Es posible que a este animal, parecido a un gran juguete, lo hayan visto en el zoológico. ¿Sabían que lo único que come es bambú? El adulto ingiere unos 15 kilogramos por día, es decir, seis mil kilogramos por año. Por eso mastican todo el día. ¡Qué comilones que son!
Tienen una característica muy interesante: en las manos poseen seis dedos, no cinco. Nuestro Señor, Quien hace todo adecuado para la vida de cada especie, les ha dado seis dedos de modo que puedan agarrar y comer fácilmente el alimento.
Viven siempre en lugares húmedos y cálidos y entonces a sus hijos los tienen en cuevas. Los bebés vienen al mundo ciegos y sin dientes, como si fueran pequeños juguetes. Normalmente nacen en septiembre con una altura de diez centímetros y un peso de unos 140 gramos. Son ochocientas veces más pequeños que sus madres al nacer pero se desarrollan muy rápidamente de modo que a los nueve meses pesan 27 kilogramos. ¡Recuerden que un chico de seis años tiene ese peso!
No son animales feroces y solamente raspan los troncos para limpiar y limar las uñas. Con el objeto de evitar a sus enemigos trepan a los árboles a pesar de sus grandes cuerpos. Son muy tranquilos y no les preocupa que se les acerquen los humanos. Es decir, si un día encuentran a un panda durmiendo, no se preocupen si se despierta porque no les hará nada.