Los Metodos Para Propagar El Islam Segun El Coran

A lo largo de la historia, Dios ha enviado un mensajero tras otro para proporcionar a las gentes de sociedades ignorantes explicaciones claras de Su existencia y del Más Allá, y para emplazarles a que le rindan culto. Dios nos informa de que a Sus mensajeros, así como a todos los creyentes, se les ha encargado esta misión.

Y para que de vosotros pueda salir una comunidad [de gente] que llame al bien, ordenando la conducta recta y prohibiendo la conducta inmoral… (Corán, Al Imran (La Casa de Imrán) 3:104)

Los creyentes solo están obligados a dar a conocer el Islam, lo que significa que deben transmitir a los demás los mandatos de Dios y llamarlos a que sigan la moral del Corán. Dios guía y da entendimiento a las personas. A este respecto, los creyentes sólo son responsables de utilizar los métodos que se indican en el Corán; no son responsables de si los demás creen o no.

Para hacer más fácil esta tarea, Dios muestra a los creyentes muchos métodos a través de mandatos explícitos y relatos que encontramos en el Corán. Las prácticas de los mensajeros de Dios también sirven de ejemplo para los creyentes. En este capítulo, recalcaremos los métodos que, según el Corán, se utilizan para comunicar el mensaje y para hacer frente a las diversas situaciones que se pueden presentar al cumplir con esta tarea.

Enfatizar El Hecho De Que No Esperamos Obtener Ningún Beneficio A Cambio

Aquellos a quienes se les enseña el Islam deberían ser capaces de analizar el mensaje con una mente y una conciencia abiertas, y sin la influencia de ningún prejuicio, duda o aflicción. Con dicha finalidad, deben estar seguros de la sinceridad del que lo transmite.

Las personas que no conocen a los creyentes y por tanto saben poco de ellos, puede que tengan prejuicios en su contra y duden de sus intenciones porque se encuentran bajo la influencia de una sociedad ignorante. Esto puede considerarse aceptable hasta cierto punto. Por ejemplo, pueden sentir curiosidad de por qué los creyentes ponen tanto empeño en acercarles al Islam. Puesto que, en su propio mundo, todo se basa en el interés personal, puede que sean incapaces de comprender que las personas que tienen fe únicamente buscan agradar a Dios. O puede que tengan dudas sobre si la información que se les proporciona es correcta. Por estos motivos, los creyentes debemos hacer todo lo posible para disipar todas sus dudas y preocupaciones sin esperar a que ellos las mencionen.

De hecho, el Corán nos informa de que todos los mensajeros hicieron de esto la prioridad de su misión, puesto que tenían una fe cierta en el poder de Dios y en la existencia del Más Allá, y por tanto dedicaron sus vidas a intentar lograr Su favor. Al tener una fe cierta en la existencia del Paraíso y del infierno, los mensajeros temían que todo aquel con quien se encontraban se enfrentaría a un castigo infinito y atroz en el infierno, a menos que ellos (los profetas) cumplieran los mandatos de Dios. Su misión principal era ordenar lo bueno y prohibir lo malo, y hablar a la gente del poder y la grandeza de Dios. A cambio, sólo buscaban lograr Su contento. Aparte de eso, no esperaban lograr ningún otro beneficio.

El Corán llama nuestra atención sobre este punto y enfatiza el hecho de que los mensajeros se esforzaron por resolver las dudas de sus pueblos. Algunas aleyas que se refieren a este tema son las siguientes:

"Y no os pido recompensa alguna por ello: mi recompensa incumbe sólo al Sustentador de todos los mundos. (Corán, Ash-Shuaara' (Los Poetas) 26:180)

A aquellos a quienes Dios ha guiado. Sigue, pues, su guía, [y] di: "No os pido recompensa por esta [verdad]: ¡ciertamente, no es sino una amonestación para toda la humanidad!" (Corán, Al-Anaam (El Ganado) 6:90)

