Algunos de los que dicen que hicieron tal o cual cosa en nombre de la religión puede ser que en realidad la comprendan incorrectamente y en consecuencia actúen equivocadamente. Por esa razón sería errado formarse una idea acerca de determinada religión tomando en cuenta lo hecho por gente así. La mejor manera de comprender una religión es estudiando su fuente divina.
La fuente divina del Islam es el Corán, el cual se cimienta en la moral, el amor, la compasión, la humildad, el sacrificio, la tolerancia y la paz. El musulmán que vive según sus preceptos auténticos será amable, humilde, ecuánime, cauteloso, fidedigno y mantendrá la armonía social. Irradiará amor, respeto, cordialidad y alegría en su entorno.
El terrorismo apunta a crear un mundo violento, conflictivo, caótico y espeluznante.. |
El terrorismo, en su sentido más amplio, es violencia contra objetivos no militares con propósitos políticos. Dicho de otra manera, el ataque toma como blanco a gente civil totalmente inocente cuyo único “crimen”, según los terroristas, es ser miembros de “la otra parte”. Se trata de un accionar sin ningún justificativo moral. Al igual que los asesinatos cometidos por Hitler o Stalin, se trata de un crimen contra la humanidad.
El Corán es un libro revelado para guiar a la gente al sendero recto y Dios ordena en el mismo adoptar buenas costumbres, las que se basan en el amor, la compasión, la tolerancia y la misericordia.
Por otra parte, “Islam” se deriva de la palabra que en árabe significa “paz”. Es decir, se trata de una religión revelada a la humanidad con la intención de que se obtenga una vida pacífica a través de la cual se manifieste en la Tierra la infinita compasión y misericordia de Dios, Quien llama a todos a adoptar la ética islámica para experimentar los beneficios de la misericordia, la paz, la caridad y la tolerancia. Dios manifiesta a los creyentes:
¡Creyentes! Entrad todos en la Paz (el Islam) y no sigáis los pasos del Demonio. Es para vosotros un enemigo declarado (Corán, 2:208).
Como señala claramente el versículo, la seguridad sólo se adquiere “entrando al Islam”, es decir, viviendo según los dictados del Corán, los cuales obligan al musulmán a tratar a todos —creyentes o no— de manera justa y amable, protegiendo al necesitado y al inocente y evitando que en la Tierra se generalice la corrupción. Esta última comprende todas las formas de anarquía y terror que eliminan la seguridad, el bienestar y la paz: ...Dios no ama la corrupción (Corán, 2:205).
Una sociedad que en verdad honra los valores morales del Islam, se caracteriza por la paz, la misericordia, la compasión, el buen pasar y la solidaridad. |
Matar sin motivo a una persona es uno de los ejemplos más obvios de corrupción. Dios repite en el Corán una orden que había revelado a los judíos en el Antiguo Testamento:
...quien matara a una persona que no hubiera matado a nadie ni corrompido en la tierra, fuera como si hubiera matado a toda la Humanidad. Y que quien salvara una vida, fuera como si hubiera salvado las vidas de toda la Humanidad... (Corán, 5:32).
En el versículo 32 del capítulo 5, Dios dice que si alguien mata a una persona injustamente es como si hubiese matado a toda la humanidad. El asesinato de aunque más no sea un individuo se opone totalmente a las enseñanzas del Corán. |
Como sugiere el versículo, quien mate aunque más no sea a una sola persona —a menos que sea en defensa propia o porque causaba corrupción en la Tierra—, comete un crimen del mismo nivel que el asesinato de toda la humanidad.
Entonces resulta obvio cuán pecaminosos son los asesinatos, las masacres y los llamados “ataques suicidas” cometidos por los terroristas. Dios nos informa cómo será castigada en el más allá la actividad terrorista:
Sólo incurren en él (en el reproche por lo que hicieron) quienes son injustos con los hombres y se insolentan en la tierra injustamente. Esos tales tendrán un castigo doloroso (Corán, 42:42).
Todo lo visto revela que organizar operaciones terroristas contra gente inocente es algo abiertamente antiislámico, por lo que resulta muy improbable que un musulmán cometa ese tipo de crímenes. Por el contrario, los musulmanes tienen la responsabilidad de detener ese modo de accionar como forma de eliminar la corrupción de la superficie del planeta y hacer posible la paz y la seguridad para todos. El Islam no puede llegar a ningún punto de acuerdo con el terrorismo. Por el contrario, debe ser la solución y el sendero para evitarlo.
