LA CREACION DEL UNIVERSO DE LA NADA

La teoría del big bang, según el modelo normal, asume que todas las partes del universo empezaron a expandirse simultáneamente. Pero, ¿cómo todas las distintas partes del universo pudieron sincronizar el comienzo de su expansión? ¿Quién dio la orden?

Andre Linde. Profesor de Cosmología2

El concepto de »creación del universo« es algo que ignoraban los astrónomos de hace un siglo. La razón de ello era la aceptación generalizada de la idea de que el universo existió siempre.

Los científicos de entonces, al examinarlo, suponían que se trataba de un conglomerado de materia e imaginaban que nunca tuvo un comienzo. Para ellos, nunca existió el momento de la »creación«, es decir, un momento en que el universo y todas las cosas pasaron a existir.

Esta idea de la »existencia eterna« se acomoda a los conceptos europeos que surgieron de la filosofía materialista presentada en el mundo de la Grecia antigua y que sostiene que la materia es lo único que existió, existe y existirá siempre en el universo.

Dicha filosofía sobrevivió bajo distintas formas durante la época de los romanos, aunque el materialismo declinó al final del imperio y de la Edad Media como resultado de la influencia de la Iglesia Católica y la filosofía cristiana.

Pero después del Renacimiento el materialismo empezó a ganar amplia aceptación entre los eruditos y científicos europeos, debido en gran medida a la devoción de los mismos a la filosofía de la Grecia antigua.

Immanuel Kant

El filósofo alemán Emmanuel Kant fue la primera persona de la Epoca Moderna en asegurar que "el universo es infinito". Sin embargo, los descubrimientos científicos invalidaron la afirmación de Kant.

Fue Emmanuel Kant quien, durante el Iluminismo europeo, reafirmó y defendió el materialismo. Kant declaró que el universo existió siempre y que ese era el único criterio posible, independientemente de los cuestionamientos que surjan. Los seguidores de Kant continuaron defendiendo la idea de un universo infinito así como el materialismo.

A comienzos del siglo XIX se aceptaba ampliamente que el universo no tuvo un inicio, es decir, que no fue creado. Y dichos conceptos pasaron al siglo XX a través de las obras del materialismo dialéctico, como las de Federico Engels y Carlos Marx.

Esa idea de un universo infinito se acoplaba muy bien con el ateísmo. No es difícil comprender porqué. Sostener que el universo tuvo un inicio podía implicar que fue creado, lo cual, por supuesto, requería de un creador, es decir, Dios.

Resultaba más conveniente y más seguro evitar esa cuestión por medio de presentar la idea de que »el universo tiene una existencia eterna«, aunque no hubiese el más leve fundamento científico para sostener tal suposición.

Georges Politzer, quien abrazó y defendió esa idea en los libros que publicó a principios del siglo XX, fue un ardiente paladín tanto del marxismo como del materialismo.

Confiando en la validez del modelo de »universo infinito«, se opuso a la idea de la creación en el libro

»Principios Fundamentales de Filosofía«:

»El universo no se trata de un objeto creado. De ser así, habría sido creado de manera instantánea por Dios, quien le hubiera dado existencia de la nada. Admitir la creación significa admitir, en primer lugar, que hubo un momento en que el universo no existía y que salió de la nada. Eso es algo que la ciencia no puede consentir«.3

Politzer suponía que la ciencia aportaba a la defensa de su idea del universo infinito. En realidad, la ciencia iba a demostrar que el universo tuvo un comienzo. Y como lo dijo el mismo Politzer, si hay una creación tiene que haber también un creador.

La Expansión Del Universo Y El Descubrimiento
Del Big Bang

El decenio de 1920 fue importante en el desarrollo de la astronomía moderna. En 1922, el físico ruso Alexander Friedmann hizo cálculos que evidenciaban que la estructura del universo no era estática e incluso que un impulso diminuto podía ser suficiente para provocar la expansión o contracción de toda la estructura según la Teoría de la Relatividad de Einstein.

