animales desarrollados, se veían a sí mismos sin la responsabilidad de tener que responder por sus procederes frente a alguien. Es decir, como no temían en absoluto a Dios y el Más Allá, nada ponía límites a su inmoralidad y tiranía, motivo por el cual asesinaron de modo inmisericorde a millones de personas. A través del ejemplo de Hitler se pueden observar claramente las dificultades y sufrimientos que siempre existieron en las sociedades sin religión. Pero como veremos más adelante, ello también se ha ejemplificado a través de Stalin, Mao, Pol Pot, Franco, Mussolini y otros personajes completamente ateos que sumergieron al siglo XX en un baño de sangre. Por supuesto, hay que extraer una lección de esta pesadilla que se produce por la falta de una religión divina.
Hitler fue la causa de la muerte de millones de personas y de que otras millones queden en la calle y solas. Su ideología inhumana se basaba en las tesis darwinistas de razas superiores e inferiores. Y no vaciló en matar a aquellos que veía como inferiores.
Estas fotos resumen el sufrimiento, terror y angustia que Hitler, y quienes compartían sus puntos de vista, infligieron a la humanidad. El darwinismo, que fue la fuente esencial de esa pesadilla, aún continúa causando sufrimientos a los seres humanos en todo el mundo.
En cambio, esos que temen a Dios y viven de acuerdo con la moral coránica, siempre llevan la paz, la tranquilidad, la seguridad, la abundancia y el esclarecimiento a las sociedades. Las personas fieles a la religión de Dios nunca alteran la paz en ningún lugar del mundo, sino que, aportando a la misma, promueven siempre la piedad, la compasión, la amistad, la honradez y la cooperación.
Hitler determinó su política valiéndose del darwinismo. Benito Musssolini, su contemporáneo y aliado, también hizo uso de las conjeturas y conceptos darwinistas para instalar en Italia los fundamentos fascistas e imperialistas.
Mussolini era un consumado darwinista que creía que la violencia era una fuerza impulsora de la historia y que la guerra conducía a la revolución. Para él, »la renuencia de Inglaterra a comprometerse en la guerra no hacía otra cosa que probar la decadencia evolucionista del Imperio británico«61.
En el encabezamiento de la revista »El Pueblo de Italia«, que fundó con la asistencia económica del gobierno francés, se leía la siguiente sentencia: »Quien tiene armas también tendrá pan«. En otras palabras, a la gente le decía que con el objeto de poder llenar los estómagos necesitaban la fuerza para poder hacer la guerra y apropiarse de lo que quisiesen.
Mussolini eligió el hacha como representación del fascismo y del Partido Fascista. El »fascio« (el hacha en medio de un grupo de varillas y todo sujetado por una cuerda) era la insignia y símbolo de autoridad del cónsul del imperio romano. Por extensión, el Duce lo convirtió en símbolo de la guerra, la violencia, la muerte y la masacre.
La conducta de Mussolini y de todos los fascistas, agresiva y propensa a la violencia, es descrita en el libro de Denis Mack Smith, donde se dice que entre sus convencimientos inmodificables se contaban la necesidad de valerse de la agresión y la idea de que el recurrir a la violencia era instintivo62.
Las políticas opresivas, agresivas y belicosas de Mussolini, semejantes a las de otros darwinistas-fascistas –culpables de que mucha gente sea masacrada, quede desamparada sin techo ni familia y que distintas naciones se viesen hundidas en la ruina por la violencia y la tiranía—, fueron practicadas por medio de los Camisas Negras, tanto en Italia como en otros países. Mussolini ocupó Etiopía en 1935 y para 1941 había aniquilado a 15 mil personas. No demoró en respaldar y justificar esa ocupación por medio de los criterios racistas darwinistas. Según Mussolini, los etíopes eran inferiores por ser de raza negra y el hecho de verse gobernados por una raza superior como la italiana significaría un honor para ellos.
Por otra parte, seguía sojuzgando a los musulmanes, situación que comenzó con la invasión de Libia el 3/10/1911. En realidad, incrementó el ataque contra los mismos. La ocupación finalizó solamente con la muerte de Mussolini y según un acuerdo hecho el 10/2/1947. Durante ese período de casi 36 años, fueron martirizados un millón y medio de musulmanes y heridos cientos de miles.
