Hablar Bien A Nuestros Padres

Otra cuestión hacia la cual el Corán dirige nuestra atención tiene que ver con el modo en que debemos dirigirnos a nuestros padres. En la siguiente aleya del Corán, Allah alecciona a la gente a que se comporte bien con sus padres: "Y [Dios dice:] 'Hemos ordenado al hombre el trato bondadoso a sus padres: su madre le llevó soportando fatiga tras fatiga, y dos años duró su completa dependencia de ella: [así pues, Oh hombre,] sé agradecido conmigo y con tus padres, [y recuerda que] hacia Mí es el retorno." (Corán, Luqman, 31: 14) Nuestro Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) también destacó la importancia que este tema tiene para los creyentes con estas palabras: “Da a tus padres un tratamiento benevolente” (Muslim)

Verdaderamente, la influencia de los padres sobre sus hijos es muy profunda. La madre debe sufrir muchas penurias llevando a su hijo en su vientre durante nueve meses y luego debe hacer muchos sacrificios personales para asegurarse de que se críe correctamente. El padre debe esforzarse bastante para hacer posible que llegue a la edad adulta. Alguien que ignore estos sacrificios y esfuerzos, que se han hecho por su bien, es un ingrato y va en contra de la moral que se espera tenga un creyente. Allah hace un llamado a los creyentes para que se comporten correctamente con sus padres, y para que eviten mostrar un comportamiento arrogante hacia ellos: "… Y haced el bien a vuestros padres, a los parientes, a los huérfanos, a los pobres, al vecino que es de vuestra gente y al vecino que es un extraño, al compañero que tenéis al lado, al viajero y a aquellos que vuestras diestras poseen. En verdad, Dios no ama a quienes, llenos de engreimiento, actúan de forma jactanciosa. (Corán, Las mujeres, An-Nisa', 4: 36)

Con respecto a este tema, Allah también explica como sigue lo respetuosamente que debería comportarse una persona:

(23) pues tu Sustentador ha ordenado que no adoréis a nada excepto a Él. Y haced el bien a [vuestros] padres. Si a uno de ellos, o a ambos, les llega la vejez estando contigo, jamás les digas "¡Uf!"]ni les riñas, sino háblales [siempre] con respeto, (24) y extiende sobre ellos con humildad las alas de tu benevolencia, y di: ¡Oh Sustentador mío! ¡Apiádate de ellos, como ellos cuidaron de mí y me educaron siendo niño!" (Corán, El viaje nocturno, Al-Isra', 17: 23-24)

Los musulmanes deben adoptar un modo de hablar cortés y respetuoso hacia sus padres, incluso hasta el punto de no recurrir a groseros gruñidos tales como “¡Uf!”como respuesta. Deben ser humildes y mostrar empatía hacia ellos, y deben utilizar siempre su mejor lenguaje. Ellos trabajaron para criarlos y educarlos, y deben mostrar la misma paciencia y compasión cuando lleguen a la vejez. También deben perdonar los defectos de sus padres y abordar sus necesidades con amabilidad. Sin importar la situación, nunca deben enfadarse o impacientarse con ellos.

Incluso aunque los padres se rebelen en contra de Allah, aunque los musulmanes no deben obedecerles en cuestiones de religión, según dice el Corán, aún así deben esforzarse por llevarse bien con ellos. El Corán explica como sigue la clase de comportamiento que se requiere de los creyentes:

(15) '[Venera a tus padres;] pero si se empeñan en hacer que atribuyas divinidad, junto conmigo, a algo que tu mente no puede aceptar [como divino], no les obedezcas; pero [aún así] acompáñales de forma honorable en esta vida, y sigue el camino de los que se vuelven a Mí. Al final, a Mí habréis de retornar todos; y entonces Yo os haré entender [realmente] todo lo que hacíais [en vida].' (Corán, Luqman, 31: 15)

(8) [Entre lo mejor de las acciones rectas que] hemos ordenado al hombre [está] el trato bondadoso a sus padres; pero [aun así,] si se empeñan en hacer que atribuyas divinidad, junto conmigo, a algo que tu mente no puede aceptar [como divino], no les obedezcas: [pues] a Mí habréis de retornar todos, y entonces Yo os haré entender [realmente el bien y el mal de] todo lo que hacíais [en vida].(Corán, La araña, Al-‘Ankabut, 29: 8)