“¡Oh pueblo mío! No os pido recompensa por este [mensaje]: mi recompensa incumbe sólo a Aquel que me creó. ¿Es que no vais a usar vuestra razón? (Corán, (Hud) 11:51)

(20) En eso, llegó un hombre corriendo desde el otro extremo de la ciudad, [y] exclamó: "¡Oh pueblo mío! ¡Seguid a estos mensajeros! (21) ¡Seguid a quienes no os piden recompensa, y que están rectamente guiados! (Corán, Ia Sin (Oh Tú, Ser Humano)36:20-21)

Así, conforme a los signos que se mencionan en estas y en otras aleyas, quienes han emprendido tan noble misión deben clarificar este punto. Las circunstancias del mundo de hoy en día obligan a las personas a estar predispuestos en contra de los demás, puesto que las relaciones se basan principalmente en el interés material. Por este motivo, tales aclaraciones clarificarán el asunto a la otra parte.

Dejar Claro Que Quien Comunica El Mensaje Es Alguien Digno De Confianza

En cuanto a cómo se debería divulgar el mensaje, el Corán nos proporciona otro mensaje: quienes propagan el Islam, primero deben dejar claro que son personas honestas y de fiar. De hecho, deducimos de las palabras del Corán que todos los mensajeros utilizaron este método e insistieron en mostrar que eran verdaderos mensajeros enviados por Dios.

¡Ciertamente, soy un enviado [Suyo] a vosotros, [y por tanto] merecedor de vuestra confianza (Corán, Ash-Shuaara' (Los Poetas) 26:107)

Resulta esencial despejar las dudas y ganar la confianza de aquellos a quienes se les va a transmitir el mensaje de Dios. Si la persona es honesta, sincera y fiable, entonces merece que sus palabras sean tenidas en cuenta. Pero cualquier duda sobre la fiabilidad de quien divulga el mensaje hará que las otras personas desarrollen un mecanismo de auto-defensa. Una vez que se aclara este punto y se le añaden los métodos que nos presenta el Corán, la gente está dispuesta a concentrarse en el mensaje del Islam y está más abierta a él.

Refutar Las Falsas Creencias

Después de haber eliminado las preocupaciones y prejuicios de aquellos a quienes se les va a explicar lo que es el Islam, el siguiente paso consiste en refutar sus irracionales y falsas creencias. Se debe explicar lo erróneo de las mismas de modo claro y lógico, puesto que la gente únicamente las abandonará una vez que se ha convencido de que sus creencias son erróneas. Con el fin de eliminar las inquietudes que nublan sus mentes, Dios nos muestra un método: rebatir las falsas creencias por medio de métodos racionales, científicos y visuales, proporcionando explicaciones satisfactorias del porqué no funcionan los sistemas de los incrédulos. El método utilizado por el profeta Abraham (sa) para difundir el mensaje a su pueblo es un buen ejemplo:

--(70) [lo que ocurrió] cuando le preguntó a su padre y a su gente: "¿Qué es lo que adoráis?" (71) Respondieron: "Adoramos ídolos, y somos devotos de su culto." (72) Dijo: "¿[Creéis en verdad que] os escuchan cuando les invocáis, (73) o [que] os benefician u os perjudican?" (74) Dijeron: "¡Pero hallamos que nuestros antepasados hacían lo mismo!" (75) [Abraham] dijo: "¿Habéis, pues, considerado alguna vez qué es lo que habéis estado adorando --(76) vosotros y esos antepasados vuestros? (Corán, Ash-Shuaara' (Los Poetas) 26:70-76)

