Introducción

Piensa en todos los años que hemos disfrutado de una facultad tan importante como es el habla. ¿Cuántos años has podido articular palabras sin dificultad o construir las frases que querías? Seguramente responderás: “Muchos años.” Sin embargo, a la mayoría de la gente no se le habrá ocurrido hacerse estas preguntas, porque el habla es una facultad innata para la mayor parte de nosotros y, por tanto, a menudo es algo que damos por sentado.

Muchos son capaces de hablar tanto o tan poco como quieren gracias a esta habilidad que Allah nos da y, en general, parece que las personas nos hemos acostumbrado tanto a ella que dejamos de darle importancia al habla.

Pero más bien tiene una importancia que todos deberíamos reconocer; es decir, ser capaz de hablar es una bendición y Allah nos garantiza esta facultad con un propósito específico. El Día del Juicio Final todos y cada uno de nosotros seremos responsables de cada una de las palabras que pronunciamos.

Allah creó la humanidad para servirle. Dotó a los seres humanos de inteligencia para que alcanzaran y creyeran en Su grandeza, de ojos para que vieran y apreciaran lo sublime de Su creación, de oídos para que escucharan la recitación de Sus aleyas y de lenguas para que exaltaran Su gloria y comunicaran Su mensaje. Como se relata en la siguiente aleya del Corán: "(79) ¡Qué va! Tomaremos nota de lo que dice, y prolongaremos la duración de su castigo [en el más allá], (80) y le despojaremos de todo lo que [ahora] dice: pues [en el Día del Juicio] comparecerá ante Nosotros solo." (Corán, María, Maryam, 19: 79-80), Allah hace que se tome nota de cada palabra que una persona pronuncia en un registro. Por tanto, así como todos somos responsables de lo que elegimos creer, y de cada uno de nuestros actos, también seremos responsables de cada una de las palabras que pronunciemos, y recibiremos nuestra debida recompensa el Día del Juicio.

Con todo, la mayoría no tiene en cuenta que el Día del Juicio Final se les llamará a rendir cuentas por lo que hayan hecho: por cada palabra y cada frase que pronuncien. Como consecuencia, son descuidados en su manera de hablar, hablan sin pensar y sin percatarse de la responsabilidad que tienen. Sin embargo, Allah (tal y como nos ha revelado en el Corán) mantendrá Su promesa y, aunque las personas hayan olvidado la mayoría de las cosas que han dicho, se les recordarán sus palabras el Día del Juicio Final. Con esta aleya del Corán: "(10) ¡Pero, en verdad, hay guardianes que os vigilan en todo momento, (11) nobles, que toman nota, (12) conscientes de todo lo que hacéis!" (Corán, El hendimiento, Al-Infitar, 82: 10-12), Allah señala que los ángeles escribas anotan cada palabra que sale de la boca de una persona. En otra aleya, Allah nos advierte de que, así como ha dado a todas las cosas la capacidad de hablar por ellas mismas, el Día del Juicio Final, hará que nuestra piel hable y testifiquen sobre lo que hayan hecho:

"Y preguntarán a sus pieles: "¿Cómo habéis podido atestiguar en contra nuestra?" – [y] estas responderán: "¡Dios, que da el habla a todas las cosas, nos ha dado el habla [también] a nosotras: pues Él [es quien] os creó la primera vez –y a Él sois devueltos [ahora]. (Corán, Expuestos con claridad, Fussilat, 41: 21)

Así, no importa lo mucho que alguien intente esconder lo que haya dicho, o lo mucho que intente evitar confesarlo, sus tácticas no les servirán de nada. Aunque no quiera rendir cuentas de lo que haya hecho, su piel confesará cada uno de sus actos, uno a uno. Así, el objetivo que debemos perseguir en nuestra vida en este mundo debería ser intentar no pronunciar ni una sola palabra que podamos lamentar ante Allah, ni una sola frase que seamos incapaces de explicar, y que únicamente nos llene de remordimiento.

Sin duda, los verdaderos creyentes son quienes llegan a comprender la importancia de todo lo dicho. Puesto que su fe es sincera, los creyentes se expresan en todo momento y lugar siendo conscientes de Allah. Consecuentemente, como se expone en el Corán, serán capaces de decir con la conciencia tranquila: "Venid todos! ¡Leed mi registro!" como "Aquel cuyo registro le sea entregado en su mano derecha"(Corán, La exhibción de la verdad desnuda, al-Haqqa, 69: 19). Esto es así porque los creyentes son aquellos que, teniendo siempre presente a Allah, viven como musulmanes en este mundo y, por tanto, también hablan como musulmanes.

“La manera de hablar de un musulmán” consiste en hablar siempre haciendo uso de nuestra conciencia, sabiendo que Allah está presente, que Su conocimiento todo lo abarca y que seremos llamados a rendir cuentas en el Día del Juicio Final.

Únicamente podemos hablar como musulmanes si nos sometemos a Allah y al mensaje del Corán. Después de haber experimentado la fe en nuestros corazones, así como la sinceridad y el sentido de la sumisión, reconoceremos que es Allah quien nos dota de la facultad del habla. Allah nos inspirará para que hablemos como musulmanes y hará que nos expresemos del modo más sincero, sabio, efectivo y apropiado posible. Si las personas no tienen una fe sincera no serán capaces de lograr que la sinceridad se refleje en su discurso utilizando métodos artificiales tales como, por ejemplo, medir sus palabras. Para poder hablar como musulmán es necesario vivir teniendo fe y ser siempre conscientes de Allah.

Con este libro intentaremos animar a todo el mundo a que utilice el poder de su palabra de modo que complazca a Allah, explorando la importancia de la manera de hablar de un musulmán como se describe en el Corán. Al establecer el ideal de cómo debe hablar un musulmán, así como las evidentes diferencias entre esta forma de hablar y la que utilizan quienes viven un tipo de espiritualidad alejada de la verdadera religión de Allah, apelamos a que todos hablemos conforme a la moral que nos enseña el Corán.