NAEEM Y EL HERMOSO PAVO REAL

Naeem fue al zoo con su madre y su hermana un fin de semana. Le sorprendió comprobar lo bonitos que eran todos los animales. A algunos les dio de comer y, a otros, les observó de lejos. Un elefantito revoltoso mojó el vestido de su hermana. Naeem y su madre se rieron y siguieron andando.

“¡Mira qué pavo real tan bonito!”, dijo la madre de Naeem.

Él y su hermana estaban realmente impresionados de ver lo hermoso que era. Naeem se acercó un poco para verlo más de cerca.

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“Hola, Naeem”, dijo el pavo real. “Se me conoce como la criatura más espléndida de todo el reino animal.”

Naeem le preguntó: “Tu cola es muy bonita. ¿Todas las colas de los pavos reales son así?”

El pavo real respondió: “No, amiguito. Sólo los machos las tenemos así. Las usamos para atraer a las hembras que queremos sean nuestra pareja.”

Naeem se preguntó: “Cuando un pavo real despliega su cola no la puede ver. ¿Cómo sabe entonces que es bella y atractiva? Alguien se lo debe decir, ¿no? Los seres humanos utilizamos espejos para mirarnos.”

“Tienes razón”, asintió el pavo real, “pero nosotros no nos miramos en un espejo para comprobar lo hermosos que somos. Es Dios quien nos enseña que somos atractivos cuando abrimos la cola.”

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Naeem observó al pavo real con más detenimiento y se sorprendió de los magníficos colores y diseños de su cola.

Es como si estuviese mirando un cuadro espléndido; los colores son tan bellos…”, suspiró.

“¿Crees que podría haberla pintado yo solo?”, preguntó el pavo real. “Desde luego que no, amiguito. La extraordinaria belleza de nuestras colas no surgió por casualidad. Todo el mundo se maravilla al ver nuestro colorido y he de decir que fue Dios el Creador de esta belleza, como lo es de la de todos los seres vivos.”

Naeem le dijo al ave: “Ahora comprendo mejor que es Dios quien os creó así de hermosos. Adiós, amigo.”

Naeem se maravilló del gran poder que tiene Dios y fue a reunirse con su madre y hermana. Les recordó que fue Él quien creó la belleza del pavo real.