El Islam Llevo La Paz Y La Armonia Al Oriente Medio

La historia es testigo de que en las tierras gobernadas por musulmanes que tomaron al Corán como guía, siempre hubo paz, justicia y tolerancia. El mejor ejemplo es el dado por el Profeta Muhammad (PB), siguiéndole los que le sucedieron y se mantuvieron en ese sendero sin apartarse nunca del mismo. Fue una época en que reinó la rectitud, la honestidad y la justicia coránicas que sirvieron de modelo para las generaciones venideras.

La tierra de Palestina y su capital Jerusalén, donde convivían los miembros de las tres religiones divinas, fue una prueba palpable de la armonía y estabilidad propiciada y establecida por los musulmanes. Fueron gobernantes islámicos los que posibilitaron que reinase la concordia en Palestina la mayor parte de los últimos 1400 años.

El Califa Omar Llevó Paz y Justicia a Jerusalén

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La Mezquita de Omar (también llamada Domo de la Roca).

Jerusalén fue la capital de los judíos hasta el año 71 C, momento en que el ejército romano lanzó un gran ataque y los expulsó del área brutalmente. Al comenzar la diáspora judía, tanto la ciudad como las áreas adyacentes se convirtieron en tierras abandonadas.

Pero cuando el emperador romano Constantino adoptó el cristianismo, Jerusalén volvió a ser un lugar de interés. Los cristianos romanos construyeron allí iglesias y se levantó la prohibición de que los judíos se asienten en la zona. Palestina permaneció territorio romano (bizantino) hasta el siglo VII. Los persas conquistaron la región durante un breve tiempo, hasta que la reconquistaron los bizantinos.

En la historia de Palestina ocurre un giro importante en el 637, al hacer su entrada los ejércitos islámicos. Se abrió una etapa de paz y armonía para un lugar que durante siglos había sido el escenario de guerras, exilios, saqueos y masacres cada vez que se producía un cambio de amos. La llegada del Islam fue el comienzo de un período en que individuos de distintas creencias vivieron pacíficamente y bien avenidos.

Palestina fue capturada por Omar, el segundo Califa después del Profeta Muhammad (PB). La etapa bella que empezaba era consecuencia directa de la tolerancia, madurez de criterios y afabilidad que mostró el conquistador hacia gente de distintas creencias. La historiadora y experta británica en Oriente Medio Karen Armstrong, describe la captura de Jerusalén por Omar en su libro Guerra Santa:

El Califa Omar entró a Jerusalén montado en un camello blanco escoltado por el magistrado de la ciudad, el Patriarca griego Sofronius. Pidió ser llevado de inmediato al Templo del Monte y se arrodilló en el lugar que lo había hecho su amigo Muhammad (PB) la Noche del Viaje. El Patriarca lo observó horrorizado y pensó que sería la Abominación de la Desolación que el profeta Daniel predijo que entraría en el Templo; pensó que sería el Anticristo, el cual pregonaría los Días Finales. Después Omar pidió ver el santuario cristiano. Mientras estaba en el Santo Sepulcro se hizo la hora del rezo para los musulmanes. El Patriarca lo invitó amablemente a rezar allí pero el Califa, con gran educación, no lo aceptó y explicó que si se arrodillaba para rezar en la iglesia los musulmanes querrían conmemorar el suceso erigiendo allí una mezquita, lo que significaría demoler el Santo Sepulcro. A continuación se alejó unos pocos metros para rezar y allí aún está la pequeña mezquita que, efectivamente, se erigió en su recuerdo.

La otra gran mezquita de Omar fue erigida en el Templo del Monte como recordatorio de la conquista musulmana, cerca de la mezquita de al-Aqsa que conmemora el Viaje Nocturno de Muhammad (PB). Durante años los cristianos habían usado el lugar en ruinas del Templo judío como el vertedero de basura de la ciudad. Los musulmanes se dedicaron a limpiar el lugar y el Califa, con su propias manos, ayudó a sacar los desperdicios de allí. En ese lugar, de la tercera ciudad santa del mundo islámico, se levantaron los dos santuarios indicados.21

Con la conquista musulmana Jerusalén se convirtió en un lugar seguro donde las tres religiones pasaron a coexistir en paz. Escribe John L. Espósito:

Cuando los ejércitos árabes tomaron Jerusalén en 638 C., ocuparon una urbe cuyos santuarios la habían convertido en el sitio a donde más peregrinaban los cristianos. Las iglesias y las poblaciones de esa fe no fueron molestadas. Se permitió retornar a los judíos —quienes durante mucho tiempo tuvieron prohibido vivir allí por orden de los reyes cristianos— y practicar su culto en la ciudad de Salomón y David.22