Dios ha ordenado a la gente que evite cometer maldades tales como la opresión, la crueldad y el asesinato, pues los ha prohibido. A los que no cumplen con Sus mandamientos los describe como siguiendo los pasos del Demonio y adoptando una postura que según el Corán es pecadora. Algunos de los versículos que tratan el tema dicen:
Pero quienes violan la alianza con Dios después de haberla contraído, cortan los lazos que Dios ha ordenado mantener y corrompen en la tierra, ésos serán malditos y tendrán una Morada detestable (Corán, 13:25).
....Comed y bebed del sustento de Dios y no obréis mal en la tierra corrompiendo (Corán, 2:60).
No corrompáis en la tierra después de reformada. Invocadle (a Dios) con temor y anhelo. La misericordia de Dios está cerca de quienes hacen el bien (Corán, 7:56).
Quienes piensan que lograrán algo provechoso produciendo cataclismos sociales, perversidades y asesinando inocentes, están en un gran error. Dios ha prohibido todo lo que involucre terrorismo y violencia y ha condenado a quienes los perpetren:
...Dios no permite que prospere la obra de los corruptores (Corán, 10:81).
Sin embargo, en la actualidad en todo el mundo se producen eliminaciones sistemáticas de grupos sociales, atentados terroristas y masacres. Se asesina salvajemente a gente inocente y se fuerza de manera aberrante al odio entre distintas comunidades para arrastrar luego a las partes a baños de sangre. Las motivaciones artificiales que se usan para ello son distintas, pero lo que posibilita que luego se desencadenen tantas escenas horrorosas es el alejamiento de una moral basada en el amor, el respeto y la tolerancia, lo cual es aportado por la religión. La gente que impulsa esos cataclismos sociales cree que no debe responder por sus acciones frente a Dios y por eso no teme las consecuencias de las transgresiones en las que incurre. Supone que nunca tendrá que rendir cuenta por su conducta inmisericorde, inmoral e inescrupulosa.
Dios nos informa en el Corán que seguramente aparecerán personas hipócritas que proclamarán obrar en Su nombre, aunque en realidad lo que harán serán cosas condenadas por El. El Corán nos habla de una pandilla de nueve hombres que planearon asesinar a un Profeta jurando en el nombre de Dios:
En la ciudad había un grupo de nueve hombres, que corrompían en la tierra y no la reformaban. Dijeron: “Juramentémonos ante Dios que hemos de atacarles de noche, a él (el Profeta Salih) y a su familia. Luego, diremos a su pariente próximo que no presenciamos el asesinato de su familia y que decimos la verdad”. Urdieron una intriga sin sospechar que Nosotros urdíamos otra (Corán, 27:48-50).
Como revela la descripción de este incidente, que la gente haga cosas “en el nombre de Dios” o incluso juren por El, es decir, usen un lenguaje para presentarse como muy religiosas, no significa que actúen en conformidad con la religión. Por el contrario, puede ser que lo que hagan sea totalmente opuesto a la voluntad de Dios y a la moral de la religión. En definitiva, las intenciones quedan plasmadas en las acciones. Si sus formas de actuar corrompían en la tierra y no la reformaban, como nos comunica el versículo, se puede estar seguro que lo que hacían no era religioso y que el objetivo no era servir a la religión.
Aparentemente existen muchas razones que justificarían las operaciones terroristas que se cobran tantas vidas. Quienes las realizan no sienten el menor respeto por Dios y desconocen absolutamente la moral prescrita por la religión. |
Es totalmente imposible que alguien que teme a Dios y ha captado la verdadera moral islámica respalde la violencia o la perversidad o tome parte en las mismas. A eso se debe que el Islam es la verdadera solución para el terrorismo. Cuando expliquemos la sublime moral coránica, será imposible que alguien relacione el Islam auténtico con quienes apoyan o integran grupos nutridos en el odio, la lucha armada y el caos. Por eso Dios ha prohibido la iniquidad:
Pero, apenas te vuelve la espalda, se esfuerza por corromper en el país y destruir las cosechas y el ganado. Dios no ama la corrupción. Y, cuando se le dice: “Teme a Dios”, se apodera de él un orgullo criminal. Tendrá el Infierno como retribución. ¡Qué mal lecho...! (Corán, 2:205-206).