En el Corán también se dirige nuestra atención hacia la superioridad de este comportamiento al poner el ejemplo del trato cortés y respetuoso del Profeta Yusuf (José, la paz sea con él) con sus padres. Cuando el Profeta Yusuf (José, la paz sea con él) se convirtió en gobernante de Egipto, siguió actuando con modestia hacia sus padres:

(99) Y cuando [llegaron todos a Egipto y] se presentaron ante José, éste acogió a sus padres, y dijo: "¡Entrad en Egipto! ¡Si Dios quiere, estaréis seguros [de todo mal]!" (100) E hizo subir a sus padres al lugar de mayor honor … (Corán, José, Yusuf, 12: 99-100)

La manera que el Profeta Ibrahim (Abraham, la paz sea con él) tiene de hablar a su padre, aunque éste había querido que adorase a ídolos, es otro excelente ejemplo para los creyentes. A pesar de la beligerancia de su padre, el Profeta Ibrahim (Abraham, la paz sea con él) mantuvo su elevada moral:

(41) Y recuerda, por medio de esta escritura divina, a Abraham. Ciertamente, fue un hombre veraz y [era ya] profeta (42) cuando habló [así] a su padre: "¡Oh padre mío! ¿Por qué adoras a algo que no oye, ni ve, ni te sirve de nada? (43) "¡Oh padre mío! Ciertamente, me ha llegado en verdad [un rayo] de conocimiento como no te ha llegado a ti: sígueme, pues, y yo te guiaré a un camino perfecto. (44) "¡Oh padre mío! No adores a Satán --pues, en verdad, Satán está en rebeldía contra el Más Misericordioso. (45) ¡Oh padre mío! ¡Temo, en verdad, que caiga sobre ti un castigo del Más Misericordioso, y entonces te harás [consciente de haber sido] prójimo de Satán!" (46) Respondió: "¿Acaso te disgustan mis dioses, Oh Abraham? ¡Ciertamente, si no desistes, haré que seas lapidado! ¡Aléjate de mí para siempre!" (47) [Abraham] respondió: "¡La paz sea contigo! Pediré a mi Sustentador perdón por ti: pues, ciertamente, Él siempre ha sido benigno conmigo. (48) Pero me apartaré de todos vosotros y de lo que invocáis en vez de Dios, e invocaré [sólo] a mi Sustentador: pudiera ser que mi oración [por ti] a mi Sustentador no quede sin contestar." (Corán, Maryam, 19: 41-48)

No Criticar Ni Hablar A Espaldas De Los Demás

En vez de decirles a los demás a la cara sus faltas y defectos, las personas que tienen una baja moral hablan a sus espaldas. Estas personas no desean que los demás sean mejores, ni ayudarles a corregir su forma de ser. Se aprestan a criticarles con fines mundanos, tales como pasar el tiempo, degradar la reputación de aquellos que les caen mal, humillarles y reírse de ellos, o encumbrarse ellos mismos a expensas de otros. Este vil comportamiento está tan extendido entre ciertos grupos de personas que han hecho de la crítica una forma de entretenimiento, o incluso un modo normal de vida con el que pueden ganar dinero.

En nuestra época, y en muchos países del mundo, se publican un gran número de periódicos, y revistas, y se producen programas de televisión con el único propósito de propagar chismes. Las publicaciones y emisiones de este tipo intentan justificar esta anormalidad (conocida como prensa rosa) y la presentan como socialmente aceptable.

De hecho, estas personas se contradicen a sí mismas porque, aunque disfrutan criticando a los demás, cuando se encuentran en la misma situación se dan cuenta de lo despreciable de este comportamiento. Pero, a pesar de esto, no cesan de cotillear en tanto en cuanto no sea a ellos a quienes se les ponga en evidencia. Cuando se encuentran con alguien a quien han estado criticando hace un minuto, siguen con su falsa amistad, como si nada hubiese ocurrido, hablando con ellos de manera hipócrita. Aún más, este comportamiento contribuye a un círculo vicioso: dos personas se encuentran y critican a una tercera, entonces una de estas personas habla mal de la otra con esta tercera persona, y luego las otras dos se juntan y critican a la que está ausente. Nadie le dice a nadie que está mal criticar, al revés, mantienen que es inofensivo, que añade color a la vida y que es una manera de entretenerse.

