El Corán proporciona información detallada sobre varios profetas, sus pueblos y los lugares en que vivieron. Dios también llama nuestra atención sobre las zonas propicias para establecernos, los ambientes beneficiosos para nuestra salud y los climas apropiados para vivir.
Mientras informa a los creyentes del lugar donde vivieron el profeta Jesús (sa) y su madre María, el Corán muestra las cualidades de un sitio donde refugiarse:
Y [tal como exaltamos a Moisés, así también,] hicimos del hijo de María y de su madre un símbolo [de Nuestra gracia], y les asignamos a ambos un refugio en un lugar elevado de paz permanente y aguas cristalinas (Corán, Al-Mu'minún (Los Creyentes) 23 :50)
Después del nacimiento del profeta Jesús (sa), María se estableció con él en dicho lugar. Una ventaja del mismo era que por allí pasaba un río. Ante todo, dicha ubicación dispone de un suministro abundante de agua, que es esencial para vivir. Un río también facilita la limpieza física y ambiental, así como asegura el normal funcionamiento de todos los órganos del cuerpo. Permanecer sin agua durante un periodo de tiempo prolongado puede tener consecuencias muy serias, incluyendo la muerte. Vivir en un lugar donde existe (una fuente de) agua permite a las personas contar con un suministro de agua a su alcance para satisfacer sus necesidades corporales, higiénicas, etc.
Una zona de asentamiento con un suministro abundante de agua cuenta sin duda con otros muchos beneficios. La historia nos muestra que las civilizaciones que se establecieron al lado de ríos hicieron amplio uso de dichos beneficios.
Como asegura la aleya, un río cuya agua fluye por la ladera de una montaña o de una colina deposita sedimentos fértiles en el lecho del mismo y, en el punto en el que se depositan estos sedimentos, se forma poco a poco un estrato aluvial rico en minerales y nutrientes. Esta área resulta muy beneficiosa para la calidad y la productividad agrícolas. Los ríos facilitan el riego y contribuyen a la fertilidad y el crecimiento de las plantaciones. Un suministro copioso de agua que fluye también fomenta la cría de ganado a lo largo del río.
Otra razón por la que los ríos han sido clave fundamental para todas las civilizaciones es que fomentan actividades comerciales y sociales tales como la navegación, el transporte y la pesca. Por ejemplo, utilizar los beneficios que les reportaba el río Nilo, hizo posible que los egipcios tuvieran una cultura y civilización avanzadas.
Además de estos beneficios sociales y comerciales tan importantes, otra bendición para el alma humana es, sin duda, la hermosa vista de un río. Estas fuentes de agua, que son agradables tanto para la vista como para el oído, proporcionan una hermosa vista y hace que tales asentamientos sean muy valiosos.
Estos beneficios, de los que sólo hemos mencionado unos cuantos, son suficientes para mostrar que los lugares que cuentan con un abastecimiento de agua abundante son los más adecuados para un asentamiento. Dios también señala este hecho al describir el lugar en el que vivieron María y el profeta Jesús (sa).
En aquellas aleyas que hablan del Paraíso, Dios indica los lugares y ambientes hermosos. Los jardines se cuentan entre ellos, como leemos en:
(62) Y además de esos dos, habrá [otros] dos jardines --(63) ¿cuál, pues, de los poderes de vuestro Sustentador negaréis?— (64) dos [jardines] de un profundo verdor.(Corán, Ar-Rahmán (El Más Misericordioso)55: 62-64)
Dios creó a la humanidad y conoce lo que proporciona más gozo a nuestra alma. Esto se pone de manifiesto en, por ejemplo, la dicha que se desprende de las zonas verdes.
En cambio, quienes son conscientes de su Sustentador tendrán [en la Otra Vida] mansiones construidas sobre altas mansiones, por debajo de las cuales corren arroyos: [esta es] la promesa de Dios –[y] Dios jamás falta a Su promesa. (Corán, As-Sumar (Las Multitudes)39:20)
Los lugares "por debajo de los cuales corren arroyos " se mencionan en las aleyas que describen el Paraíso. Se dice que las residencias y las mansiones del Paraíso están construidas en dichos sitios. La promesa de Dios de recompensar a Sus verdaderos siervos con lugares bajo los cuales fluyen ríos es un signo evidente de que son también una ventaja en este mundo.
También se mencionan en el Corán los jardines de árboles frutales como lugares bellos. Dios hizo que las frutas crecieran de suelos áridos con olores, sabores y colores diferentes y sorprendentes. Las ramas de los árboles cargadas de estas frutas y los jardines de árboles frutales se encuentran obviamente entre los lugares más hermosos de la tierra. De nuevo, aprendemos del Corán lo maravillosos y admirables que serán los jardines del Paraíso en la vida eterna.
Una aleya se refiere a los jardines y las frutas de la siguiente manera:
Y Él es quien ha hecho que caiga agua del cielo y hemos hecho surgir así todas las cosas vivas; y mediante ella hemos hecho brotar la vegetación, de la que hacemos salir espigas granadas; y de la espata de la palmera, dátiles arracimados; y huertos de vides, y el olivo, y el granado: ¡[todos ellos] tan parecidos y sin embargo tan distintos! ¡Observad su fruto cuando fructifica y madura! ¡En verdad, en todo esto hay ciertamente mensajes para una gente dispuesta a creer! (Corán, Al-Anaam (El Ganado) 6:99)
Las palmeras datileras de las que cuelgan “dátiles arracimados” resultan sorprendentes tanto en apariencia como en sabor. Además, los jardines de uvas, olivas y granadas, que varían en sabor y color, proporcionan una vista espectacular una vez que empiezan a dar frutos y éstos alcanzan su madurez.