Como podemos ver en los versículos mencionados, para alguien que teme a Dios es imposible pasar por alto la más pequeña acción que podría dañar a la humanidad y más aún realizarla. Pero quien no cree en Dios y en el más allá puede cometer todo tipo de maldades, dado que opina que no tiene que rendir cuenta a nadie.
Lo primero que tenemos que hacer para librarnos del azote del terrorismo actual es valernos de la educación que permita desprendernos de las creencias religiosas equivocadas, enseñar la verdadera moral coránica y aprender a reverenciar a Dios como corresponde.
La Responsabilidad De Los Creyentes
Q uienes no se preocupan para nada por lo que acontece en el mundo a menos que les afecte directamente, carecen del discernimiento que les ligue a la fraternidad, amistad, honestidad, generosidad y vocación de servicio promovidos por la religión. Gente así sólo quiere satisfacer su ego usando todo lo que esté a su alcance, inconsciente de las amenazas que enfrenta la humanidad. Pero Dios alaba en el Corán la ética de quienes se esfuerzan por hacer el bien, se preocupan de lo que sucede a su alrededor y convocan a la gente al sendero recto. Por medio de una metáfora Dios se refiere a los que nunca les interesa hacer el bien a otros y a los que marchan por el camino de la benevolencia:
Dios propone un símil: dos hombres, uno de ellos mudo, incapaz de nada y carga para su dueño; le mande adonde le mande, no trae ningún bien. ¿Son iguales este hombre y el que prescribe la justicia y está en una vía recta? (Corán, 16:76).
Como señala el versículo, es obvio que los que están en la vía recta son los devotos que respetan a Dios y Le tienen en cuenta, estiman sobremanera los valores espirituales y siempre anhelan servir al prójimo. Se trata de personas que buscan auxiliar al necesitado y a la humanidad y aportar grandes beneficios a ambos. Por eso es importante que los individuos conozcan la religión auténtica y actúen según la enseñanza del Corán, la última revelación de Dios, Quien define en el mismo las características de los que viven por medio de la ética cabal:
A quienes, si les diéramos poderío en la tierra, harían la azalá (el rezo), darían el azaque (la limosna), ordenarían lo que está bien y prohibirían lo que está mal. El fin de todo es Dios... (Corán, 22:41)
Musulmán es aquel que se sujeta a las órdenes de Dios, intenta vivir a conciencia la moral, la paz y la armonía coránicas, lo cual hace al mundo un lugar más bello y lleva al progreso. Todo ello apunta al bienestar, la benevolencia y una hermosa convivencia. Dice el Corán:
...Sé bueno, como Dios lo es contigo. No busques corromper en la tierra, que Dios no ama a los corruptores (Corán, 28:77).
Quienes amenazan la vida de los civiles, especialmente la de los niños, deben interrogarse: ¿qué crímenes cometieron estos últimos? La comisión de crueldades contra gente inofensiva, ¿no es algo de lo que habrá que rendir cuenta ante Dios? |
Quien adopta la fe islámica desea ganarse la compasión y el contento de Dios y entrar al paraíso. Para ello debe hacer un gran esfuerzo y mientras esté en este mundo adoptar una moral aceptable para El. Las manifestaciones más claras de esa moral son la compasión, la piedad, la justicia, la honestidad, la capacidad de perdonar, la humildad, el sacrificio, la paciencia. El creyente se comportará rectamente con la gente, intentará realizar buenas acciones y diseminar bondad. Dios ordena:
No hemos creado sino con un fin los cielos, la tierra y lo que entre ellos hay. Sí, la Hora llega. Perdona, pues, generosamente (Corán, 15:85).
...Sed buenos con vuestros padres, parientes, huérfanos, pobres, vecinos —parientes y no parientes—, el compañero de viaje, el viajero (es decir, el seguidor de la causa de Dios) y vuestros servidores. Dios no ama al presumido, al jactancioso (Corán, 4:36).
...Ayudáos unos a otros a practicar la piedad y el temor de Dios, no el pecado y la violación de la ley. Y temed a Dios. Dios castiga severamente (Corán, 5:2).
