Ahora podemos meditar un rato sobre todo lo que aprendimos de los animales que vimos aquí, desde la oveja que reconoce a su bebé por el olor hasta la cebra con sus rasgos distintivos y simétricos, por nombrar sólo a dos. Sin embargo, lo más importante que resalta este libro, es decir, el conocimiento más importante que suministra, reside en que es Dios Quien les ha concedido todas las características que poseen.
Es Dios, el Creador de todos los seres vivos, Quien les ha enseñado cómo sobrevivir en una u otra etapa de su vida, como lo hemos mostrado a lo largo de estas páginas.
Muchos dudan de que Dios sea el Creador de todo. Veamos. Al comenzar a jugar con una computadora lo único que tienen que hacer ustedes es apretar un botón, con lo que se ponen en marcha operaciones muy complejas en la estructura de la máquina. Mientras tanto disfrutan del entretenimiento. Algo parecido sucede cuando leen, pues aunque parece algo muy sencillo no es así. Dicho en otras palabras, además de tener los ojos abiertos y pasar un buen momento, sus ojos tienen que realizar muchas operaciones muy complejas al mismo tiempo aunque ustedes no lo sepan. Y al igual que los componentes de la computadora, los del ojo, que son bastantes, no pasaron a existir espontáneamente. Al igual que todas las cosas que existen, es Dios Quien los creó del mejor modo.
Nuestro Señor, el Propietario del conocimiento infinito, nos ha obsequiado a todos los humanos con las características físicas que nos hacen posible una vida saludable. Por eso mismo deberíamos ser agradecidos con El.
Cuanto más aprende la persona con discernimiento y sentido común acerca de la creación de Dios, más profunda se convierte su fe en El y más reverencia Su potestad y poder. En verdad, hasta la más simple cualidad de una criatura nos hace pensar en Dios si somos juiciosos y razonables. No sólo los seres vivientes sino todo lo que nos rodea y todo lo que sucede en nuestro entorno, pone a nuestra disposición evidencias concretas de la existencia de Dios. Esta realidad importante es enfatizada en un versículo:
En la creación de los cielos y de la tierra, en la sucesión de la noche y el día, en las naves que surcan el mar con lo que aprovecha a los hombres, en el agua que Dios hace bajar del cielo, vivificando con ella la tierra después de muerta, diseminando por ella toda clase de bestias, en la variación de los vientos, en las nubes, sujetas (al servicio de quienes las necesitan) entre el cielo y la tierra, hay (es decir, en todo ello hay), ciertamente, signos para los que razonan (Corán, 2:164).
También ustedes deben reflexionar sobre todo esto y no olvidar nunca el poder y potestad infinitos de Dios, nuestro Señor, y que es El Quien no da todos los favores que nosotros apreciamos.
Siempre deben tener presente que el conjunto de las bellezas que ven por todas partes, existen, están allí, porque Dios las crea y mantiene permanentemente.
FIN (the end)