Los perros son más astutos que la mayoría de los animales y son fáciles de educar. Bien entrenados pueden ser usados como guardianes y son capaces de reducir a una criatura cinco o seis veces más grande. En momentos de peligro pueden convertirse en brutalmente salvajes con los extraños, sin representar ningún peligro para sus dueños. Frente a una amenaza arriesgan su vida para proteger la de su amo, al que nunca abandonan.
La existencia de cientos de especies de perros de distintos tamaños y colores es uno de los signos sin par de la cr eación de Dios. En el Corán se relata la creación singular de nuestro Señor: Creador de los cielos y de la tierra. ¿Cómo iba a tener un hijo si no tiene esposa, si lo ha creado todo y lo sabe todo? Ese es Dios, vuestro Señor. No hay más dios que El. Creador de todo. ¡Servidle, pues! El vela por todo (Corán, 6:101-102).
Supongamos que nunca vieron un perro y alguien les pide que dibujen uno. ¿Lo pueden hacer? Por supuesto que no, ya que no saben de qué se trata. Es necesario haberlo visto antes, o por lo menos tener una foto o dibujo del mismo, para poder copiar su figura sobre un papel o crear otra. Y es Dios Quien nos provee de todos los ejemplos.
Por ejemplo, los aviones son diseñados tomando como base la forma de volar de los pájaros. Los robots son imitaciones de las estructuras corporales de distintas criaturas.
Pero Dios crea incontables especies sin imitar nada: los pingüinos del polo sur, los leones reyes de la sabana, los delfines, las mariposas, los pájaros, las abejas, etc. En resumen, Dios es el creador de todo.
Es Dios Quien ha dado a todos los perros las características físicas que exhiben y que les diferencian de otras criaturas. Por ejemplo, el perro tiene 42 piezas dentales, es decir, 10 más que los humanos. Gracias a eso puede triturar y romper el alimento, especialmente los huesos, sin dificultad. Además, debido a la creación especial de sus ojos, puede ver en la penumbra mejor que nosotros y observar objetos que se mueven bastante lejos. Por otra parte, sus oídos abarcan frecuencias que superan nuestro umbral de audición y perciben los ruidos desde una distancia cuatro veces superior a la posible para los humanos. Por ejemplo, nosotros no advertimos el sonido extremadamente agudo del silbato que usan los entrenadores para darle órdenes a los perros.
Su sentido del olfato es muy bueno y superior al humano pues en el cerebro tienen el centro olfativo cuarenta veces más desarrollado que nosotros.
Si van a buscar la presa abatida por el cazador es porque perciben su olor y la rastrean aunque se encuentre a varios kilómetros de distancia. Por otra parte, el perro entrenado para la pesquisa puede ubicar a una persona con sólo oler una ropa que haya tenido puesta. Asimismo, los San Bernardo, gracias a la sensibilidad de su olfato, pueden detectar fácilmente y rescatar a gente herida o en apuros enterrada bajo la nieve. Este solo hecho es un milagro de Dios en los perros.
Por supuesto, la nariz también les sirve para respirar, filtrar el aire, entibiarlo, humedecerlo y dirigirlo a los pulmones.
A diferencia de los seres humanos, no sudan para regular la temperatura corporal porque carecen de glándulas sudoríparas. La regulación térmica es manejada por el sistema respiratorio. Al aumentar la temperatura ambiente les aumenta la temperatura corporal y para disminuirla jadean con la lengua afuera. Así expelen el calor interno. Nosotros sudamos apenas corremos un poco, pero el perro no lo hace aunque corra durante horas. Ahora que saben esto no tienen que asustarse cuando ven a los perros jadear los días de mucho calor. También podrán observar que normalmente tienen el pelo suave y brillante. Eso se debe a las glándulas oleosas que tienen en la piel.
También disponen de otros sistemas especiales que impiden que se les gasten o dañen las patas o se les estropeen las garras.
Como pueden ver, nuestro Señor ha resuelto todos los problemas, hasta los más pequeños, por medio de distintos mecanismos u órganos, en una medida dispuesta por El, pues ha diseñado todo con una armonía perfecta y ha equipado a todas las criaturas con las capacidades necesarias. Estos ejemplos nos llevan a comprobar y a pensar en Su arte en la creación.