Las cualidades morales propias del Islam son el amor, la compasión, el apoyo mutuo, el autosacrificio, la tolerancia y el perdón. En una sociedad donde dicha moral se vive como corresponde, es imposible encontrar fundamentos para la violencia y los conflictos. |
Como dejan en claro los versículos, Dios desea que quienes creen en El se comporten correctamente con los demás, cooperen entre sí y eviten las iniquidades. Dios promete que Quien presente una buena obra, recibirá diez veces más. Y quien presente una mala obra, será retribuido con sólo una pena semejante. No serán tratados injustamente (Corán, 6:160).
Dios nos informa en Su libro que El conoce los secretos que encierran los corazones de los seres humanos y advierte a la gente que evite todo tipo de mal. Por lo tanto, el musulmán (término este que significa autosometido a Dios) debe ser el que hace los mayores esfuerzos por combatir el terrorismo.
El musulmán no debe ser indiferente a lo que pasa en su entorno y desinteresarse de lo que a él no le afecte. Puesto que se ha sometido a Dios y es Su representante y embajador del bien, no puede abstraerse de las crueldades y el terrorismo. En realidad, el musulmán es el primer enemigo del terrorismo puesto que éste asesina a inocentes. El Islam está en contra de todas las formas de terrorismo e intenta impedirlo desde su origen, es decir, en el nivel de las ideas. En consecuencia, busca la paz y la justicia entre las personas y les ordena evitar las discordias, los conflictos y las perversidades.
La verdadera justicia, descrita en el Corán, ordena al ser humano comportarse de manera digna, no discriminar por raza, cultura, etc., proteger los derechos de las personas y evitar siempre la violencia, estar al lado del oprimido frente al opresor y ayudar al necesitado. Esta justicia busca proteger los derechos de las partes en disputa una vez que se llega a un acuerdo, dejando aclarado cada término de la resolución lograda sin que influya para nada cualquier tipo de prejuicio. De este modo se procede de manera objetiva, tolerante, honesta, misericordiosa y compasiva. Si alguien tiene la capacidad de resolver un problema con moderación pero es influido por las emociones y las pasiones, no podrá arribar a decisiones cabales. Es por eso que el gobernante justo debe dejar de lado los puntos de vista y juicios tendenciosos hacia alguna de las partes y colocarse siempre junto a lo correcto sin apartarse del sendero de la honestidad y la veracidad. Las personas deberían incorporar en sus almas los valores coránicos de modo de ser capaces de considerar los intereses de la otra parte con la que discute, antes que los propios. Así serán justas incluso aunque lo resuelto afecte su conveniencia.
Dios ordena: ...Si decides, hazlo con equidad... (Corán, 5:42). En otro versículo ordena actuar correctamente aunque uno mismo resulte perjudicado:
¡Creyentes! Sed íntegros en la equidad, cuando depongáis como testigos de Dios, aún en contra vuestra, o de vuestros padres o parientes más cercanos. Lo mismo si (el interesado) es rico que si es pobre, Dios está más cerca de él (que vosotros). No sigáis la pasión faltando a la justicia. Si levantáis falso testimonio u os zafáis,... Dios está bien informado de lo que hacéis (Corán, 4:135).
En el Corán Dios da una detallada descripción de la justicia e informa a los creyentes cómo deben proceder frente a las situaciones en las que se encuentren y la manera de ejercer la justicia. Esa guía les facilita las cosas y es una misericordia de Dios que los convierte en responsables de hacer justicia y así ganarse la aprobación de Dios y transcurrir sus vidas en paz y seguridad.
La justicia que Dios ordena en el Corán es la que se ejerce entre todos los seres humanos sin diferencias debido al idioma, la raza o la tribu. El sentido de justicia en el Corán no varía según el lugar, la época o el pueblo de que se trate. Desgraciadamente en la actualidad hay gente sometida a trato cruel e injusto en todo el mundo debido al color de su piel o a su raza.
En cambio, Dios nos informa en el Corán que el propósito en la creación de las diferentes tribus es “que se conozcan unos a otros”. Diferentes naciones y pueblos, todos siervos de Dios, deberían conocerse entre sí, es decir, aprender sus distintas culturas, idiomas, tradiciones y capacidades. En resumen, el propósito en la creación de distintas razas y naciones no es el conflicto y la guerra sino la riqueza cultural. Las distinciones entre los mismos es una merced de la creación de Dios. Que alguien sea más alto que otro o que alguien tenga la piel amarilla o blanca, no es motivo de superioridad o de inferioridad. El creyente sabe que la preeminencia se obtiene sólo por la calidad del respeto a Dios y la intensidad de la devoción a El. Dice al respecto Su libro:
¡Hombres! Os hemos creado de un varón y de una hembra y hemos hecho de vosotros pueblos y tribus, para que os conozcáis unos a otros. Para Dios, el más noble de entre vosotros es el que más Le teme (el que actúa con mayor nobleza por El). Dios es omnisciente, está bien informado (Corán, 49:13).