Mussolini, quien pasó a la historia por su crueldad y opresión, describió finalmente así al fascismo que engendró y puso en práctica:
»El fascismo ya no es liberacin sino tiranía, ya no es la salvaguarda de la nación sino la defensa de los intereses privados«63.
Como hemos visto con los ejemplos de Hitler y Mussolini, lo correcto y superior era la agresividad y la crueldad. Y la única vía para el éxito y el desarrollo debía recorrerse por medio de la fuerza bruta, la agresión, la violencia y la guerra: todo ello era la implementación de los supuestos de Darwin, puesto que, según los mismos, »el fuerte vive, el débil muere«. Como sabemos, fue eso lo que condujo al sufrimiento inaudito de millones de personas.
Otro de los opresores fascistas que convirtió al siglo XX en un lago de sangre fue Franco. Para desgracia y sufrimiento de su pueblo, organizó la »Falange«, con el respaldo de los darwinistas-fascistas Hitler y Mussolini, y llevó a España a la guerra civil enfrentando a hermanos contra hermanos y a hijos contra padres.
Durante esos enfrentamientos morían un promedio de 250 personas por día en Madrid, 150 en Barcelona y 80 en Sevilla. Algunas ejecuciones fueron hechas con las manos desnudas destrozándole la cabeza al enemigo. Se llevaron a cabo masacres brutales en todo el país. En una pequeña aldea al norte de Madrid, por ejemplo, fueron arrestados 31 ciudadanos porque no habían votado convenientemente y 13 de ellos fueron sacados del pueblo en un carro y asesinados al costado del camino. Entraron en una ciudad con once mil habitantes, cercana a Sevilla, y mataron a más de trescientos. Como resultado de ese tipo de sucesos violentos, en la guerra civil murieron más de 800 mil personas y otras 200 mil fueron ejecutadas por orden de Franco. Millones fueron heridas o dejadas inválidas.
Hitler y Mussolini fueron los principales sostenedores de Franco y éste premió a sus aliados por medio de uno de los acuerdos más crueles y brutales que registra la historia, pues entregó a los nazis pequeñas ciudades como Guernica para que experimenten allí sus armas.
»En la mañana del 5/5/37 la gente de Guernica despertó con la muerte producida por gigantes aviones bombarderos y toneladas de bombas, los nuevos milagros de la tecnología nazi. La pequeña ciudad había sido entregada por Franco a los nazis para que éstos experimenten la efectividad de sus aviones«64.
Este suceso resultaba solamente uno de los productos de esa filosofía retorcida que consideraba a los seres humanos como animales de laboratorio, que provocó la muerte de miles de personas con el objeto de probar la efectividad de las armas, que dejó tullidas, heridas y torturadas a miles de otras y que sigue vigente aún hoy día, bajo diferentes apariencias. Y continuará existiendo en tanto sigan en vigencia los criterios darwinistas y otros semejantes que ven a los seres humanos como una especie de animales y a la guerra como el medio más efectivo para el progreso.
No hubo ningún tipo de misericordia, ni siquiera para los niños, en la Guerra Civil española producida por Franco. La gente era sacada de sus casas sin motivo alguno y ejecutada de un tiro. Muchos inocentes fueron muertos o quedaron tullidos y perdieron a sus familiares o seres queridos. Todo ello era reflejo de la brutalidad fascista en la vida diaria.
El conocido profesor de historia británico James Joll explica en su libro »Europa Desde 1870« que uno de los factores que condujo al estallido de la Primera Guerra Mundial fue la creencia en las ideas darwinistas por parte de los líderes europeos de la época:
«Hemos visto como las ideas darwinistas tuvieron una gran influencia sobre la ideología imperialista a fines del siglo XIX. Es importante darse cuenta de la manera en que la mayoría de esos líderes hicieron suya literalmente la doctrina de la lucha por la existencia y supervivencia del más apto en los años anteriores a la Primera Guerra Mundial. Por ejemplo, el jefe del estado mayor austro-húngaro, Franz Baron Conrad von Hoetzendorff, escribió en sus memorias después de la guerra: "Las religiones filantrópicas, las enseñanzas morales y las doctrinas filosóficas pueden servir a veces, por cierto, para debilitar de la forma más torpe la lucha por la existencia del ser humano, pero nunca conseguirán que esa lucha deje de cumplir su papel como impulsora del mundo… Es en concordancia con este gran principio que la catástrofe de la guerra mundial se produjo como resultado del accionar de las fuerzas motrices en la vida de los estados y de los pueblos, del mismo modo que la tormenta eléctrica se descarga por su propia naturaleza".