George Lemaitre, astrónomo belga, fue el primero en reconocer lo que significaba el trabajo de Friedmann. Y basándose en los cálculos de éste, declaró que el universo tuvo un comienzo y se expandió como resultado de algo que lo había disparado, impulsado.

También dijo que la proporción de radiación podía ser usada como una medida de »eso« que lo había impulsado (a expandirse).

Edwın Hubble

Edwin Hubble comprobó que el universo se estaba
expandiendo. Eventualmente encontró las
evidencias del "Big Bang", un suceso catastrófico
cuyo descubrimiento forzó a los científicos a
abandonar la idea de un universo eterno e infinito.

Las meditaciones de ambos estudiosos no atrajeron mayormente la atención y probablemente habrían sido ignoradas, de no ser por las evidencias que sacudieron el mundo científico en 1929.

Ese año, el astrónomo norteamericano Edwin Hubble, que trabajaba en el observatorio Monte Wilson en California, hizo uno de los descubrimientos más importantes en la historia de la astronomía.

Al observar una serie de estrellas a través de su gran telescopio, descubrió que la luz de los mismos estaba corrida hacia el rojo al final del espectro visible, y que, de manera concluyente, esa corrida estaba relacionada directamente con la distancia existente entre las estrellas y la Tierra.

Este descubrimiento sacudió el fundamento del modelo de universo sostenido hasta ese momento.

Según las normas reconocidas de la física, los espectros de destellos de luz de objetos que viajan hacia el punto de observación tienden hacia el violeta, mientras que los destellos de luz de cuerpos que se alejan del punto de observación tienden hacia el rojo.

(Comparando con el silbato del tren, la señal acústica va perdiendo intensidad cuando la máquina se aleja del observador, y se hace más potente cuando se acerca al observador).

La observación de Hubble mostraba que, según dicha ley, los cuerpos celestes se alejaban de nosotros, de la Tierra. Poco después el científico hizo otro descubrimiento.

Las estrellas no estaban alejándose sólo de la Tierra sino que también se alejaban una de otra. La única conclusión que se podía extraer de un universo en donde todo se alejaba de todo, era que estaba en una »expansión« constante.

Hubble había encontrado evidencias, por medio de la observación, de algo que George Lemaitre había »profetizado« y que otra de las más grandes mentes de nuestra época había reconocido unos 15 años antes.

En 1915 Alberto Einstein había llegado a la conclusión de que el universo no podía ser estático en función de los cálculos basados en su teoría de la relatividad recientemente enunciada (con lo que se anticipaba a las conclusiones de Friedmann y Lemaitre).

Conmocionado por su hallazgo, Einstein agregó una »constante cosmológica« a la ecuación con el objeto de que »la conclusión resulte correcta«, porque los astrónomos afirmaban que el universo era estático y no había ninguna manera de hacer que sus ecuaciones fueran compatibles con ese modelo. Años después Einstein iba a admitir como el más grande error de su carrera dicha constante cosmológica.

El descubrimiento de Hubble de que el universo se estaba expandiendo condujo a la aparición de otro modelo que no necesitaba ningún otro agregado para que la ecuación resulte correcta.

Si el universo se estaba agrandando en tanto el tiempo avanzaba, el ir para atrás en el tiempo significaría que se achicaba. Y si se iba suficientemente para atrás, todas las cosas se contraerían y convergirían en un solo punto.

La conclusión que se derivaba de este modelo era que, en algún momento, toda la materia del universo estuvo compactada en un solo punto-masa con »volumen cero« debido a su enorme fuerza de gravedad.

Nuestro universo pasó a existir como resultado de la explosión de este punto de masa superconcentrada que tenía volumen cero. Esa explosión pasó a ser llamada »el Big Bang«, y su existencia fue reconocida repetidamente por las evidencias observadas.

El Big Bang indicaba otra verdad. Decir que algo tiene volumen cero es equivalente a decir que es igual a »nada«. Todo el universo fue creado de »la nada«. Y además, este universo tuvo un inicio, contrariando la visión materialista que sostenía que »había existido eternamente«.