Como se nos informa aquí, la justicia que El recomienda pide el trato equitativo, tolerante y pacífico, sin discriminaciones.
El odio y la cólera son los mayores promotores de actividades maliciosas puesto que muchas veces interfieren en la toma de decisiones correctas, en una valoración adecuada y en la actitud racional. Es muy probable que si alguien considera enemigo a otro, se comporte injustamente con el mismo y lo acuse de cosas de las cuales no es culpable. También puede someterlo a una opresión insoportable. Cierta gente no testimonia a favor de aquellos con los que tienen diferencias aunque sepan que son inocentes, a la vez que ocultan evidencias de su inocencia. Por otra parte, se ponen contentos por la miseria o gran sufrimiento que llegan a enfrentar sus enemigos. Y lo que más pena les da es que se llegue a demostrar la inocencia de los mismos frente a lo que se les acusa.
Por eso resulta difícil en las sociedades corruptas confiar en los demás, por miedo a ser víctima de una jugada sucia. Al perderse la confianza mutua se pierden los sentimientos humanos de tolerancia, compasión, fraternidad y cooperación, lo que se reemplaza por el temor y también el odio. Pero ese proceder es incorrecto y los sentimientos hacia una persona o comunidad nunca deberían influenciar las decisiones del creyente. No debe importar la hostilidad que demuestra la persona a ser juzgada en el momento de tomar una decisión o hacer una recomendación. Los sentimientos no deben perturbar el buen juicio y la realidad a ser juzgada. La conciencia del creyente siempre debe obrar de acuerdo con las órdenes y consejos de Dios y nunca debe abandonar los buenos modales, porque así lo prescribe El:
¡Creyentes! Sed íntegros ante Dios cuando depongáis con equidad. Que el odio a un pueblo no os incite a obrar injustamente. Sed justos. Esto es lo más próximo al temor de Dios. Y temed a Dios. Dios está bien informado de lo que hacéis (Corán, 5:8).
Si tu Señor hubiera querido, todos los habitantes de la tierra, absolutamente todos, habrían creído. Y ¿vas tú a forzar a los hombres a que sean creyentes...? (Corán, 10:99).
Como expresa el versículo, la actitud justa es lo que se conforma al temor o respeto debido a Dios. La persona de fe sabe que sólo obtendrá el contento de Dios cuando actúe correctamente. Todo aquel que observe el proceder acertado de una persona, confiará en la misma en toda circunstancia. Gente así es tratada con respeto incluso por sus enemigos y también puede ser que inspire la fe en Dios en algunos.
El Islam es una religión que garantiza y facilita la libertad de opinión. Ha dado a conocer instrucciones para evitar las tensiones, disputas, calumnias e incluso pensamientos negativos entre las personas. Así como se opone con determinación al terrorismo y a todo acto de violencia, también prohíbe la más leve presión ideológica:
No cabe coacción en religión. La buena dirección se distingue claramente del descarrío... (Corán, 2:256).
¡Amonesta, pues! Tú eres sólo un monitor, no tienes autoridad sobre ellos (Corán, 88:21-22).
El Corán dice que los musulmanes deben ser tolerantes, clementes, justos y humanos con todos, independientemente de que sean cristianos, judíos, budistas, hindúes, etc. |
Forzar a la gente a creer en una religión o a adoptar determinada forma de creencia, es algo totalmente opuesto a la esencia y espíritu del Islam. Según éste, la fe auténtica sólo es posible mediante el libre albedrío y la libertad de conciencia. Por supuesto, los musulmanes pueden aconsejar y animar a otros a hacer propia la moral del Corán. Todos los creyentes tienen la responsabilidad de explicar a los demás la moral coránica de la manera más agradable posible, a la luz del versículo, ...Llama al camino de tu Señor con sabiduría y buena exhortación... (Corán, 16:125), pero sin dejar de tener en cuenta, No tienes tú porqué dirigirles sino que Dios dirige a quien El quiere... (Corán, 2:272).