Allah nos advierte en el Corán de la incorrección de este comportamiento. En una aleya del Corán, Allah nos dice que criticar a la gente a sus espaldas resulta tan repugnante como comer la carne de su hermano muerto”:

¡Oh vosotros que habéis llegado a creer! Evitad la mayoría de las conjeturas [sobre otra gente] –pues, ciertamente, una parte de [esas] conjeturas es [en sí] pecado; y no os espiéis unos a otros, ni murmuréis unos de otros. ¿Le gustaría a alguno de vosotros comer la carne de su hermano muerto? ¡Os resultaría repugnante! Y sed conscientes de Dios. ¡Realmente, Dios acepta el arrepentimiento y es dispensador de gracia! (Corán, Las habitaciones privadas, Al-Hujurat, 49: 12)

En otra aleya, Allah explica de la siguiente manera la recompensa que reciben en la otra vida quienes claman que criticar es un entretenimiento y que intentan disculparlo y dicen que es algo aceptable:

¡Ay de todo aquel que difama, que critica! (Corán, El difamador, Al-Humaza, 104: 1)

(4) ¡Que va! ¡Ciertamente, [en la Otra Vida] será arrojado a un tormento demoledor!
(5) ¿Y qué puede hacerte concebir lo que será ese tormento demoledor?
(6) Un fuego encendido por Dios, (7) que se elevará sobre los corazones [de los pecadores]:
(8) ¡realmente, se cerrará en torno a ellos (9) en inmensas columnas! (Corán, El difamador, Al-Humaza, 104: 4-9)

Esta forma de hablar que tienen los que se encuentran lejos de seguir la moral del Corán no se encuentra entre los creyentes. Los creyentes, sabiendo que Allah escucha todas las conversaciones, se abstienen meticulosamente de pronunciar una palabra que Él encontraría malintencionada, porque una palabra que se pronuncia en ausencia del otro no es de utilidad ni para esa persona ni para quien la dice. Aunque de esta forma se pueden analizar o poner de manifiesto los defectos de otras personas, como ellas no lo saben, resulta imposible que corrijan su comportamiento. Por ello, los creyentes transmiten a los demás todas sus opiniones, ya sean positivas o negativas, sin reticencia. Saben que la verdadera amistad y sinceridad dependen de ello, y que explicar los fallos de una persona a la que quieren no les causa mal sino bien. Su propósito es conducir a otros hacia una moral mejor, excelente y más pura.

Éste es un requisito que Allah ha expuesto en el Corán: “disfrutar de lo bueno y prohibir lo malo”.

Evitar La Sospecha Y La Calumnia

Otro asunto importante que los musulmanes tratan de evitar es hacer declaraciones sobre temas de los que no están informados y que simplemente se basan en conjeturas. En la aleya del Corán: "Y no te ocupes de aquello de lo que no tienes conocimiento:¡en verdad, el oído, la vista y el corazón --todos ellos-- habrán de responder por ello [en el Día del Juicio]!" (Corán, El viaje nocturno, al-Isra', 17: 36) Allah hace ver que esto se convertirá en una pesada carga en Su presencia. En otra aleya, Allah dice que la gran mayoría de personas que hay en la Tierra “siguen tan solo las suposiciones [de otros]” y advierte a los creyentes como sigue:

Si hicieras caso a la mayoría [de los que viven] en la tierra, harían que te extraviaras del camino de Dios: ellos siguen tan solo las suposiciones [de otros], y ellos mismos no hacen sino conjeturar.(Corán, El ganado, Al-An‘am, 6: 116)

Muchos tienen como hábito hablar basándose en suposiciones y conjeturas. Se ha convertido en algo tan comúnmente aceptable que , a veces, la gente acepta las simples teorías como hechos y adaptan su vida conforme a ello. Por ejemplo, puede que hayan sospechado que hay algo de malo en que una persona se haya hecho rica en poco tiempo y se hayan formado un concepto poco favorable de ella, diciendo: “Quién sabe con qué métodos habrá adquirido su fortuna” y “Resulta obvio que no ha llegado a ser rico gracias a su salario”. Sin embargo, puede que la situación sea muy diferente de lo que creen. Puede que esa persona se haya hecho rica gracias a una herencia o a alguna transacción comercial. Cuando nos encontramos con una situación que despierta nuestra curiosidad y que no podemos entender o que nos confunde, no deberíamos intentar adivinar lo que pasa sin tener información y sin basarnos en evidencias porque tales especulaciones infundadas no son útiles para determinar la verdad. En esta aleya del Corán, "Las suposiciones no sirven de sustituto a la verdad." (Corán, El despliegue, An-Najm, 53: 28) Allah señala que las personas no tienen acceso a la verdad por medio de suposiciones o conjeturas.