Si tenemos en cuenta este tipo de posición ideológica, se hace comprensible la insistencia de Conrad respecto a la necesidad de una guerra preventiva con el objeto de preservar la monarquía austro-húngara.
También hemos visto como esos criterios no se limitan a personajes militares, y que, por ejemplo, Max Weber estaba profundamente comprometido con la lucha internacional por la supervivencia. Asimismo, Kurt Riezler, asistente personal y confidente del Canciller alemán Theobald von Bethmann-Hollweg, escribió en 1914: "La enemistad eterna y absoluta es fundamentalmente esencial en la relación entre dos pueblos. Y la hostilidad que observamos por todas partes… no es el resultado de una perversión de la naturaleza humana sino la esencia y la fuente de la vida misma".»65.
Friedrich von Bernhardi, general alemán en la Primera Guerra Mundial y Darwinista social, también fue uno de esos líderes. »La guerra« declaraba Bernhardi, »es una necesidad biológica« ; »es tan necesaria como el conflicto entre los elementos naturales« ; »dicta una sentencia biológicamente justa, puesto que se sustenta en la misma naturaleza de las cosas«66.
Como hemos visto, la Primera Guerra Mundial se produjo debido a que los pensadores, los generales y los líderes políticos europeos instrumentaron y condujeron las situaciones entendiendo que el conflicto era parte de un tipo de »desarrollo« y ley natural inmutable. Los conceptos totalmente falsos que les sirvieron de ideología inspiradora y arrastró a toda una generación a la misma, no fueron más que los expresados por Darwin, es decir, »lucha por la vida« y »razas favorecidas«. Dos años después de lo manifestado por Bernhardi, comenzó la Primera Guerra Mundial, que produciría el desarrollo biológico (!), y dejó 8 millones de muertos, cientos de ciudades en ruinas y otros millones de tullidos, sin techo y sin trabajo. Las raíces de la guerra nazi que empezó 21 años después y dejó 50 millones de muertos, también se hunden en el darwinismo.
Hitler tenía la costumbre de vincular sus políticas de guerra y el genocidio con el darwinismo. Veía a la guerra no solamente como un medio para eliminar las razas más débiles sino también como un poder para deshacerse de los miembros más disminuidos de la raza superior. Ese era uno de los motivos que llevaba a la Alemania nazi a alabar la guerra, ya que en su concepción retorcida resultaba un paso esencial para el mejoramiento de la raza.
El evolucionista A. E. Wiggam publicó en 1922 un libro que sirvió de fundamento a la política de Hitler, en donde se explica »la creencia de que la guerra desarrolla a los seres humanos«:
»… hubo un momento en que los seres humanos tuvieron un cerebro escasamente mayor o más capaz que el de los monos, sus primos antropoides. Pero, por medio de la lucha, el mordisco, la patada… de engañar a sus enemigos y de que los que no eran suficientemente fuertes e inteligentes para hacer esas cosas fueron eliminados, el cerebro del ser humano se volvió enorme y creció en agilidad como en sapiencia, aunque no lo hiciera en tamaño«67.
Hitler obtuvo el apoyo de evolucionistas como Wiggam y veía a la guerra como una obligación para aquellos que deseaban sobrevivir. Expresa en »Mein Kampf«:
»Todo el mundo de la Naturaleza es un poderoso combate entre el fuerte y el débil, lo cual se traduce en una permanente victoria del fuerte sobre el débil. Si eso no hubiese sido así, el mundo no sería más que una declinación generalizada de toda la Naturaleza.
Quien quiere vivir debe luchar. Quien no desea luchar en este mundo, donde el combate permanente es la ley de la vida, no tiene derecho a la existencia. Pensar de otro modo es ‘insultar’ a la naturaleza y la respuesta es la angustia, la desgracia y la enfermedad…«68.
En base al supuesto darwinista de que el fuerte es el que sigue viviendo como resultado de la lucha por la supervivencia y de que la especie que se desarrolla a través de ese combate es la que corresponde a las mejores sociedades humanas, se empezó a ver la guerra como una necesidad para el desarrollo de la humanidad. Por ejemplo, Hitler consideró que la grandeza de Alemania se encontraba en la eliminación, por medio de la guerra, de los miembros más débiles a la vuelta de los siglos. Aunque el combate armado no le era algo extraño a los alemanes, esta nueva justificación »científica« afianzaba firmemente sus políticas guerreras.