Nunca recurrirán a la compulsión ni a ningún tipo de presión física o psicológica. No se valdrán de privilegios mundanales para atraer a alguien a la religión. Al recibir una respuesta negativa responderán: ...Vosotros tenéis vuestra religión y yo la mía (Corán, 109:6).
En nuestro mundo existe el cristianismo, el judaísmo, el budismo, el hinduismo, el ateísmo e incluso el paganismo, por lo que el musulmán debe ser tolerante con todas esas creencias y obrar en base a la justicia, la humanidad y el perdón. Esta responsabilidad le exige invitar a la gente a la religión de Dios por medios pacíficos y tolerantes. La decisión de aceptar o no lo que se ofrece corresponde a la otra parte. Forzar o imponer la aceptación viola la moral coránica:
Si tu Señor hubiera querido, todos los habitantes de la tierra, absolutamente todos, habrían creído. Y ¿vas tú a forzar a los hombres a que sean creyentes, ...(Corán, 10:99).
Sabemos bien lo que dicen (los infieles)... No debes tú forzarles. Amonesta, más bien, por el Corán a quien tema Mi amenaza (Corán, 50:45).
Un modelo de sociedad en la que se fuerce a alguien a adorar algo es totalmente contradictorio con el Islam. La creencia y la adoración deberían ser dirigidas a Dios por propia voluntad del individuo. Si un sistema social impone determinada conducta en materia de creencia a la gente, ésta la acepta sólo por miedo a las consecuencias del rechazo. Desde el punto de vista religioso lo que cuenta es que la creencia sea vivida para el contento de Dios por decisión libre de la persona.
Los reyes católicos de España, Fernando e Isabel, (arriba) expulsaron a los judíos que en 1492 rechazaron convertirse al cristianismo. Los exiliados fueron aceptados por el Imperio Otomano, un cielo de justicia y tolerancia islámica. |
La historia del Islam está llena de anécdotas de gobiernos musulmanes tolerantes que han respetado todas las religiones y fomentado la libertad en materia de culto. Por ejemplo, Thomas Arnold, misionero británico al servicio del gobierno de la India, describe la forma en que el Islam favorece esa libertad:
Nunca oímos de intentos organizados por forzar la aceptación del Islam a la población no musulmana o de alguna persecución sistemática para extirpar el cristianismo. Si los califas hubiesen adoptado uno u otro curso de acción, habrían barrido al cristianismo tan fácilmente como los reyes católicos Fernando e Isabel barrieron el Islam de España, o lo hubieran penalizado como Luis XIV penalizó el protestantismo en Francia, o lo hubieran mantenido a raya, como fueron mantenidos los judíos fuera de Inglaterra durante 350 años. Si las iglesias orientales hubiesen sido totalmente separadas del resto de la cristiandad, nadie habría levantado un dedo en su defensa. En consecuencia, el hecho de que esas iglesias existen hasta hoy día es una gran prueba de la actitud normalmente tolerante de los gobiernos mahometanos hacia ellas1.
Dar muerte a una persona inocente es uno de los pecados más grandes:
...quien matara a una persona que no hubiera matado a nadie ni corrompido en la tierra, fuera como si hubiera matado a toda la Humanidad. Y que quien salvara una vida, fuera como si hubiera salvado las vidas de toda la Humanidad. Nuestros Mensajeros vinieron a ellos ( a los Hijos de Israel) con los Signos Claros, pero, a pesar de ellos, muchos cometieron excesos en la tierra (Corán, 5:32).
No invocan a otros dios junto con Dios, no matan a nadie que Dios haya prohibido, si no es con justo motivo, no fornican. Quien comete tal, incurre en castigo (Corán, 25:68).
Como sugiere el versículo, la matanza deliberada de inocentes conlleva la amenaza de grandes tormentos para los asesinos. Dios nos dice que matar a una sola persona es tan malo como matar a toda la humanidad. La persona que se ajusta a los límites puestos por Dios no puede dañar a conciencia a nadie y mucho menos masacrar miles de inocentes. Quienes creen que pueden desconocer la justicia y reprimir a otros en este mundo sin consecuencias ulteriores, nunca quedarán impunes porque tendrán que rendir cuentas de sus diligencias frente a Dios. Los creyentes, al saber que eso es así, son muy meticulosos en la observancia de los límites puestos por El.