La Hipótesis De La »Condición Invariable Del Proceso
Físico« Llamada Teoría Del Estado Estacionario.

La teoría del Big Bang ganó rápidamente una amplia aceptación en el mundo científico, debido a las claras evidencias para ello. Con todo, los astrónomos que favorecían el materialismo y adherían a la idea de un universo infinito, exigieron oponerse al Big Bang en su lucha por respaldar un eje fundamental de su ideología.

La razón de ello fue aclarada por el astrónomo inglés Arthur Eddington, quien dijo:

»Filosóficamente, la idea de un comienzo abrupto del actual orden de la Naturaleza, resulta incompatible con mi forma de pensar«4.

Otro astrónomo que se opuso a la teoría del Big Bang fue Fred Hoyle. A mediado del siglo XX se presentó con un nuevo modelo llamado »teoría del estado estacionario«, el cual resultaba una prolongación de la idea de universo infinito del siglo XIX.

Mientras aceptaba la evidencia incontrovertible de que el universo se estaba expandiendo, propuso que era infinito tanto en dimensión como en tiempo. Según este modelo, como el universo se expandía permanentemente, pasaba a existir materia nueva por sí sola en la cantidad correcta para mantener la »teoría del estado estacionario« en el universo.

Con el solo visible objeto de apoyar el dogma de que »la materia existió siempre en un tiempo infinito«, lo cual es la base de la filosofía materialista, esta teoría discrepa totalmente con la del Big Bang que defiende que el universo tuvo un comienzo.

Los sostenedores de la teoría del estado estacionario de Hoyle permanecieron oponiéndose con firmeza al Big Bang durante años. De todos modos, la ciencia operaba en contra de ellos.

El Triunfo Del Big Bang

En 1948, George Gamow llevó los cálculos de George Lemaitre varios pasos más adelante y se presentó con una nueva idea respecto al Big Bang.

Si el universo se formó por medio de una explosión repentina, tremenda, debería haber quedado una definida cantidad de radiación de la misma. Esa radiación debería ser detectable y, por otra parte, ser uniforme en toda la extensión del universo.

Wilson

La radiación cósmica de fondo descubierta por Penzias y Wilson se considera una evidencia incontrovertible del Big Bang para el mundo científico.

En los dos decenios siguientes se iban a comprobar las conjeturas de Gamow. En 1965 dos investigadores llamados Arno Penzias y Robert Wilson, se toparon con una forma de radiación inadvertida hasta ese momento. Llamada »radiación cósmica de fondo«, era improbable que proviniese de algún punto en particular del universo porque era extraordinariamente uniforme.

No estaba localizada ni tenía una fuente definida. Por el contrario, se distribuía de manera pareja por todos lados. Rápidamente se comprobó que esa radiación era la proveniente del Big Bang, que sigue presente aún desde el primer momento de la gran explosión. Gamow había determinado muy exactamente la frecuencia de la radiación prevista por los científicos. Penzias y Wilson recibieron el Premio Nobel por su descubrimiento.

En 1989, George Smoot y su equipo de la NASA enviaron un satélite al espacio, llamado COBE (Explorador Cósmico Ambiental). En sólo ocho minutos los sensibles instrumentos de abordo detectaron y confirmaron los niveles de radiación informados por Penzias y Wilson.

Los resultados demostraron de manera concluyente la existencia cercana y densa de ese producto de la explosión que dio origen al universo. La mayoría de los científicos reconocieron que el COBE había captado exitosamente los remanentes del Big Bang.

Iban a presentarse más evidencias del Big Bang. Una de ellas tenía que ver con la cantidad relativa de hidrógeno y helio en el universo. Las observaciones indicaban que la mezcla de ambos elementos en el universo estaban de acuerdo con los cálculos teóricos de lo que había quedado después del Big Bang.

arthur edingtin

La manifestación de Sir Arthur Eddington de que “la idea de un comienzo abrupto del orden actual le repugnaba”, era una admisión del desconsuelo que le producía a los materialistas el Big Bang.