Hitler había barruntado también que »la civilización humana, de no ser por las guerras continuas, no existiría como la conocemos«69.
Hackel propuso al respecto que debían ser implementados los métodos brutales de los espartanos de la Grecia antigua. Escribió que »al matar a todos los niños, excepto ‘a los perfectamente saludables y fuertes’, los espartanos mantuvieron ‘permanentemente una fortaleza y vigor excelentes’ »70.
La guerra era vista como »un regulador indispensable« de la población europea, no sólo de Alemania. El darwinista social alemán Friedrich von Bernhardi escribe: »Si no fuese por la guerra, probablemente nos encontraríamos con que las razas inferiores y degeneradas superarían en número y riqueza a las vigorosas y saludables. La importancia de la generación de la guerra reside en que motiva la selección, con lo que la misma se convierte en una necesidad biológica«71.
Como seguimos viendo, Hitler y los ideólogos nazis que lo apoyaban, consideraban a la guerra como una necesidad puesto que era lo que inferían del darwinismo. Y al implementar lo que para ellos era necesario, provocaron que sobre su propio pueblo y otros se precipitaran distintas desgracias. Por lo tanto, es absolutamente correcto identificar a Charles Darwin, desde este ángulo, como uno de los principales responsables de los sufrimientos experimentados en la Segunda Guerra Mundial.
El profesor Dr. Jerry Bergman demuestra cuál ha sido la influencia del darwinismo en la concepción de la Segunda Guerra Mundial:
»Resultan muy claras la evidencias del tremendo impacto que tuvieron los conceptos darwinistas sobre el pensamiento y práctica alemana… En realidad, esos conceptos tuvieron un enorme influjo en la génesis de la Segunda Guerra Mundial, en la pérdida de 40 millones de vidas y en el gasto de unos 6 billones de dólares. Plenamente convencido Hitler de que el evolucionismo era una realidad, se veía a sí mismo como el salvador de la humanidad… El mundo lo vería como el hombre que empujó a la humanidad a un nivel evolutivo más elevado por medio de dar lugar a una raza superior«72.
Por supuesto, en el mundo existieron incontables guerras antes de que Darwin plantease su teoría. Pero debido al efecto de ésta la guerra obtenía por primera vez un falso consentimiento científico. Max Nordau llamó la atención sobre el papel negativo de Darwin en lo que hace a la guerra. Publicó un artículo titulado »La Filosofía y la Moral Social de la Guerra«, que produjo bastante agitación en EEUU:
»Darwin es la principalísima autoridad de entre todos los defensores de la guerra. Desde que fue promulgada la teoría de la evolución, los vindicadores de la lucha armada pudieron encubrir su barbarismo natural con el nombre de Darwin y proclamar como la última palabra de ‘la investigación científica’ los instintos sanguinarios ubicados en lo más recóndito de sus almas«73.
No iba a ser casualidad que el siglo XX fuese testigo de las guerras más sangrientas conocidas hasta el momento, como resultado de los conceptos de ideólogos materialistas como Darwin, Marx y Freud. El darwinismo había preparado el fundamento teórico supuestamente científico que finalizaría en guerras. Y los déspotas que las consideraron indispensables para el desarrollo, masacraron a un total de 60 millones de personas en ambas guerras mundiales.
Sólo incurren en él (en reproche) quienes son injustos con los hombres y se insolentan en la tierra injustamente. Esos tales tendrán un castigo doloroso. (Corán 42:42)
Aunque hoy día parecen del pasado los líderes fascistas como Hitler y Mussolini, así como las organizaciones vinculadas a ellos (las SH, las SS, la Gestapo) o los »camisas negras« mussolinianos, otras estructuras Neo Nazis que continúan con sus ideas siguen vigentes. Especialmente en los últimos años han vuelto a ponerse activos en muchos países europeos movimientos racistas y fascistas. A la cabeza de ellos se ubican los Neo Nazis alemanes. Se trata de granujas sin ocupación conocida, adictos a las drogas y con ideas sanguinarias, marcados por todos los rasgos de la mentalidad fascista. Un artículo que habla de ellos exhibe la atracción que sienten por el derramamiento de sangre y la violencia:
»Sangre, honor, fanatismo… Es posible resumir en esas tres palabras las ‘virtudes’ de los miembros del Grupo Fascista Olympia. En los ojos de todos sus miembros se puede ver el inmenso deseo por sublevarse«74.