El profeta Abraham (sa) le hizo esas preguntas a su pueblo para que utilizaran la razón y la inteligencia, y gradualmente les hizo darse cuenta de la nulidad de sus propias creencias (las de su pueblo). Mientras tanto, con cada pregunta apelaba a sus conciencias y se aseguraba de que comprendían lo ilógico de sus creencias. Siguió este método porque su pueblo, que había heredado de sus antepasados la adoración a ídolos de piedra, nunca había reflexionado sobre lo que estaba haciendo. Sin embargo, una vez que les expuso los hechos, se dieron cuenta de lo inconscientes y débiles que eran los seres que adoraban. Luego les presentó a Dios refiriéndoles Sus sublimes características y en consecuencia reveló la incomparable diferencia entre los ídolos de piedra que carecían de fuerza alguna y Dios, el Todopoderoso y Sabio:

(77) "[En cuanto a mí, sé que,] esos [falsos dioses] son ciertamente mis enemigos, [y que nadie me presta auxilio] salvo el Sustentador de todos los mundos, (78) que me ha creado y es quien me guía, (79) y es quien me da de comer y de beber, (80) y cuando caigo enfermo, es Él quien me devuelve la salud, (81) y quien me hará morir y luego me devolverá a la vida --(82) y quien, espero, perdonará mis faltas en el Día del Juicio. (Corán, Ash-Shuaara' (Los Poetas) 26:77-82)

Este método hizo posible que su idólatra pueblo comprendiera la absurda e irracional situación en la que se encontraban, pero su influencia sólo duró un determinado periodo de tiempo.

Usar La Fórmula De Pregunta Y Respuesta

De modo semejante, se puede animar a la gente a preguntar más cosas sobre aquello de lo que no están convencidos. Con esto, podremos saber si han entendido bien lo que se les explica y proporcionar más aclaraciones. Dar más información antes de aclarar lo que se ha dicho lo único que hace es confundir a la gente.

Además, un método coránico a utilizar consiste en echar por tierra una manera tergiversada de pensar presentando el razonamiento lógico y racional del Corán. Otra aleya arroja luz sobre este método:

¿No has sabido de aquel [rey] que discutió con Abraham acerca de su Sustentador, [sólo] porque Dios le había dado la realeza? He ahí, que Abraham dijo: "Mi Sustentador es quien da la vida y da la muerte." [El rey] respondió: "¡[También] yo doy la vida y doy la muerte!" Dijo Abraham: "¡En verdad, Dios hace que el sol salga por el este; hazlo tú, pues, salir por el oeste!" Así fue confundido el que se obstinaba en negar la verdad: pues Dios no guía a gentes que [deliberadamente] hacen el mal. (Corán, Al-Baqara (La Vaca) 2:258)

De modo extremadamente conciso y profundo, el profeta Abraham (sa) expuso la debilidad de los incrédulos ante el infinito poder de Dios y, por medio de unos ejemplos espectaculares, les hizo reconocer esta situación por sí mismos. La propuesta del profeta Abraham (sa) les dejó atónitos y sin palabras. Esta sabia manera de proceder es un excelente ejemplo para los creyentes que divulgan el Islam a los demás.

Llamar Al Islam Públicamente Y En Privado

Dios nos informa de que todos Sus mensajeros emplearon diferentes métodos y explicaciones para divulgar la grandeza de Dios y la necesidad de la religión. El ejemplo del profeta Noé (sa) en este sentido puede servir como guía a todos los creyentes:

(5) [Y pasado un tiempo, Noé] dijo: "¡Oh Sustentador mío! Realmente, he llamado a mi pueblo noche y día, (6) pero mi llamamiento no ha hecho sino que se alejen cada vez más [de Ti]. (7) Y, ciertamente, cada vez que les llamaba para que les dieras Tu perdón, se llevaban los dedos a los oídos, se cubrían con sus vestiduras, se mostraban obstinados, y se volvían [aún más] altivos en su soberbia. (8) "Y en verdad, les llamé abiertamente; (9) y en verdad, les hablé públicamente, y también confidencialmente, en privado; (10) y dije: "‘¡Pedid perdón a vuestro Sustentador –pues, realmente, Él es sumamente indulgente! (11) Derramará sobre vosotros bendiciones del cielo en abundancia, (12) y os ayudará con bienes e hijos, y os dará jardines y os dará arroyos. (Corán, Nuh (Noé)71:5-12)

Esta plegaria revela que, cuando es necesario, los creyentes pueden usar formas de explicarse tanto directas como indirectas.