Esto fue otro golpe al corazón de la teoría del estado estacionario, porque si el universo hubiese existido siempre y nunca hubiese tenido inicio, todo el hidrógeno debería haberse convertido en helio.

Frente a esas evidencias el Big Bang ganó la aprobación casi completa del mundo científico. En un artículo de Scientific American de octubre de 1994 se advierte que el modelo del Big Bang era el único que podía responder a la constante expansión del universo y a otros resultados de los exámenes realizados.

Dennis Sciama, al defender la teoría del estado estacionario junto a Fred Hoyle durante años, describió la posición final a la que habían llegado después de que fueron reveladas todas las evidencias que tenían que ver con la teoría del Big Bang:

“En un momento dado se presentó un debate algo virulento entre algunos de los proponentes de la teoría del estado estacionario y los observadores que la ponían a prueba, posiblemente para rechazarla. En esa oportunidad mi intervención fue casi nula porque yo apoyaba la teoría del estado estacionario no en el sentido que creía el correcto sino en el que encontraba tan atractivo que quería fuese cierto. Fred Hoyle intervino activamente cuando se presentaron con fuerza las observaciones en contrario, con el objeto de intentar contrarrestarlas. Jugué un pequeño papel a su lado por medio de sugerir cómo enfrentar lo que era indudable. Pero mientras las evidencias se acumulaban, se hacía cada vez más incontrovertible que nuestra posición se frustraba y que había que abandonar la teoría del estado estacionario 5.

¿Quién Creó El Universo De La Nada?

Con este triunfo del Big Bang, la tesis de un »universo infinito«, que forma la base del dogma materialista, fue lanzada al basurero de la historia.

Pero ello planteó también a los materialistas preguntas molestas:

¿Qué existía antes del Big Bang? ¿Qué fuerza pudo haber causado la gran explosión que resultó en un universo que no existía antes?

Materialistas como Arthur Eddington reconocieron que las respuestas a esas preguntas podían apuntar a la existencia de un creador supremo, lo que no les gustaría.

El filósofo ateo Anthony Flew comentó al respecto:

»La confesión, notoriamente, es buena para el alma. Por lo tanto, empiezo por confesar que el ateísmo Stratoniciano tiene que encontrarse turbado por el consenso cosmológico contemporáneo. Parece que los cosmólogos están suministrando la prueba científica de lo que Santo Tomás no pudo probar filosóficamente. Es decir, que el universo tuvo un inicio. En tanto que se pueda pensar como consuelo que el universo existe no sólo sin final sino también sin comienzo, es fácil argumentar que su existencia bruta (ilimitada) y todo lo encontrado como rasgos más fundamentales, debería aceptarse como la explicación última. Aunque creo que esto que digo es correcto, no resulta fácil ni consolador mantener esa posición frente a los argumentos del Big Bang«6.

Muchos científicos no condicionados al ateísmo, aceptan y consideran favorablemente la existencia de un creador con un poder infinito.

Por ejemplo, el astrofísico norteamericano Hugh Ross propone un Creador del universo, Quien está más allá de todas las dimensiones físicas:

»Por definición, el tiempo es esa dimensión en la que tienen lugar los fenómenos de causa-efecto. Si no existe ningún tiempo no hay ninguna causa ni hay ningún efecto. Si el inicio del tiempo es concurrente con el inicio del universo, como lo expresa el teorema espacial, entonces el autor del universo debe ser alguna entidad que opera en una dimensión temporal independiente y preexistente a la dimensión temporal del cosmos…. Ello nos dice que el Creador es trascendente y opera más allá de los límites de las dimensiones del universo. Nos dice que Dios no es el universo en sí y que Dios no queda contenido dentro del universo«7.

Objeciones A La Creación Y Porqué Son Defectuosas.

Es claramente obvio que el Big Bang significa la creación del universo de la nada, lo que resulta, seguramente, evidencia de una creación intencionada. Respecto a esto, algunos astrónomos y físicos materialistas han intentado presentar explicaciones alternativas para oponerse a dicha realidad.