Los Neo Nazis han sido influenciados por los mismos conceptos darwinistas que calaron hondo en sus »mayores«, es decir, Hitler y los demás líderes nazis. Es posible encontrar en las páginas de Internet propaganda racista y nazi, expresiones de Darwin y alabanzas a Darwin, porque éste sirve de sustento a todos los movimientos y conceptos Neo Nazis. Por lo tanto, en sus páginas en la web presentan al darwinismo como una teoría que debe ser aceptada aunque se carezca de toda prueba o testimonio válido de su corrección.
Los ataques y asesinatos que llevan a cabo los Neo Nazis son absolutamente brutales. Sienten placer en quemar vivas a las personas, aterrorizarlas y torturar a niños. Los turcos son uno de sus objetivos principales. Revelan su odio y encono irracional hacia los turcos en todos sus sitios de Internet. En uno de ellos apareció esta expresión sobre los mismos:
»Por ejemplo, si hoy día tuviese el poder en mis manos, disfrutaría viendo a una gran parte de los turcos en cámaras de gas«75.
Una vez más es Charles Darwin quien les da el fundamento para ese encono. Los Neo Nazis, por medio de asumir parte de las falsas e ignorantes conjeturas de Darwin respecto a los turcos, creen contar con una »explicación científica« para canalizar el odio contra ellos. El lector encontrará en la última página de este capítulo algunos sitios Neo Nazis de Internet, donde se alaba a Darwin y se puede leer lo que opinan del pueblo turco.
Ultimamente ha ido en ascenso la violencia de los Neo Nazis contra los turcos y personas de otras nacionalidades. El periódico turco »Sabah« del 12/08/2000 publicó una lista de los ataques Neo Nazis durante el verano de ese año:
»— En Junio fueron rotas las ventanas de la Mezquita Ar-Rahman en la ciudad de Gera, estado de Thüringen.
— Dos cócteles molotov fueron arrojados en una mezquita turca en la pequeña ciudad de Eppingen, estado de Baden-Württemberg.
— Un cóctel molotov fue arrojado en la Mezquita Verde en el distrito Utersen de Pinneberg.
— En Memingen fue incendiado un edificio habitado por turcos.
— En Bocholt fue incendiado un café turco y un edificio habitado por libaneses. Hubo catorce heridos, uno de gravedad.
— En la ciudad de Chemnitz al este de Alemania, un bebé de siete meses de una familia irakí fue arrojado al suelo. Sufrió heridas en el rostro al golpear contra el cemento«76.
En el pasado reciente ocurrieron muchos incidentes más. Teniendo como guía la animadversión de Darwin con los turcos, los Neo Nazis organizaron un ataque contra ellos en la ciudad de Möln en Noviembre de 1992. Después, en 1993, cinco turcos fueron quemados vivos por los Neo Nazis en Solingen77. La prensa describió esa agresión como »El más sangriento ataque racista en la historia alemana desde la época Nazi«. Atentados de ese tipo fueron vistos a menudo en los años siguientes. Se incendiaron casas de turcos y éstos fueron golpeados y lastimados. Agresiones similares ocurrieron en Holanda. En una de ellas mataron a una madre y sus cinco hijos. Quienes participaron en la marcha fúnebre recibieron cartas amenazantes con svásticas inscriptas en ellas.
Estos incidentes son solamente algunas de las agresiones racistas contra los turcos. Pero los grupos fascistas, herederos de Darwin y de personas como Hitler, continuaron con ese tipo de brutalidades. Las medidas legales no serán suficientes para detener esas agresiones inhumanas. La forma segura de poner fin a todo ello es impulsar, junto a las medidas legales, una seria confrontación ideológica. En tanto que los conceptos darwinistas no dejen de ser considerados »científicos«, seguirán ocurriendo los ultrajes perpetrados por quienes ven al racismo como una ley natural.
Stern (Nº 40/1992) dice:
La extrema derecha entona marchas que tornan violentas las acciones contra los extranjeros. Gente joven, cuyo número crece día a día, especialmente en los nuevos estados alemanes, es estimulada por medio de esos ritmos agresivos.
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