En un versículo del Corán se describe la moral islámica:
Es, también, formar parte de los que creen, de los que se recomiendan mutuamente la paciencia y la misericordia. Esos son los de la derecha (es decir, los bienaventurados que el Día del Juicio estarán a la diestra del Señor) (Corán, 90:17-18).
Como vemos, uno de los rasgos más importantes de la moral que permitirá a los creyentes alcanzar la salvación el Día del Juicio y entrar al Paraíso es recomendarse mutuamente la compasión.
La Moral Islámica Es la Puerta de Entrada a Una Vida Llena de Paz, Bienestar, Amor y Contento Para Todas las Personas...
La verdadera fuente de la compasión es el amor de Dios. Cuando una persona ama a Dios, Este le aumenta el amor por las cosas que El ha originado. El intenso amor y cercanía que siente por el Señor, Quien la creó a ella y a toda la humanidad, le lleva a exhibir una ética agradable, como lo ordena el Corán. La verdadera compasión surge al vivir según la moral coránica. Ese modelo de moral, pleno de amor, compasión y sacrificio, es descrito así:
....Mientras Que el Terrorismo Ansía Una Sociedad Donde Reinen la Violencia, el Temor, la Ansiedad y el Caos. |
Quienes de vosotros gocen del favor (divino) y de una vida acomodada, que no juren que no darán más a los parientes, a los pobres y a los que han emigrado por Dios. Que perdonen y se muestren indulgentes. ¿Es que no queréis que Dios os perdone? Dios es indulgente, misericordioso (Corán, 24:22).
Los ya establecidos en la Casa (es decir, en Medina) y en la fe (se refiere a los auxiliares medinenses que tanto ayudaron a los refugiados mecanos) desde antes de su llegada, aman a los que han emigrado a ellos, no codician lo que se les ha dado (a los emigrados) y les prefieren a sí mismos, aún si están en la penuria. Los que se guarden de su propia codicia, ésos son quienes prosperarán (Corán, 59:9).
...y quienes les dieron refugio y auxilio, ésos son los creyentes de verdad. Tendrán perdón y generoso sustento (Corán, 8:74).
...Sed buenos con vuestros padres, parientes, huérfanos, pobres, vecinos —parientes y no parientes—, el compañero de viaje (el compañero que está a su lado), el viajero (el seguidor de la causa de Dios) y vuestros servidores. Dios no ama al presumido, al jactancioso, (Corán, 4:36).
El azaque (las limosnas obligatorias) es sólo para los necesitados, los pobres, los limosneros, aquéllos cuya voluntad hay que captar (aquéllos cuyos corazones son reconciliados), los cautivos (para el pago del rescate de los musulmanes cautivos), los insolventes (de buena fe), la causa de Dios y el viajero (el seguidor de la causa de Dios). Dios es omnisciente, sabio (Corán, 9:60).
La moral islámica ordena a los musulmanes proteger el derecho de los huérfanos, los pobres y los necesitados, actuar solidariamente y tener una buena disposición de ánimo hacia los demás |
En el Corán se dice que ese elevado nivel de moral exigido a los creyentes surge del profundo amor a Dios. Gracias a esa devoción a El, viven escrupulosamente en consonancia con la moral que reveló el Todopoderoso. Los creyentes intentan que las personas nunca se sientan obligadas a nada por la compasión que les demuestran y la ayuda que les ofrecen y ni siquiera quieren el agradecimiento. Su verdadero objetivo es intentar obtener el contento de Dios por medio de la moral exhibida, porque saben que se les pedirá cuenta por la misma el Día del Juicio. Dios reveló expresamente en el Corán que el Infierno será la morada final para quienes a sabiendas rechazan vivir la moral coránica:
(Los de la derecha dicen a los réprobos:) “¿Qué es lo que os ha conducido al saqar (al fuego del infierno)?”. Dirán: “No éramos de los que oraban, no dábamos de comer al pobre, (Corán, 74:42-44).
“Agarradle y ponedle una argolla al cuello. Que arda, luego, en el fuego de le gehena (del Infierno). Sujetadle, luego, a una cadena de setenta codos”. No creía en Dios, el Grandioso, ni animaba a dar de comer al pobre (Corán, 69:30-34).
