"¡Habéis consumido vuestra [parte de] cosas buenas en vuestra vida terrenal, y gozasteis de ellas [sin pensar en el más allá]: hoy se os retribuirá, pues, con un castigo humillante por haberos mostrado altivos en la tierra, [atentando] contra todo derecho, y por vuestra perversidad!" (Corán, 46:20)
Aunque el mundo está lleno de incontables bendiciones, muchas personas son incapaces de percibirlas. Sumidos en sus propios dolores y preocupaciones, no pueden ver la belleza que les rodea ni disfrutar de lo que experimentan. Si les preguntases, dirían que la vida se asemeja a subir con muchas dificultades una cuesta empinada, que les deja exhaustos y aburre. Se quejan continuamente de dicha situación y prefieren morir con tal de escapar de la misma. Algunos incluso intentan suicidarse.
Pero no es correcto vivir así. Por supuesto, la vida se ha creado junto con muchas limitaciones, pero hay que afrontarlas sin desesperarse: la solución está en creer en Dios. Dice el Todopoderoso:
Y a todo aquel --sea hombre o mujer-- que haga buenas obras, y además sea creyente --le haremos vivir una buena vida; y, ciertamente, concederemos a esos su recompensa con arreglo a lo mejor de sus acciones. (Corán, 16:97)
Para el creyente, el mundo, junto con sus limitaciones, está lleno de incontables bendiciones materiales y espirituales. Por tanto, logran un profundo deleite al contemplarlas, siempre y en toda situación, en todo su esplendor y magnificencia.
La mayoría de la gente que vive alejada de Dios nunca ha oído hablar de estos placeres, ya que su espíritu rebelde les imposibilita percatarse de ellos y del deleite que producen. Faltos de fe, pasan sus vidas como “almas perdidas.” El desánimo, aburrimiento, la desagradable sensación de vacío y los deseos insatisfechos dominan sus vidas. El tiempo pasa, pero aunque pudiesen ver las incontables cosas buenas que existen a su alrededor, serían incapaces de disfrutarlas. Además, las preocupaciones que experimentan no se limitan a su vida terrenal.
Dios dice que los que desperdician sus placeres en esta vida serán privados de ellos en el Más Allá:
Y el Día en que los que se empeñaron en negar la verdad sean situados frente al fuego, [se les dirá:] "¡Habéis consumido vuestra [parte de] cosas buenas en vuestra vida terrenal, y gozasteis de ellas [sin pensar en el más allá]: hoy se os retribuirá, pues, con un castigo humillante por haberos mostrado altivos en la tierra, [atentando] contra todo derecho, y por vuestra perversidad!"
(Corán, 20:46)
Pero nadie querría verse en esa situación ni recibir dicha recompensa en ninguno de los dos mundos. Al contrario, todos quisiéramos experimentar los placeres más refinados de entre las posibilidades que Dios nos ofrece en ambas vidas.Y, si Dios así lo ordena, estos deseos se pueden alcanzar con bastante facilidad.
Este libro pretende mostrar la privación, pérdida y ansiedad que ocasiona el vivir apartados de la religión, mostrar a las personas el estado en que han caído, informarles de cómo mantener sus bendiciones en este mundo, y salvarles de las angustias que sufrirán en el Más Allá. Además, nos gustaría recordar a todos que esta vida está llena de bendiciones y otras cosas buenas que la gente puede disfrutar, siempre y cuando crean en Dios. Por último, este libro invita a todos a seguir el camino marcado por Dios, obedecer el Corán y vivir una vida de fe.