Posiblemente nunca hayan oído hablar de este animal, pero cuando lo conozcan se pondrán contentos y les gustará mucho.
Gran cantidad de gente cree que se trata de un tipo de pingüino, pero es un pájaro con sus rasgos particulares. A diferencia de los pingüinos que no vuelan y viven en el Polo Sur, los frailecillos vuelan y viven en el Polo Norte. Tienen en común la facilidad para vivir en climas muy fríos.
Las parejas de frailecillos son permanentes y tienen una cría por año. En la estación de procrear, las líneas que tienen en los picos, normalmente deslustradas, adquieren brillo. Pero ese cambio no ocurre de manera accidental sino que sirven a un propósito particular otorgado especialmente por Dios. Estos pájaros usan esas líneas como banderines de señales y de ese modo se comunican entre sí a grandes distancias.
¿Pueden ustedes hacer aparecer líneas sobre sus narices cuando tienen ganas? Claro que no. Pero supongamos que los frailecillos las tienen de nacimiento. Así y todo, ¿podrían darles distintos aspectos o hacerlas desaparecer a voluntad? Por supuesto que no, porque sabemos que sólo nuestro Señor puede realizar esa tarea artística.
Para nuestro Señor es fácil crear distintos tipos de pájaros y dotarlos con rasgos particulares y apropiados a sus ambientes. De la misma manera, para El es fácil crear una línea sobre sus picos o hacerla desaparecer.
Dios, Quien los ha creado tan bellos, también les dio características sobresalientes. Sigamos estudiándolos.
Después de cumplir seis semanas de vida las crías se separan de sus padres y empiezan a volar sobre el mar abierto.
Un frailecillo saludable vive unos 25 años y puede bucear hasta profundidades bastante grandes. ¿Qué le pasaría a un ser humano si quisiera imitarlo? En primer lugar necesitaría una provisión de oxígeno. En segundo lugar, correría riesgos puesto que la presión aumenta sobre el cuerpo cuanto más se sumerge. ¿Cómo aprendieron los frailecillos las técnicas necesarias para contener la respiración bajo el agua y volver luego a la superficie? Una vez más nuestro Señor nos muestra lo sublime que El es y la singularidad de Su arte en la creación.
Otro aspecto hermoso del frailecillo es la estructura de su boca, lo que le permite retener hasta sesenta y dos pececillos por vez. ¡Y el único propósito de ello es alimentar a sus crías!