Musulmán es el nombre que Dios da a aquéllos que adhieren a Su religión. El atributo básico mencionado en el Corán que distingue a los musulmanes de otras personas es su conciencia del poder infinito de Dios. No obstante, el ser consciente de ello no significa siempre la afirmación de la existencia de un Creador y la aceptación de sus mandatos. Los creyentes reconocen Su existencia y grandeza, a la vez que cumplen con El de modo incondicional y reorientan todos sus actos en función de ello.
El Paraíso es la morada de los que están convencidos de la otra vida (Corán, 31:4) y luego se esfuercen por alcanzarla (Corán, 17:19). El Corán describe el fin de los que “vacilan en servir a Dios” y colocan sus intereses mundanos triviales al mismo nivel que Su contento:
Hay entre los hombres quien vacila en servir a Dios. Si recibe un bien, lo disfruta tranquilamente. Pero, si sufre una tentación, gira en redondo (es decir, abandona la fe verdadera), perdiendo así la vida de acá y la otra: es una pérdida irreparable. (Corán, 22:11)