La fe es el único modo de disfrutar de las bendiciones

Dice el Corán:

… en el recuerdo de Dios encuentran los corazones [de los hombres] su sosiego --:
(Corán, 13:28)

En otras palabras, sólo cuando comprendemos la misericordia que Dios tiene para con Sus siervos y creemos en Él podemos escapar de la infelicidad y el aburrimiento y por tanto disfrutar realmente de esta vida y apreciar el valor de las cosas bellas:

… Una hermosa suerte les aguarda, en este mundo, a todos los que perseveran en hacer el bien.
(Corán, 16:30)

--por ello, Dios les concedió la recompensa de esta vida y también la hermosa recompensa de la Otra Vida…
(Corán, 33:148)

Sin embargo, como se revela en otra aleya, los que niegan a Dios tendrán una vida llena de inquietud:

Pero quien se aparte de Mi recuerdo –tendrá una vida de estrechas miras; y en el Día de la Resurrección le haremos comparecer ciego."
(Corán, 20:124)

Únicamente la fe puede salvarnos de una vida llena de inquietud, puesto que somos incapaces de encontrar la verdadera felicidad por nosotros mismos. Incluso aunque alguien sea rico, no puede disfrutar de su fortuna o bendiciones. Para ello, debe comprender el modo de apreciarlas. Por ejemplo, debe darse cuenta de que un clavel, con sus pétalos perfectamente colocados, su perfume, suavidad e incomparable belleza es una gran bendición de la creación. Pero sólo los creyentes pueden comprenderlo porque saben que todo lo que existe es un regalo de Dios y que todas las bendiciones provienen de Él. Por tanto, contemplan Su infinito poder creativo en cada cosa bella incrementando así su amor y devoción a Él. Nuestro Profeta (la paz y las bendiciones sean con él) dice:

“Ama a Dios por las bendiciones que te otorga, y ámame porque Dios me ama.” (al-Tirmidhi)

Dios, con Su infinito poder y fuerza, y por el amor y compasión que siente hacia la humanidad, permite que todos disfrutemos de las bendiciones de esta vida. Algunas personas ven como una maravillosa bendición el levantarse y respirar el aire de la mañana, porque se regocijan en que Dios les ha concedido otro día para obtener Su aprobación. Consideran que poder andar, hablar, reír, y moverse son fuentes de felicidad, sabiendo que Dios puede quitarles estas bendiciones si así lo desea. Así es como disfrutan de esta vida.

Al comprender que esta vida es un período de prueba y que la verdadera vida es la eterna que está por llegar, esperan que el temple moral que muestran aquí, así como su paciencia y aceptación cuando se enfrentan a la adversidad, se tornarán bendiciones en el Paraíso. Por esta razón, cada inquietud que tienen en esta vida se convierte en una manera de recibir una recompensa. Éste es uno de los motivos por el que los creyentes siempre están felices, contentos y tranquilos.

Cualquiera que niegue a Dios se desalentará y no disfrutará de ningún placer que experimente porque se ha alejado demasiado del estado de sana espiritualidad que proporciona la fe.