Ya hablamos de la teoría del estado estacionario, señalándose que quienes se sentían incómodos con la idea de »creación a partir de la nada« persistieron en ella, en un intento por apuntalar su filosofía, a pesar de todas las evidencias en contrario.

Los materialistas que aceptaban la teoría del Big Bang también presentaron una serie de modelos para exorcizarla de la idea de creación. Uno de ellos es el llamado modelo de universo »oscilante«; otro es el modelo cuántico de universo.Examinemos estas teorías y veremos porqué son inválidas.

El modelo de universo oscilante fue presentado por los astrónomos que no aceptaban la idea de que el Big Bang fuese el inicio del universo. En este modelo se supone que la actual expansión del universo eventualmente revierte en algún punto y comienza a contraerse.

Esta contracción haría que todo se junte en un solo punto que volvería a explotar, iniciándose un nuevo ciclo de expansión. Según esos astrónomos, dicho proceso se repite de manera infinita en el tiempo.

Este modelo sostiene también que el universo ya ha experimentado esa transformación infinito número de veces y que continuará siendo así para siempre.

En otras palabras, según esta gente, el universo existe eternamente pero se expande y se contrae en distintos intervalos con una gran explosión como separación de cada ciclo.El universo en el que vivimos ahora es precisamente uno de esos estadios cíclicos.

No se trata sino de un endeble intento por acomodar el hecho del Big Bang a los criterios de un universo infinito. El escenario propuesto no es apoyado por el resultado de las investigaciones científicas de los últimos 15 a 20 años, que muestran que es imposible la existencia de un universo »oscilante« como el mencionado.

Por otra parte, las leyes de la física no proveen ninguna razón de porqué un universo que se contrae debería explotar nuevamente después de juntarse en un solo punto: en todo caso, debería permanecer como está.Tampoco dan una razón de porqué un universo que se expande debería empezar a contraerse8.

Incluso si admitimos que hay algún mecanismo por medio del cual ese ciclo de contracción-explosión-expansión tiene lugar, el punto crucial es que no puede suceder eternamente, como se supone.

Cálculos hechos para este modelo muestran que cada universo transferirá una cantidad de entropía a su sucesor. En otras palabras, la cantidad de energía útil disponible se hace cada vez menor y cada vez que el universo se »reinicie« lo hará más lentamente y con un diámetro mayor.

Esto hará que los universos sucesivos sean menores, hasta que, eventualmente, disminuirán poco a poco hasta la nada. Incluso si pudiese existir un universo »abierto y cerrado«, no podría perdurar eternamente. En algún punto se hace necesario que algo sea »creado« de »la nada«9.

En resumen, el modelo de universo oscilante es una fantasía deshauciada, cuya realidad física es imposible.

El »modelo de universo cuántico« es otro intento de purgar al Big Bang de sus implicancias creacionistas. Los sostenedores de este modelo se basan en las observaciones de la física cuántica (subatómica), donde se observa que las partículas subatómicas aparecen y desaparecen espontáneamente en el vacío.

Interpretando que esta observación indica »que la materia puede originarse a nivel de cuanto«, opinan que »es una propiedad característica de la materia«.

Algunos físicos intentan explicar el origen de la materia a partir de la no existencia, durante la creación del universo, como una »característica propia de la materia« y la presentan como parte de las leyes de la naturaleza.

En este modelo se interpreta que nuestro universo es una partícula subatómica en un tamaño más grande.Sin embargo, este silogismo está definidamente fuera de discusión y, en todo caso, no puede explicar cómo pasó a existir el universo.

William Lane Craig, autor de El Big Bang: Teísmo y Ateísmo, explica porqué:

»El vacío de la mecánica cuántica produciendo partículas materiales, está lejos de la idea común de ‘vacío’ (en el sentido de nada). En todo caso, un vacío cuántico es un mar de partículas que se forman y disuelven continuamente, que toman prestada la energía del vacío, para su breve existencia. Esto no es ‘nada’, por lo que no es cierto que las partículas de materia pasen a existir de la nada«10.