Al recordar a su pueblo las cosas mundanas por las que sentían gran apego, el profeta Noé (sa) recalcó el hecho de que Dios les garantizaba todas las bendiciones con el fin de que reflexionaran. Les dijo que Dios envía la lluvia para regar sus cosechas, les da salud e hijos, crea ríos y jardines de producción abundante, y que Dios es el Único a quien pertenecen todas las bendiciones de las que disfrutan. Para que se acercasen más al concepto de la religión, se esforzó en explicar a las gentes de su pueblo (que no llegaban a entender realmente la belleza del Islam y la necesidad que tenían de la religión) que los intereses mundanos a los que se aferraban tan ávidamente también estaban bajo el control de Dios. Si entendían estos hechos básicos, se sentarían las bases para comprender mejor la existencia del Más Allá y los mandatos del Islam.

Explicar Los Signos De La Creación

Uno de los métodos que Dios dice que los creyentes usen mientras propagan el Islam a sus pueblos consiste en informarles a estos últimos sobre los signos de la creación. Muchos de los profetas que menciona el Corán hicieron que sus pueblos reflexionaran sobre dichos signos. El profeta Noé (sa) era uno de ellos:

(15) "‘¿No veis cómo Dios ha creado siete cielos en perfecta armonía entre sí, (16) y ha puesto en ellos la luna como una luz [reflejada], y el sol como una lámpara [radiante]? (17) "‘Y Dios os ha hecho brotar de la tierra con un crecimiento [gradual]; luego os hará retornar a ella [al morir]: (18) y [luego] os hará salir [de ella] con la resurrección. (19) "‘Y Dios ha hecho la tierra anchurosa para vosotros, (20) para que la recorráis por caminos espaciosos,’" (Corán, Nuh (Noé)71:15-20)

Estos signos de la creación contienen tanta y tan elaborada información que se podrían escribir gran cantidad de libros sobre ellos. Reflexionar sobre las siete capas que componen el cielo y los beneficios que suponen para los seres que habitan la Tierra y para el sistema ecológico, sobre la influencia del sol y la luna en las estaciones, los climas, la alternancia del día y la noche, y la vida humana, hará que se abran los horizontes de las personas y al final se logrará que adquieran sabiduría y fe. Meditar sobre las catástrofes que el más mínimo cambio en estos sistemas puede causar también obedece al mismo propósito. En el universo abundan pequeños detalles que la mayoría de la gente desconoce. Por este motivo, llamar la atención sobre los mismos anima a que las personas piensen y contribuye decisivamente a apreciar el poder y la fuerza de Dios. El Profeta (saw) enfatiza la importancia de tan buena acción:

“Quien guíe a alguien a la virtud será recompensado con el equivalente a aquel que pone en práctica esa buena acción” (Muslim)

De hecho, el Corán hace un llamamiento a apreciar los signos de la creación que indican la existencia de Dios y Su grandeza, y a reflexionar sobre los mismos. Seguidamente exponemos algunas de las muchas aleyas que insisten sobre este tema:

(6) ¿Es que no contemplan el cielo que está sobre ellos –cómo lo hemos edificado y adornado, sin que haya en él defecto alguno? (7) Y la tierra –que hemos extendido, y hemos puesto sobre ella firmes montañas, y hemos hecho crecer en ella toda clase de nobles especies, (8) para iluminación y recuerdo de todo ser humano que se vuelve a Dios de buen grado. (9) Y hacemos caer del cielo agua rica en bendiciones, y que por medio de ella crezcan jardines y el grano que cosechan, (10) y altas palmeras con sus apretados racimos de dátiles, (11) como sustento asignado a los hombres; y mediante [todo] esto devolvemos la vida a una tierra [antes] muerta: así será la resurrección [de los hombres]. (Corán, (Qaf50:6-11)

