¿No han visto (los seres humanos) las aves sujetas (al servicio de Dios) en el aire del cielo? Sólo Dios las sostiene. Ciertamente, hay en ello signos para gente que cree (Corán, 16:79).
Al igual que otros chicos, posiblemente también ustedes quisieron volar como los pájaros. Al verlos parece que es algo fácil, pero no es así.
El pájaro consume mucha energía para despegar del suelo porque tiene que elevar todo el cuerpo con sus pequeñas alas. Pero una vez en el aire Dios le facilita el mantenerse en vuelo sin mucho esfuerzo y “flotar” sobre las corrientes de aire que producen los vientos, cosa que disminuye el gasto de energía. Al disminuir los vientos vuelve a aletear.
Es decir, por medio de esas características Dios ha permitido que pueda cubrir distancias muy largas y emigrar hasta países remotos.
Hay especies de pájaros que pueden volar entre mil y cuarenta mil kilómetros. Esta última es la medida de la circunferencia de la Tierra, con lo que nos podemos hacer una mejor idea de la distancia que cubren algunas aves. Al atravesar los océanos no tienen ninguna posibilidad de descansar o hacer postas. Sigue siendo un misterio cómo hacen para no perder la orientación en semejantes viajes. Las emigraciones son precisas y no se pierde ningún individuo, ni joven ni adulto.
Es interesante observar que piernas tan delgadas acarrean cuerpos relativamente voluminosos. Pero si fuesen más gruesas y pesadas tendrían más dificultades para volar.
Casi todas las criaturas aladas duermen sobre una pata y sobre la misma descargan el peso de todo el cuerpo pero no pierden la estabilidad.
Uno de los órganos más sensibles en los pájaros es el de la visión. Además de la capacidad que Dios les dio para volar, también les otorgó una visión extraordinaria debido a que la necesitan durante el vuelo. Pueden ver objetos distantes mucho mejor que los humanos y poseen un ángulo de visión más amplio. Al advertir los peligros de antemano determinan exactamente la velocidad y dirección del vuelo.
Sus ojos permanecen fijos en sus cuencas, es decir, no se mueven como en los humanos. Sin embargo, amplían rápidamente el ángulo de visión volteando a un lado y otro su cuello y cabeza.
Por otra parte, los pájaros nocturnos, como los búhos, tienen ojos más grandes y con células especiales sensibles a un mínimo de luz. La visión de la lechuza pelada, por ejemplo, es cien veces más aguda que la del ser humano. Gracias a eso puede ver y cazar muy bien de noche.
Las aves acuáticas, por otra parte, no tienen ningún problema en buscar y atrapar insectos y moluscos subacuáticos, gracias a unos ojos que han sido creados para ver claramente debajo del agua, donde nosotros no los podemos tener abiertos más de cuarenta y cinco segundos. Este tipo de visión les resulta necesaria porque dependen de ella para alimentarse. Así las creó Dios.
Para los pájaros también es importante la audición y por eso poseen un tímpano que les permite oír sonidos muy débiles.
Las capacidades indicadas, es decir, la visión aguda en la oscuridad y debajo del agua y la audición de sonidos débiles, no las posee el ser humano. Pero evidentemente no las necesitamos tanto porque funcionamos bien sin ellas. Para los pájaros, en cambio, serían carencias importantes, pues les resultaría muy difícil encontrar alimentos, dar de comer a las crías y conservar a la especie.
Los oídos de las lechuzas son muy sensibles a los sonidos. Oyen mejor que los humanos. En ambos lados de la cabeza tienen una especie de cerdillas que reúnen las ondas sonoras y las envían al oído interno. Las del lado izquierdo al oído izquierdo y las del lado derecho al oído derecho. Además los oídos no están ubicados al mismo nivel sino que uno está más alto que el otro. Entonces perciben sonidos de distintas direcciones, con lo que determinan correctamente la ubicación de quien los emite, aunque no lo vean. Es una ventaja muy importante en climas nevados, cuando se vuelve difícil encontrar una presa.
Algunos pájaros producen varias voces para despistar a sus predadores. Por ejemplo, muchos de ellos que anidan en los huecos de los árboles, silban o sisean como las víboras cuando son molestados. De ese modo los predadores se alejan inmediatamente del lugar.
Además nuestro Señor ha dado a algunas aves pies con membranas (membranas interdigitales) para que puedan nadar más rápido, pues cumplen la función de las patas de ranas en las personas que bucean.
Otras construyen nidos falsos para proteger a sus crías de los predadores, especialmente en la India y Africa donde son muchos los animales que se alimentan de sus huevos.
Por ejemplo, el reyezuelo africano protege a sus huevos rodeando el nido donde están con muchos otros vacíos. Las víboras que viven en los árboles en las regiones tropicales son muy venenosas, motivo por el cual la entrada de los nidos de un tipo de pávido propio de esa región es secreto y complicado. Además, como otra precaución, hacen sus nidos en árboles muy espinosos, como la acacia, y engañan a sus predadores con una gran cantidad de nidos falsos.
¿Han prestado atención a los picos de los pájaros que vuelan cerca de ustedes todos los días? Dios los creó de distintas formas para distintas especies y cumplen funciones muy importantes. Tienen la estructura más adecuada para alimentarse en el ambiente que les es propio. El de las aves que comen peces es generalmente largo con forma de cucharón, lo cual las convierte en buenas pescadoras. El de las que se alimentan de plantas, se compatibiliza perfectamente con lo que tienen que comer.
Es decir, la creación de Dios es sin tacha y completa porque a todas las criaturas las dota exactamente con lo que necesitan.