Así, en la física cuántica, la materia »no existe si no estaba presente antes«. Lo que sucede es que la energía ambiental se convierte repentinamente en materia y también repentinamente desaparece para convertirse en energía nuevamente.En resumen, no se cumple ninguna condición de »existencia a partir de la nada«, como se supone.

En la física, no menos que en otras ramas de la ciencia, existen científicos ateos que no vacilan en desfigurar la verdad a través de pasar por alto los puntos y detalles críticos con tal de sostener la visión materialista y alcanzar sus objetivos.

Para ellos es mucho más importante defender el materialismo y el ateísmo que revelar las realidades y hechos científicos.

Frente a esa posición de los hombres de ciencia ateos, la mayoría de los demás descartan el modelo de universo cuántico. C. J. Isham explica que »ese modelo no es ampliamente aceptado debido a las dificultades inherentes que posee«11.

Incluso algunos de los originadores de esa idea, como Brout y Spindel, la han abandonado12.

Una versión reciente y muy publicitada del modelo cuántico de universo fue presentada por el físico Stephen Hawking. En su libro Historia del Tiempo, Hawking dice que el Big Bang no significa necesariamente la existencia de la nada.

Hawking propuso en vez de »la inexistencia del tiempo« antes del Big Bang, el concepto de »tiempo imaginario«. La esperanza de Hawking era ignorar la realidad de la »inexistencia« del tiempo antes del Big Bang por medio de ese tiempo »imaginario«.

Stephen Hawking

Stephen Hawking, al igual que otros científicos materialistas, también buscó explicar el Big Bang apoyándose en contradicciones y conceptos falsos distintos a los del creacionismo.

Como concepto, »tiempo imaginario« es equivalente a cero o a la no existencia, como el número imaginario de personas en una sala o el número imaginario de autos en una ruta.

Aquí Hawking juega con las palabras. Supone que las ecuaciones son correctas cuando se refieren a un tiempo imaginario, pero en realidad esto no tiene ningún sentido.

El matemático Sir Herbert Dingle se refiere a la posibilidad de fingir como reales en matemáticas las cosas imaginarias:

»En el lenguaje de las matemáticas podemos decir mentiras como así también verdades, y dentro del campo de las matemáticas no hay ninguna manera posible de distinguir unas de otras. Podemos distinguirlas solamente por la experiencia o por el razonamiento por fuera de las matemáticas, aplicado a la posible relación entre la solución matemática y su correlato físico«13.

Para decirlo resumidamente, una solución matemática teórica o imaginaria no necesita tener una consecuencia real o cierta. Usando una propiedad exclusiva de las matemáticas, Hawking produce una hipótesis que no está relacionada con la realidad.

Pero, ¿qué razón podría tener para ello? Es fácil encontrar la respuesta a esa pregunta en sus propias palabras. Hawking admite que prefiere modelos de universo alternativos al Big Bang, porque éste »sugiere la creación divina«, mientras que los otros están proyectados para oponérsele14.

Lo que muestra todo esto es que los modelos alternativos al del Big Bang, como el modelo del estado estacionario, el modelo de universo abierto y cerrado, el modelo de universo cuántico, surgen de hecho de los prejuicios filosóficos de los materialistas.

Los descubrimientos científicos han demostrado la realidad del Big Bang e incluso pueden explicar »la existencia de la nada«. Y esta es una evidencia muy fuerte de que el universo fue creado por Dios, cosa que los materialistas rechazan totalmente.

Un ejemplo de esa oposición al Big Bang se puede encontrar en un ensayo de John Maddox, editor de »Nature«, (revista materialista) aparecido en 1989. En »¡Abajo con el Big Bang!«, Maddox dice que el Big Bang es filosóficamente inaceptable porque ayuda a los teólogos al proveerles un fuerte respaldo a sus ideas.

El autor predijo también que el Big Bang sería desaprobado y que el apoyo al mismo se extinguiría en un decenio15. Seguramente Maddox se sintió aún más molesto por los descubrimientos realizados en esos diez años subsiguientes, los cuales aportaron más evidencias de la existencia del Big Bang.Algunos materialistas actúan con un mayor sentido común en este tema.