(17) ¿Es que no reparan [quienes niegan la resurrección] en las nubes cargadas de lluvia, [y observan] cómo han sido creadas? (18) Y en el cielo, ¿cómo ha sido elevado? (19) Y en las montañas, ¿con qué firmeza han sido erigidas? (20) Y en la tierra, ¿cómo ha sido extendida? (21) Exhórtales, pues, [Oh Profeta]; tu tarea es únicamente exhortar. (Corán, Al-Gáshiya (El Suceso Sobrecogedor)88:17-21)

(30) ¿No ven, acaso, los que empeñan en negar la verdad que los cielos y la tierra formaban [antes] una sola masa, que luego fragmentamos? --¿y [que] hemos hecho a partir del agua todas las cosas vivas? ¿No van, pues, a [empezar a] creer? (31) ¿Y [no ven que] hemos puesto firmes montañas sobre la tierra, para que no se desplace con ellos, y [que] hemos trazado en ella caminos anchos para que puedan ir bien dirigidos, (32) y [que] hemos hecho el cielo como una bóveda protegida? Y aun así, se apartan obstinadamente de [todos] los signos de esta [creación], (33) y [no ven que] es Él quien ha creado la noche y el día, y el sol y la luna –flotando cada uno en una órbita. (Corán, Al-Anbiya’ (Los Profetas) 21:30-33)

(33) Y [sin embargo,] tienen un signo [de Nuestro poder para crear y resucitar] en la tierra muerta a la que hacemos revivir, y de la que hacemos salir el grano del que se alimentan; (34) y [como] hemos puesto en ella palmerales y viñedos, y hacemos brotar manantiales en ella, (35) para que coman de sus frutos, aunque no fueron sus manos las que los crearon. ¿No van, pues, a ser agradecidos? (36) Infinito en Su gloria es Aquel que ha creado opuestos en todo lo que la tierra produce, y en los mismos hombres, y en lo que [aún] no conocen. (Corán, Ia Sin (Oh Tú, Ser Humano)36:33-36)

(3) Ciertamente, en los cielos y en la tierra hay en verdad mensajes para todos los que [están dispuestos a] creer. (4) Y en vuestra naturaleza, y en [la de] todos los animales que Él disemina [por la tierra] hay mensajes para gente dotada de certeza interior. (5) Y en la sucesión de la noche y el día, y en los medios de subsistencia que Dios hace descender del cielo, dando así vida a la tierra cuando estaba muerta, y en la variación de los vientos: [en todo esto] hay mensajes para gente que hace uso de la razón. (6) Estos mensajes de Dios te transmitimos, exponiendo la verdad. ¿En qué otro anuncio van a creer, después de [haber rechazado] los mensajes de Dios? (Corán, Al-Yáziya (Arrodillada)45:3-6)

Comunicar La Existencia De Dios Al Público En General

Como deja claro lo expuesto anteriormente, el Corán presenta varios métodos para difundir el Islam. La decisión sobre cual utilizar depende de la conciencia y sabiduría de los creyentes. Muchas partes del Corán se refieren a mensajeros que transmitieron el Islam a una sola persona. También hay otras que mencionan el dirigirse al público en general.

El Corán da a entender que los mensajeros de Dios se dirigieron a sus pueblos públicamente cuando dicen: “Mi pueblo”. Una de las aleyas que se refiere a esto es la siguiente:

Y a [la tribu de] Aad [enviamos] a su hermano Hud. Dijo: "¡Pueblo mío! Adorad sólo a Dios: no tenéis más deidad que Él. ¿No vais, pues, a ser conscientes de Él?" (Corán, Al-Aaraf (La Facultad del Discernimiento) 7:65)

Normalmente la gente encuentra humillante dejarse influenciar por alguien que sostiene puntos de vista diferentes a los suyos. O, aunque se convenzan de lo acertado de esos puntos de vista, tienden a rechazarlos categóricamente debido a prejuicios personales. Ésta es la razón de que se puedan obtener mejores resultados con tales personas si uno se dirige al público en general en vez de al individuo, puesto que la reacción positiva de alguna gente puede tener un efecto favorable sobre otros. En resumen, teniendo en cuenta la actitud general de la comunidad, puede que este método sea más efectivo.