Cuando el Califa Omar entró a Jerusalén firmó el siguiente acuerdo con el Patriarca de la ciudad:

Esta es la seguridad que Omar, el siervo de Dios y comandante de los creyentes, concede al pueblo de Ælia. Otorga a todos, enfermos o sanos, seguridad para sus vidas, sus posesiones, sus iglesias y sus cruces y para todo lo que concierne a su religión. Sus iglesias no se transformarán en lugares de residencia ni destruidas y nadie se apropiará de ninguna de sus pertenencias bajo ningún argumento, como así tampoco de las posesiones de sus habitantes, incluidas sus cruces. De la misma manera, nadie será forzado en materia de fe ni nadie será perjudicado.23
Musulmanes, judíos y cristianos convivieron en Jerusalén de manera tolerante, pacífica y agradable bajo el gobierno islámico.

En resumen, los musulmanes llevaron allí y a toda Palestina, cultura y progreso, es decir, civilización. A la zona llegaba la ilustración y la tolerancia islámica y no una creencia que asesinaría a quienes pensasen distinto en materia de fe o sería irrespetuosa con los valores sagrados de los demás. Después que Omar conquistó Palestina, judíos, cristianos y musulmanes convivieron en paz y armonía. Nadie fue forzado a convertirse. Y quienes adoptaron el Islam como religión, lo hicieron por decisión propia.

Esta situación de bonanza existió mientras los musulmanes gobernaron la región. Pero a fines del siglo XI llegó una fuerza conquistadora desde el extranjero y la tierra civilizada de Jerusalén fue saqueada de un modo salvaje y brutal nunca visto. Los bárbaros eran los Cruzados.

El Salvajismo de los Cruzados

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Los musulmanes y judíos de Jerusalén fueron brutalmente masacrados por los Cruzados.

Mientras los miembros de las tres religiones transcurrían sus días en Palestina de manera cordial, los cristianos en Europa decidieron organizar una cruzada. Más de cien mil personas del continente partieron hacia Tierra Santa para liberarla de los musulmanes y descubrir la mítica riqueza de Oriente, como respuesta a un llamado en tal sentido hecho el 27 de Noviembre de 1095 por el Papa Urbano II en el Concilio de Clermont. Después de un viaje largo y arduo, después de saqueos y matanzas a lo largo del camino recorrido, llegaron a Jerusalén en 1099. La ciudad cayó a continuación de un sitio de cinco semanas. Al entrar cometieron crueldades nunca vistas antes. Todos los judíos y musulmanes de la ciudad fueron pasados a espada.

La paz y armonía que existían desde Omar, terminaron con una terrible matanza. Los Cruzados violaron todas las leyes éticas del cristianismo, una fe de amor y compasión, y sembraron el terror en nombre de su religión.

La Justicia de Saladino

El bárbaro ejército cruzado hizo de Jerusalén su capital y estableció un reino latino cuyas fronteras se extendían desde Palestina a Antioquía. Pero estos salvajes no estuvieron mucho tiempo allí. Saladino unió a todos los reinos musulmanes bajo su bandera en una guerra santa y derrotó a los Cruzados en la batalla de Hattin en 1187. Después del combate, dos líderes de los vencidos, Reinaldo de Chatillon y el rey Guy, fueron llevados ante Saladino. Este ejecutó a Reinaldo por las terribles atrocidades que había cometido contra los musulmanes. Al rey Guy le permitió marcharse porque no había incurrido en los mismos crímenes. Palestina retomaba el verdadero sentido de justicia.

Apenas triunfó en Hattin, Saladino entró a la ciudad y terminó con 88 años de ocupación de los Cruzados, hecho que ocurrió el mismo día en que se celebraba el viaje de Muhammad (PB) de Meca a Jerusalén y su ascensión de ahí al cielo. Recordemos que cuando los Cruzados se apoderaron de la metrópoli asesinaron a todos los musulmanes que se encontraban allí, motivo por el cual los cristianos temieron una revancha del mismo tenor. Pero Saladino, para su sorpresa, no tocó a nadie. Lo único que hizo fue ordenar que los cristianos latinos (católicos) abandonen la ciudad, en tanto que a los cristianos ortodoxos les permitió quedarse y practicar su culto con total libertad porque no participaron de la invasión salvaje. En palabras de John L. Espósito, El ejército musulmán fue tenaz en la batalla pero magnánimo en la victoria. Los civiles fueron perdonados. Todos los santuarios y las iglesias quedaron prácticamente intactos... Saladino mantuvo su palabra y fue compasivo con los no combatientes.24

Karen Armstrong describe así la captura de Jerusalén:

Saladino y su ejército entraron como conquistadores a Jerusalén el 2 de Noviembre de 1187 y la ciudad siguió siendo musulmana 800 años más. El triunfador mantuvo su palabra y observó en la lucha la más elevada doctrina islámica. Puesto que las hostilidades habían cesado puso fin a la pérdida de vidas (Corán, 2:193-194) y no se vengó de la masacre de 1099, ya que ese es el proceder que sugiere el Corán (16:127). No se mató a ningún cristiano ni se realizó ningún saqueo. Los pedidos de rescate eran deliberadamente de poca monta... Saladino se conmovió hasta las lágrimas por las súplicas de las familias que quedaron divididas por los sucesos acaecidos y dejó en libertad a muchos sin cobrar rescate, como lo insta el Corán, a pesar de la necesidad de ingresos al tesoro. Su hermano al-Adil se sintió tan conmovido por la súplica de los prisioneros que le pidió a Saladino que le entregue miles de ellos como sirvientes y luego los liberó... (El Patriarca) Heraclius pagó su rescate de diez dinares igual que cualquier otro e incluso se le proveyó de una escolta especial que le cuide el tesoro que llevaba en su viaje a Tiro.25
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El rey Ricardo ejecutó de manera despiadada a tres mil civiles en el Castillo de Acre. Entre los mismos había muchas mujeres y niños.

En resumen, los vencidos fueron tratados con gran corrección y misericordia al punto que Saladino y los musulmanes a sus órdenes tuvieron más compasión por las tropas cristianas que la que éstas habían recibido de sus propios líderes. Con la conquista de Jerusalén por parte de los musulmanes no sólo los cristianos sino también los judíos obtuvieron paz y seguridad. El conocido poeta judío español Yehuda al-Harizi expresó así su sentimiento:

Dios ... decidió que el santuario ya no descansaría en manos de los hijos de Esaú... Así fue que en el año 4950 de la Creación (1190 C) Dios hizo surgir el espíritu del soberano de los ismaelitas (Salah al-Din), un hombre prudente y valiente, quien vino con todo su ejército, puso sitio a Jerusalén, la tomó y proclamó a lo largo y ancho del país que recibiría y aceptaría a la raza de Efraím, de cualquier lado que viniese. Y así llegamos de todos los rincones del mundo para residir aquí. Ahora vivimos a la sombra de la paz.26

Después de Jerusalén los musulmanes llegaron con su justicia a otras ciudades palestinas, donde los Cruzados continuaban con sus brutalidades. Ricardo Corazón de León, presentado como un gran héroe en la historia inglesa, había ejecutado vilmente en el Castillo de Acre en 1194 a tres mil musulmanes, entre los que había muchos niños y mujeres. Aunque los musulmanes sufrieron ese salvajismo, nunca recurrieron al mismo método. Obraban según la orden de Dios: ...Que el odio que tenéis a un pueblo que hace poco os apartaba de la Mezquita Sagrada no os incite a violar la ley... (Corán, 5:2), y nunca emplearon la violencia contra civiles inocentes. Nunca recurrieron innecesariamente a la fuerza bruta ni siquiera contra el ejército cruzado que derrotaron.

La sinrazón de los Cruzados frente a la justicia de los musulmanes reveló, una vez más, una verdad histórica: una administración basada en los principios del Islam permite que gente de distintas creencias convivan sin problemas. Además, eso fue lo que sucedió en la práctica a lo largo de 700 años después de Saladino, en particular durante el período Otomano.

El Gobierno Justo y Tolerante del Imperio Otomano

En 1514 el Sultán Selim capturó Jerusalén y los alrededores, dando comienzo a 400 años de gobierno Otomano en Palestina. Al igual que en otros estados del Imperio, la entrada a esa zona posibilitó que personas de distinta fe gozaran de paz, estabilidad y una buena convivencia.

El procedimiento de administración aplicado fue conocido como “sistema popular (millet)”. La característica fundamental del mismo residía en que comunidades de distintas creencias podían vivir juntas, aplicando cada una su sistema legal religioso, motivo por el cual judíos y cristianos encontraron tolerancia, seguridad y libertad.

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Si bien el Imperio Otomano era islámico, todos sus súbditos gozaban de libertad religiosa. Es así como en sus tierras se constituyó un mosaico multicultural pacífico. Como se puede apreciar en este cuadro, el estado protegía a sus ciudadanos en consonancia con la moral musulmana, dando de comer al pobre independientemente de la religión que practicase.