El materialista británico H. P. Lipson acepta la realidad de la creación, si bien con »desagrado«, cuando dice:

»Si entonces la materia viva no se origina en la interrelación de los átomos, de las fuerzas naturales y de la radiación, ¿cómo pasó a existir?… Pienso, no obstante, que debemos… admitir que la única explicación aceptable es la creación. Se que esto es anatema para los físicos, como lo es para mí, pero no debemos rechazar lo que no nos gusta si la evidencia experimental lo sustenta«16.

En conclusión, la verdad revelada por la ciencia es la siguiente: la materia y el tiempo pasaron a existir por medio de un conocedor independiente con un poder inmenso, es decir, por medio de un Creador.Dios, el Poseedor de una potestad, conocimiento e inteligencia todopoderosa, ha creado el universo en el que vivimos.

Los Signos En El Corán

Además de explicar el universo, el modelo del Big Bang tiene otra implicancia importante. Como señala la cita de Anthony Flew mencionada antes, la ciencia ha comprobado una afirmación sostenida hasta ahora sólo por las fuentes religiosas.

La verdad que es defendida por éstas es la realidad de la creación a partir de la nada. Esto ha sido declarado en los libros santos que han servido de guía al género humano durante miles de años.

Y aunque el Antiguo y Nuevo Testamento fueron bastante alterados, también nos informan que Dios creó el universo y todo de la nada.

space

En el único libro de Dios que ha sobrevivido completamente intacto, el Corán, aunque revelado hace catorce siglos, hay manifestaciones acerca de la creación del universo de la nada, como así también la forma en que ello se produjo, lo cual está en paralelo con el conocimiento del siglo XX.

En primer lugar, la creación del universo de la nada es revelada así en el Corán:

Creador de los cielos y de la tierra… (Corán, 6:101).

Otro aspecto importante revelado en el Corán catorce siglos antes del descubrimiento del Big Bang y de los hallazgos relacionados con ello, es que el universo, cuando fue creado, ocupaba un volumen muy pequeño:

¿Es que no han visto los infieles que los cielos y la tierra formaban un todo homogéneo y los separamos? ¿Y que sacamos del agua a todo ser viviente? ¿Y no creerán? (Corán, 21:30)

En el original árabe del versículo coránico mencionado, hay una elección de palabras muy importante. La palabra ratk traducida como »formando un todo homogéneo«, significa »mezclado«, »mixturado«, en los diccionarios de la lengua árabe.

Es usada para referirse a dos sustancias distintas que forman un todo. La oración »los separamos« corresponde al verbo fatk en árabe e implica que algo pasó a existir por medio de separarlo de modo violento, frenético, o destruyendo la estructura de ratk.

La semilla que brota en el suelo es una de las acciones a la que se aplica este verbo.

Veamos de nuevo este versículo teniendo presente lo dicho. Los cielos y la tierra son los primeros que caen en la categoría de ratk y son separados (fatk) por medio de hacer salir a uno del otro.

Los cosmólogos hablan de modo intrigante de un »huevo cósmico« que consistía de toda la materia del universo antes del Big Bang. En otras palabras, todos los cielos y la tierra estaban incluidos en dicho huevo en condición de ratk.

Ese huevo cósmico explotó violentamente, lo cual llevó a su materia a fatk, proceso en el que se creó la estructura de todo el universo. Otra verdad revelada en el Corán es la expansión del universo, descubierta en el decenio de 1920.

El descubrimiento de Hubble de la corrida del espectro de la luz de las estrellas al rojo, es revelado así en el Corán:

Y el cielo (el universo) lo construimos con fuerza. Y, ciertamente, asignamos un vasto espacio (lo expandimos). (Corán, 51:47)

En resumen, los descubrimientos de la ciencia moderna sostienen la verdad que es revelada en el Corán y no el dogma materialista.