“Las Metrópolis”

Tu Señor nunca ha destruido ciudades sin haber antes mandado a su metrópoli a un enviado que les transmitiera Nuestros mensajes …(Corán, Al-Qasas (La Historia) 28:59)

A través de la historia, Dios ha enviado a Sus mensajeros a sus “metrópolis” para hablarles de Su camino. Esto es una guía para los creyentes puesto que, por regla general, resulta más efectivo centrarse primero en los lugares principales y luego ir abriendo camino desde allí. De hecho, el Corán relata que los creyentes difundieron primero el Islam entre sus parientes. Una vez que éstos se dieron cuenta de sus bondades, se dirigieron a un grupo mayor. De este modo, hicieron un uso más efectivo de su talento.

Como indica el Corán, por regla general, se enviaron a los mensajeros a áreas densamente pobladas donde vivían “los jefes de la nación”, las personas más insolentes. Los mensajeros de Dios emplazaron primero a esas personas a temer a Dios y a seguir la excelencia moral del Islam, puesto que sabían que si se inclinaban hacia el Islam, esto tendría un impacto positivo sobre otra gente.

El modo en que el profeta Moisés (sa) se dirigió a Faraón es un buen ejemplo de lo dicho:

(15) ¿Ha llegado a tu conocimiento la historia de Moisés? (16) Cuando su Sustentador le llamó en el valle sagrado de Tuwa: (17) "Ve a Faraón –pues, realmente, ha excedido todos los límites de la equidad— (18) y di[-le]: ‘¿Estás dispuesto a purificarte? (19) [Si es así,] te guiaré a [un conocimiento de] tu Sustentador, para que [en adelante] sientas temor [de Él]’" (Corán, An-Nasiaat (Los Que Ascienden)79:15-19)

La sabiduría que subyace en estas aleyas se explica por sí misma: El desmentir la base de la incredulidad del líder de los incrédulos facilita que sus seguidores se conviertan a la verdad.

La Influencia De La Riqueza Y El Esplendor

Otro factor importante que contribuye al éxito de los creyentes a la hora de propagar el mensaje de Dios consiste en estar rodeados un bello entorno físico. A decir verdad, sea éste el propósito o no, intentar fundar un bonito lugar es una consecuencia natural del deseo y el empeño de todo creyente de acercarse a la belleza del Paraíso, puesto que los creyentes intentan aplicar la estética y el arte tal y como los entiende el Corán a su entorno. El Corán contiene unas descripciones sumamente magníficas e impresionantes de mansiones, jardines, ríos, divanes, y otros elementos decorativos que llegan al alma humana. Por tanto, los creyentes adoptan el estilo de la estética del Corán.

Además, el Corán hace hincapié en el efecto positivo que tiene ese ambiente magnífico y espléndido sobre aquellos a quienes se les habla del Islam. De este modo, quienes acaban de entrar en el Islam pueden ver características del Paraíso en el modo de vida y el entorno que rodea a los creyentes. Esto hace que sus corazones se sientan más próximos al Islam y, como ocurre con los demás aspectos del Corán, pueden observar cómo se practica este concepto.

