¿Quieren aprender un poco más sobre los conejos, esas criaturas adorables que a veces se las tiene como animales domésticos? Al pensar en ellos casi siempre se nos viene a la memoria su pelo blanco como la nieve, que comen zanahorias y que nos resulta agradable acariciarlos. Veamos ahora algunas otras cosas propias de estos animalitos.
Al aproximarnos a uno de ellos nos damos cuenta de lo rápido que corre para escaparse. ¿Sabían que sus grandes orejas les sirven para percibir a sus enemigos aunque estén ocupados comiendo? Por eso es muy difícil acercarse a un conejo sin que se dé cuenta.
Los adultos llegan a medir de cincuenta a setenta centímetros de longitud. Sus miembros posteriores son más largos y fuertes que los anteriores, lo que les permite correr a 60 – 70 km/h y dar saltos en largo de seis metros. Se mueven más rápidamente que un automóvil en la ciudad.
Todos los conejos poseen esas características al nacer. Dios los creó como rápidos corredores para que puedan escapar fácilmente de sus perseguidores. ¿Qué respuesta nos daría un conejo si le preguntásemos cuál es la comida que más le gusta? ¡Si! ¡Acertaron! Por cierto que dirá: ¡“las zanahorias”! (Recordemos que esta hortaliza es muy buena para la vista).
¿Sabían también que estos animalitos viven por lo general en las conejeras que cavan en el suelo y que las zanahorias se desarrollan por debajo de la superficie de la tierra? Como se pueden dar cuenta, este vegetal fue creado de la manera más apropiada para servir a la necesidad de los conejos.
Dios ha hecho todo de la mejor manera. Por ejemplo, la naranja que nosotros comemos en invierno está constituida por gajos para facilitar su división y porque de ese modo retiene mejor la vitamina C.
Volvamos a los conejos. Pueden roer fácilmente las zanahorias con sus dientes frontales, los cuales siempre están creciendo y les dan esa apariencia tan simpática.
Dios les ha dotado, asimismo, con otras características. En las regiones frías casi todos ellos son de color blanco, lo cual les permite pasar desapercibidos en la nieve u ocultarse sin problemas.
Los silvestres son algo más grandes que los de criadero. El del desierto norteamericano tiene orejas de mayores dimensiones pues eso le permite refrescar mejor su cuerpo.
La mayoría de los animales viven en territorios demarcados --como nosotros con la familia en nuestras casas-- y evitan meterse en el que no les pertenece. Un método para delimitar la zona correspondiente es señalarlo con una “esencia”. Las gacelas, por ejemplo, depositan una sustancia parecida a la brea sobre las ramas largas y finas de los árboles y sobre el pasto. La segregan a través de una glándula ubicada debajo de los ojos. De esa forma se enteran otras gacelas que dicha parcela está ocupada.
El reno tiene las glándulas secretoras en los extremos de los pies posteriores, mientras que en los conejos se ubican en el mentón.
Como pueden ver, Dios ha creado a los animales con características importantes e interesantes. Al conocerlas nos hacemos conscientes de la creación perfecta de Dios. Al recordar que El es nuestro Creador debemos demostrarle nuestro agradecimiento. El nos ha ordenado que tengamos en cuenta Sus bendiciones y que Le seamos agradecidos. En un versículo del Corán Dios nos informa que premiará a los agradecidos:
...Y retribuiremos a los agradecidos (Corán, 3:145).
¡Chicos! Deben acordarse de agradecer a Dios las bendiciones y bellezas de las que están rodeados.