Los materialistas pueden suponer que todo se da por »casualidad«, pero el hecho manifiesto es que el universo pasó a existir como resultado de un acto de creación por parte de Dios y que el único conocimiento verdadero respecto al origen del universo tiene que fundamentarse en las palabras de Dios reveladas a nosotros.

NOTAS

2. Andrei Linde, »The Self-Reproducing Inflationary Universe«, Scientific American, vol. 271, 1994, p. 48.

3. George Politzer, Principes Fondamentaux de Philosophie, Editions Sociales, Paris 1954, p. 84. La “constante cósmica”, según Einstein, es una nueva fuerza “antigravitatoria” que, contrariamente a lo que sucede con otras fuerzas, no proviene de ninguna fuente en particular sino que está inserta en la propia estructura del tiempo. Einstein sostenía que el espacio-tiempo tenía una tendencia intrínseca a expandirse y que tendría un valor que equilibraría exactamente la atracción de toda la materia en el universo, de modo que sería posible la existencia de un universo estático. Así lo explica Stephen W. Hawking en su libro Historia del Tiempo (Editorial Crítica, Grijalbo S. A., Argentina, 1988, p. 65).

4. S. Jaki, Cosmos and Creator, Regnery Gateway, Chicago, 1980, p. 54.

5. Stephen Hawking’s, A Brief History of Time A Reader’s Companion (Edited by Stephen Hawking; prepared by Gene Stone), New York, Bantam Books, 1892, pp. 62-63.

6.Henry Margenau, Roy Abraham Vargesse, Cosmos, Bios, Theos, La Salle IL: Open Court Publishing, 1992, p. 241.

7. Hugh Ross, The Creator and the Cosmos: How Greatest Scientific Discoveries of The Century Reveal God, Colorado: Nav Press, edición revisada, 1995, p. 76.

8. William Lane Craig, Cosmos and Creator, Origin and Design, Spring 1996, vol. 17, p. 19. Este es el modelo de Friedmann, el cual fue descartado por Stephen Hawking argumentando que es imposible determinar lo que sucedería después del Bing Bang, pues toda capacidad de predicción fallaría aunque hubiese acontecimientos anteriores al mismo.

9. William Lane Craig, Cosmos and Creator, Origin and Design, Spring 1996, vol. 17, p. 19.

10. William Lane Craig, Cosmos and Creator, Origin and Design, Spring 1996, vol. 17, p. 20.

11. Christopher Isham, »Space, Time and Quantum Cosmology«, trabajo presentado en la conferencia »Dios, el Tiempo y la Física Moderna«, Marzo 1990, Origin and Design, Spring 1996, vol. 17, p. 27.

12. R. Brout, Ph. Spindel, »Black Holes Dispute«, Nature, vol. 337, 1989, p. 216.

13. Herbert Dingle, Science at the Crossroads, London: Martin Brian and O’Keefe, 1972, p. 31-32. El propio Stephen Hawking dice: “Me gustaría subrayar que esta idea de que tiempo y espacio deben ser finitos y sin frontera es exactamente una propuesta: no puede ser deducida de ningún otro principio...”. Es decir, reconoce que puede estar diciendo algo incorrecto. (Historia del Tiempo, Grijalbo, 1988, Argentina, p. 182). En cuanto a como se juega con las palabras, lo dice el propio Stephen Hawking: “Así que, tal vez, ... lo que llamamos real es simplemente una idea que inventamos para ayudarnos a describir cómo pensamos que es el universo. Pero, de acuerdo con el punto de vista que expuse en el capítulo 1, una teoría científica es justamente un modelo matemático que construimos para describir nuestras observaciones: existe únicamente en nuestras mentes”. (Historia del Tiempo, Grijalbo, 1988, Argentina, p. 185).

14. Stephen Hawking, Historia del Tiempo, Editorial Crítica, Grijalbo SA, Bs. As., Argentina, 1988, p. 164.

15. John Maddox, »Down with the Big Bang«, Nature, vol. 340, 1989, p. 378.

16. H. P. Lipson, »A Physicist Looks at Evolution«, Physics Bulletin, vol. 138, 1980, p. 138.

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