Considerar que nunca se morirá es una de las razones que hace dejar la religión de lado. Quienes no tienen en cuenta que en cualquier momento pueden dejar de existir, creen que pueden gozar permanentemente una vida perfecta y feliz. Pero el mundo es un lugar temporario creado especialmente por Dios para probar a los seres humanos. A eso se deben las imperfecciones que le son propias y el motivo por el que éstos no pueden satisfacer sus infinitas necesidades y deseos. Todas las cosas atractivas del mundo se desgastan, se corrompen, se deterioran y finalmente desaparecen. Esta es la realidad inmutable de la vida. Este libro explica esa naturaleza esencial y lleva al ser humano a sopesar el lugar al que en verdad pertenece, es decir, el Más Allá.