Un creyente habla teniendo esto en cuenta porque el Corán así lo indica. Cuando está ante una situación intrigante, no se forma una opinión sin basarse en información o documentación. Bien pregunta a la persona en cuestión o bien obtiene información fiable sobre el tema a través de una adecuada investigación y saca conclusiones sobre la base de la información obtenida.

Uno de los ejemplos que pone el Corán sobre este tema tiene que ver con las personas que especulan sobre la conducta de la esposa del Profeta (que los rezos y la paz de Allah sean sobre él) sin contar con ninguna información al respecto. Al decir esto, cuando escuchan cualquier suposición sobre un creyente, los demás creyentes deben decir: "Esto es claramente mentira," o "No es propio de nosotros hablar de esto, ¡Oh Tú, infinito en Tu gloria!: esto es una horrible calumnia". Allah anuncia la necesidad de advertir a los demás sobre las conjeturas:

(11) En verdad, son muchos entre vosotros los que acusarían a otros de deshonestidad sexual: [pero, Oh vosotros que sois víctimas de esto,] no lo consideréis algo malo para vosotros: ¡al contrario, es bueno para vosotros! [En cuanto a los calumniadores,] cada uno de ellos cargará con su parte en este delito; ¡y un terrible castigo aguarda a quien se encargue de agravarlo! (12) ¿Por qué los creyentes y las creyentes al oír algo así, no piensan lo mejor unos de otros, y dicen: "Esto es claramente mentira"? (13) ¿Cómo es que no [exigen a los acusadores que] presenten cuatro testigos para probar su imputación? --pues, ¡si no presentan dichos testigos, son esos [acusadores] los que, ante Dios, son en verdad mentirosos! (14) Y si no fuera por el favor de Dios con vosotros, [Oh gentes,] y por Su misericordia en esta vida y en la Otra, os habría sobrevenido en verdad un terrible castigo por [la calumnia] a la que os prestáis(15) cuando la recogéis en vuestras lenguas, profiriendo con vuestras bocas algo de lo que no tenéis conocimiento, y tomándolo por algo nimio, cuando ante Dios es algo enorme. (16) Y [una vez más]: ¿Cómo es que no decís, al oír algo así: "No es propio de nosotros hablar de esto, ¡Oh Tú, infinito en Tu gloria!: esto es una horrible calumnia"? (17) Dios os advierte [así] para que nunca reincidáis en algo como esto, si sois [verdaderamente] creyentes; (18) pues Dios os aclara [Sus] mensajes --¡y Dios es omnisciente, sabio! (Corán, La luz, An-Nur, 24: 11-18)

Algunas personas consideran que hablar basándose en conjeturas es algo trivial e inofensivo, pero en estas aleyas Allah señala que , para Él, se trata de un delito “enorme”.

El Corán pone otro ejemplo sobre este tema que tiene que ver con la historia de María (Maryam, la paz sea con ella). Según lo que se narra en el Corán, se acusó falsamente a María (Maryam, la paz sea con ella) porque quedó embarazada de Jesús ('Isa, la paz sea con él) sin que la hubiese tocado ningún hombre, sino porque Allah dijo: “Sé”, y así fue.

(27) Después regresó a su familia, llevando consigo al niño. Dijeron: ¡Oh María! ¡En verdad, has hecho algo inaudito! (28) ¡Oh hermana de Aarón! ¡Tu padre no fue un hombre malvado, ni fue tu madre una mujer licenciosa!" (Corán, Maryam, 19: 27-28)

Y por negarse a aceptar la verdad y por la enorme calumnia que profieren contra María, (Corán, Las mujers, An-Nisa', 4: 156)

De hecho, como se nos relata en el Corán en la aleya: "¡Oh María! Ciertamente, Dios te ha escogido y te ha purificado, y te ha exaltado sobre todas las mujeres de la creación." (Corán, La casa de Imrán, Al ‘Imran, 3: 42) Allah la ha elegido entre muchas otras y era conocida por ser una persona devota a Él.

Allah explica lo infundado de las calumnias de la gente en la aleya: "Y [hemos planteado además otra parábola de la conciencia de Dios en la historia de] María, hija de Imrán, que guardó su castidad, y luego insuflamos [algo] de Nuestro espíritu en eso [que había en su vientre], y que confirmó la verdad de las palabras de su Sustentador –y [con ello,] Sus revelaciones --y fue de las realmente devotas." (Corán, La prohibición, At-Tahrim, 66: 12). E hizo de María (Maryam, la paz sea con ella), gracias a su castidad, un ejemplo para los creyentes.