Es decir, aunque el estado era islámico, nunca se propuso forzar a los ciudadanos a adoptar el Islam. Por el contrario, el Imperio tenía como objetivo proveer de una vida tranquila y segura a todos, inclusive a los no musulmanes y gobernar de tal manera que los mismos se sintieran conformes con la administración y justicia islámicas.

Çatışma

La mutua intolerancia de católicos y protestantes en los siglos XVI y XVII continúa aún en algunos países. Las víctimas más inocentes de esos conflictos siempre han sido los niños.

Otros estados más grandes de esa época, tuvieron gobiernos mucho más imperfectos, opresores e intolerantes. El reino de España no soportaba la existencia de judíos y musulmanes en la península y sometió a grandes violencias a ambas comunidades. En otros países europeos eran oprimidos debido a su religión (por ejemplo, confinándolos a ghettos) y a veces terminaban masacrados (pogromos). Además, los cristianos no se toleraban entre ellos: la lucha entre católicos y protestantes convirtió a la Europa de los siglos XVI y XVII en un charco de sangre. La Guerra de los 30 Años (1618-1648) fue una resultante de ese enfrentamiento, a consecuencia del cual todo el continente se transformó en un campo de batalla: sólo en Alemania un tercio de la población, es decir, cinco millones de individuos, perdieron la vida.

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El modelo para la paz en el Oriente Medio es el brindado por los Otomanos: multicultural, tolerante y conciliador, en base a la moral coránica. Arriba vemos recortes de periódicos y revistas que hablan de la naturaleza pacífica del gobierno otomano.

1. La Solucisn Otomana Para Jerusalin, ZAMAN, 30.8.00
2. Se Recuerda con Pena la Ausencia de los Otomanos en los Balcanes
3. Echamos de Menos a los Otomanos
4. Los Otomanos se Fueron y el Terror Comenzs

En comparación, el gobierno otomano era la cumbre del humanismo.

Edward W. Said, reconocido experto sobre Oriente Medio
Edward W. Said, reconocido experto sobre Oriente Medio.

Muchos historiadores y científicos políticos llamaron la atención sobre este hecho. El mundialmente conocido experto en Oriente Medio Edward Said es uno de ellos. Proveniente de una familia cristiana de Jerusalén, continuó sus investigaciones en las casas de altos estudios norteamericanas y luego fue profesor de la Universidad de Columbia. En una entrevista concedida al periódico israelí Ha’aretz, recomendó “el sistema popular otomano” para el Oriente Medio si se lograba una paz permanente. Dijo Said:

Una minoría judía puede convivir del modo que lo hicieron otras minorías en el mundo árabe ... eso funcionó bien bajo el Imperio Otomano con su “sistema millet”. Lo que tuvieron entonces parece mucho más humano que lo que tenemos ahora.27

La historia revela que el Islam es el único sistema de creencia que ofrece una forma de gobierno correcta, condescendiente y altruista para el Oriente Medio. La Pax Otomana, que desapareció con la retirada del Imperio Otomano de la región, aún no ha sido reemplazada.

En consecuencia, la manera de obtener la paz en esa zona es introducir nuevamente el sistema millet, caracterizado por el compromiso y la tolerancia, dos pilares coránicos fundamentales para la convivencia. Si el Islam es seguido como corresponde, resulta la solución para superar las situaciones negativas propias de las sociedades manejadas por ideologías agresivas que llevan a guerras o actos terroristas, puesto que garantiza la paz, la justicia y la tolerancia.

Dios invita a la Morada de Paz (el Paraiso) y dirige a quien El quiere a una via recta (Corán, 10:25)

 

NOTAS

21. Karen Armstrong, Holy War, p. 30-31

22. John L. Esposito, Islam: The Straight Path, p. 58

23. Prof. Thomas Arnold, The Spread of Islam in the World, A History of Peaceful Preaching, p. 56

24. John L. Esposito, Islam: The Straight Path, p. 59

25. Karen Armstrong, Holy War, p. 185

26. Francis E. Peters, Jerusalem: Holy City in the Eyes of Chroniclers, Visitors, Pilgrims, and Prophets from the Days of Abraham to the Beginnings of Modern Times, Princeton, Princeton University Press, 1985, p. 363

27. An Interview with Edward Said by the Israeli Newspaper Haaretz, Friday, August 18, 2000

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Descargas
  • Prefacio
  • Introduccion
  • La moral Islámica es la fuente de la paz y de la seguridad
  • La guerra en el Coran
  • El verdadero rostro de los terroristas que actúan
  • Como considera el Islam a la gente del libro
  • El Islam llevo la paz y la armonia al Oriente Medio
  • Las verdaderas raices del terrorismo: El Darwinismo y el materialismo
  • Conclusion: Recomendaciones para el Mundo Occidental y para los Musulmanes