El Corán nos pone un ejemplo de lo dicho en la historia del profeta Salomón (sa) y la reina de Saba:

[Más tarde] se le dijo: "¡Entra en este patio!" --pero al verlo, creyó que era un estanque de agua, y se descubrió las piernas. Dijo él: "¡Es un patio pavimentado de cristal!" Exclamó ella: "¡Oh Sustentador mío! ¡He sido injusta conmigo misma [al adorar algo distinto de Ti]: pero [ahora] me he sometido, con Salomón, al Sustentador de todos los mundos!" (Corán, An-Naml (Las Hormigas) 27:44)

Al conocer que la reina de Saba y su pueblo adoraban al sol, el profeta Salomón (sa) les emplazó a someterse a Dios y al Islam. La reina, que llegó al palacio de Salomón (sa) después de haber recibido su carta, quedó sumamente impresionada por la magnificencia y la riqueza que allí vió. Su admiración por el gusto que demostraba Salomón hizo que siguiera el verdadero camino.

La aleya nos informa de que el suelo del patio del palacio era tan transparente que la reina de Saba pensó que se trataba de un estanque de agua, así que se subió la ropa. Este suelo albergaba una semejanza notable con el Paraíso, que el Corán describe como un lugar lleno de jardines “con ríos que fluyen por debajo” y, aunque dicho suelo lo construyeron hombres, tuvo un efecto inmediato sobre la persona a quien se transmitía el Islam. Al reconocer que la belleza que la rodeaba era el resultado de una gran sabiduría, se dio cuenta de la superioridad del Islam.

Aún más, la apariencia estética y la limpieza de un lugar proporciona alivio al alma humana. Los lugares luminosos, espaciosos y limpios que poseen un toque decorativo estético muestran la apacible disposición de ánimo de los creyentes e influyen positivamente en las personas a quienes se les transmite el mensaje. Por el contrario, los lugares oscuros, sombríos y desordenados deprimen a cualquiera, aunque no se percate de ello.

Pero debemos recordar que Dios guía y concede entendimiento a las personas. Los buenos entornos sólo sirven si son una forma de oración, porque no garantizan que esa gente que cuenta con ellos tenga fe. Lo que realmente importa a los creyentes es esforzarse por lograr el contento de Dios y llamar a la gente a seguir el Islam como un acto de adoración. Como pago por este servicio, los creyentes serán justamente recompensados en el Más Allá.

La Apariencia Física

Por medio de nuestra apariencia física, los creyentes mostramos que vivimos según los principios morales del Corán. En él, Dios nos dice que prestemos especial atención a nuestra higiene física y a nuestro aseo. El cumplir con las recomendaciones y los mandatos de Dios hará que todos los creyentes, que transmiten los mandatos del Corán, impresionen a los demás.

Por otra parte, únicamente una mente sana y relajada se puede concentrar en un tema determinado. Por tanto, los creyentes que divulgan el Islam deben abandonar cualquier cosa que pueda distraer la atención de los incrédulos para que estos últimos concentren su atención en el mensaje y los signos de Dios. Una apariencia descuidada produce un efecto negativo y desagradable en la audiencia, pero los creyentes que siguen el Corán siempre son agradables a la vista. Su apariencia limpia y aseada despierta admiración y respeto y, como resultado, hace que se les escuche.

Atender Las Necesidades De La Gente

Otro tema importante que se menciona en el Corán es atender las necesidades de aquellos que han entrado al Islam hace poco. Ésta es una tendencia natural de los creyentes, puesto que la moral coránica nos enseña a ser amables y considerados con los demás, aunque no les conozcamos. Como dijimos con anterioridad, el profeta Abraham (sa) en seguida ofreció comida a sus invitados, aunque eran unos completos desconocidos para él.

La sura at-Tawba (El arrepentimiento) 9:60 menciona a "aquellos cuyos corazones deben ser reconciliados" como algunas de las personas que se encuentran entre los destinatarios de las limosnas. Por tanto, cualquier cosa que se ofrezca a aquellos cuyos corazones se intenta reconciliar con el Islam significa seguir los mandatos del Corán.

Por otro lado, concentrarse en un tema importante requiere un gran gasto de energía, tanto por parte del que escucha como del que habla. Utilizar la energía concentrándose en un determinado tema durante un prolongado periodo de tiempo puede causar fatiga física y mental. Ofrecer algo de comer o beber a los demás incrementa los niveles de energía y les ayuda a concentrarse.