¿Qué te parece (Muhammad) el que desmiente el Juicio? Es el mismo que rechaza violentamente al huérfano y no anima a dar de comer al pobre (Corán, 107:1-3).
ni os animáis unos a otros a alimentar al pobre (Corán, 89:18).
Como hemos visto en estos versículos, el musulmán descrito posee una naturaleza muy compasiva y amorosa. Por supuesto, nadie que posea una moral así puede aceptar el terrorismo o actos de violencia contra gente inocente. La personalidad de los terroristas es exactamente lo opuesto a la moral coránica. El terrorista es una persona cruel que odia el mundo y quiere matar, destruir y derramar sangre. El musulmán educado en la moral coránica, aplica en todo el amor que enseña el Islam y busca la armonía donde hay discordia, reduce las tensiones, incluye a todos en las soluciones de los problemas y se comporta con moderación. Las sociedades gobernadas por gente con ese tipo de proceder, lograrán una civilización más desarrollada y gozarán de una moral, armonía y justicia social superiores a las vistas en las sociedades más modernas actuales.
El concepto de perdón y tolerancia que se describe en, Sé indulgente... (Corán, 7:199), es uno de los pilares principales del Islam.
Al observar la historia de nuestra fe, se puede comprobar con claridad la manera en que los musulmanes han trasladado los conceptos de la moral coránica a la vida social. Como veremos más adelante, los musulmanes siempre crearon una atmósfera de libertad y tolerancia donde han estado. Hicieron posible que personas de distintas religiones, idiomas y culturas viviesen en paz y armonía bajo el mismo cielo. Una de las razones más importantes que explica que el Imperio Otomano haya abarcado enormes regiones y existiese a lo largo de mucho tiempo, fue el clima de tolerancia y comprensión logrado gracias al Islam. Los adherentes a esta religión, conocidos por su naturaleza afable y comprensiva a través de los siglos, siempre han sido los más ecuánimes y correctos. Todos los grupos étnicos vivieron en libertad y de acuerdo a sus propias religiones y normas dentro de la estructura multinacional erigida por los otomanos.
En las sociedades donde se practica la moral islámica coexisten pacíficamente iglesias, mezquitas y sinagogas. La visión en esta foto de tres santuarios en el predio de una institución para los sin techo, exhibe la tolerancia, la justicia y el esfuerzo por la paz inculcados por medio de la enseñanza islámica. |
Sólo cuando la tolerancia se implementa según lo establecido por el Corán, se logra paz y libertad auténticas en el mundo:
No es igual obrar bien y obrar mal. Repele (el mal) con lo que sea mejor (por deseo de ver el rostro de tu Señor) y he aquí que aquél de quien te separe la enemistad se convertirá en amigo ferviente (Corán, 41:34).
Dios describe siempre en los versículos coránicos la capacidad de perdonar como una cualidad superior. En uno de ellos da la buena nueva de cómo será premiado ese tipo de comportamiento: Una mala acción será retribuida con una pena igual, pero quien perdone y se reconcilie recibirá su recompensa de Dios. El no ama a los impíos (Corán, 42:40). En otro versículo describe a los creyentes como esos que dan limosna tanto en la prosperidad como en la adversidad, reprimen la ira, perdonan a los hombres —Dios ama a quienes hacen el bien—, (Corán, 3:134). Revela asimismo en Su libro que el perdonar es un comportamiento virtuoso: ...(Tu Muhammad) Siempre descubrirás en ellos alguna traición, salvo en unos pocos. Borra sus faltas, perdónales. Dios ama a quienes hacen el bien (Corán, 5:13).
Todo esto muestra que la moral recomendada por el Islam a la humanidad produce las virtudes de la paz, la armonía y la justicia. La barbarie conocida como terrorismo, que preocupa tanto al mundo actual, es el resultado del accionar de gente fanática e ignorante completamente ajena a la moral coránica, algo absolutamente extraño a la religión de Dios. Para esas personas y grupos que intentan ejecutar sus planes salvajes bajo la máscara de la religión, hay un solo remedio: enseñarles la verdadera moral coránica. En otras palabras, el Islam y la moral coránica no respaldan al terrorismo sino que son los únicos medios para neutralizarlo.
...Dios es manso para con los hombres, misericordioso (Corán, 2:143)