La Sinceridad

El Corán nos enseña muchas maneras beneficiosas de comunicar el mensaje. Con todo, lo que hace efectivos todos estos métodos y esfuerzos es la sinceridad. Lo que en el Corán se entiende como sinceridad difiere bastante de lo que una sociedad ignorante piensa. La verdadera sinceridad sólo se percibe si quienes predican la palabra creen en lo que dicen. La falta de sinceridad, que se pone de manifiesto cuando las palabras de una persona no siguen las recomendaciones de Dios, se puede reconocer muy fácilmente por la manera en que uno habla.

Por otra parte, la actitud de quienes de verdad creen en lo que predican y viven según ello es bastante diferente de los que no tienen dicha actitud. Por ejemplo, quienes tienen una fe firme en el Más Allá describen el infierno de manera naturalmente convincente. Su tono de voz, sus gestos y su manera de hablar transmiten sus sentimientos y hacen que los demás perciban la certeza y la espantosa naturaleza del infierno. Por el contrario, las explicaciones de quienes no han llegado a comprender del todo su existencia pueden tener un efecto negativo en otros. Por tanto, los valores, actitudes y vida de quienes propagan el mensaje deben respaldar sus explicaciones.

También debemos recordar que la sinceridad sólo se logra por medio de una fe verdadera. Dios llama nuestra atención sobre esta característica de Sus mensajeros en muchas aleyas. De hecho, para explicar el impacto que los mensajeros de Dios han tenido sobre sus almas, los incrédulos, a través de la historia, los han calumniado y les han llamado magos.

Un Discurso Decidido

Comunicar el mensaje con sabiduría, esto es, utilizando un discurso conciso y efectivo, es otra característica tan efectiva como la sinceridad. Un discurso conciso significa explicar un tema con unas cuantas palabras impactantes, mencionando únicamente los temas necesarios y evitando los detalles irrelevantes. El Corán relata la importancia de un discurso sabio:

Llama [a toda la humanidad] al camino de tu Sustentador con sabiduría y con una excelente exhortación, y razona con ellos de la forma más amable: pues, ciertamente, tu Sustentador es quien mejor sabe quien se aparta de Su camino, y es quien mejor sabe quienes están rectamente guiados. (Corán, An-Nahl (La Abeja) 16:125)

La clave para un discurso sabio es la sinceridad. De la aleya anterior deducimos que la sabiduría no se puede falsificar y que sólo podemos obtenerla si Dios así lo desea:

Da la sabiduría a quien Él quiere: y a quien le es dada la sabiduría, ciertamente le ha sido dada una gran riqueza. (Corán, Al-Baqara (La Vaca) 2:269)

Dios recalca la importancia de un discurso decidido diciendo que, para Él, es una bendición, tal y como podemos leer seguidamente:

Y cuando [Moisés] alcanzó la madurez plena y estuvo formado [mentalmente], le concedimos la habilidad de juzgar [entre el bien y el mal] y también conocimiento [innato]: pues así recompensamos a los que hacen el bien. (Corán, Al-Qasas (La Historia) 28:14)

Y consolidamos su dominio, y le otorgamos sabiduría y sagacidad de juicio (a David).(Corán, (Sad) 38:20)

… y Dios le dio el dominio y la sabiduría, y le impartió el conocimiento que Él quiso (a David)… (Corán, Al-Baqara (La Vaca) 2:251)

… Pues dimos a la Casa de Abraham la revelación y la sabiduría, y les concedimos un dominio inmenso. (Corán, An-Nisa’ (Las Mujeres) 4:54)

[Y cuando el hijo hubo nacido y creció, le fue dicho:] "¡Oh Juan! ¡Aférrate a la escritura divina con [toda tu] fuerza!" --pues le dimos sabiduría siendo un muchacho. (Corán, Mariam (María) 19:12)