Otro punto importante que ha pasado al orden del día debido a los episodios terroristas producidos en los EEUU, es la relación entre Occidente y el mundo islámico. Como se sabe, en el decenio de 1990 algunos intelectuales sugirieron que el mundo estaba comprometido en una lucha que tendría lugar entre Occidente y el Islam. Este es el tema básico de la conocida tesis de Samuel Huntington a la que dio el nombre de “Choque de Civilizaciones”. Sin embargo la misma —denominada con mucho acierto por Edward W Said “Choque de Ignorantes”— se apoya en escenarios imaginarios generados por la exageración de la influencia de algunas facciones extremistas ignorantes que se hallan en ambas partes. En verdad, no puede haber ningún choque entre las civilizaciones mencionadas porque las creencias del judaísmo y del cristianismo —pilares sobre los que se funda la civilización occidental— están en perfecta armonía con el Islam.
En el Corán se denomina “Gente del Libro” a judíos y cristianos, debido a que ambos se rigen por Libros Divinos revelados por Dios. La actitud del Islam con la Gente del Libro siempre ha sido correctísima y muy compasiva.
Esa forma de proceder proviene de los orígenes del Islam, cuando los musulmanes eran minoría y aún sufrían opresión y tortura por parte de los paganos de la Meca, por lo que debían luchar para proteger su fe. Fue entonces que algunos musulmanes decidieron emigrar en busca de un lugar más seguro y el Profeta (PB) les dijo que se refugien en el reino cristiano de Etiopía. Allí encontraron una administración muy honorable que los recibió con afecto y respeto. El rey rechazó la demanda de los funcionarios mequenses paganos que se habían dirigido al mismo lugar con la intención de extraditarlos. El monarca hizo saber que los musulmanes podían vivir con libertad en sus tierras.
El Corán habla de la compasión, misericordia y justicia de los cristianos etíopes:
Verás que los más hostiles a los creyentes (musulmanes) son los judíos y los asociadores, y que los más amigos de los creyentes son los que dicen: “Somos cristianos”. Es que hay entre ellos sacerdotes y monjes y no son altivos (Corán, 5:82).
El Corán denomina Gente del Libro a cristianos y judíos. Ordena respetarlos y exhibir hacia ellos misericordia y benevolencia. Tanto judíos como cristianos creen en Dios y comparten los mismos valores que observan los musulmanes. |
Las creencias de cristianos y musulmanes tienen muchas facetas en común. Con los judíos pasa lo mismo. Dios dice en el Corán que los musulmanes comparten la misma fe con la Gente del Libro:
...“Creemos en lo que se nos ha revelado a nosotros y en lo que se os ha revelado a vosotros. Nuestro Dios y vuestro Dios es Uno. Y nos sometemos a El” (Corán, 29:46).
Los verdaderos adherentes a estas tres grandes religiones tienen una serie de coincidencias:
Tanto los musulmanes como la Gente del Libro se deben comprometer cada vez más en ampliar la lucha contra inmoralidades como las perversiones sexuales o la adicción a las drogas. Las tres religiones aceptan la probidad, la honestidad y el autosacrificio como grandes valores morales. |
Creen que Dios ha creado el universo de la nada y que El domina todo con Su omnipotencia.
Creen que Dios ha creado todo lo viviente de una manera milagrosa y que el ser humano posee un alma que El le concedió.
Creen en la resurrección, en el Cielo, en el Infierno, en los ángeles y en que Dios creó nuestras vidas con un propósito.
Creen que además de Moisés, Jesús y Muhammad (PB), Dios envió muchos otros profetas —como Noé, Abraham, Isaac y José—, por todos los cuales sienten el mismo cariño.
En un versículo se deja en claro que los musulmanes no hacen ninguna distinción entre los profetas:
El Enviado cree en cuanto le ha sido revelado por su Señor, y lo mismo los creyentes. Todos ellos creen en Dios, en Sus ángeles, en Sus Escrituras y en Sus enviados. No hacemos distinción entre ninguno de Sus enviados. Han dicho: “Oímos y obedecemos. Perdónanos Señor. Eres Tú el fin de todo” (Corán, 2:285).
Las creencias de la Gente del Libro están en armonía con las de los musulmanes no sólo en cuestiones referidas a la fe sino también respecto a los valores morales. En el mundo de hoy día, en donde el adulterio, la homosexualidad, la adicción a las drogas, el egoísmo y la inhumanidad han crecido tanto, la Gente del Libro y los musulmanes comparten las mismas virtudes: honor, castidad, humildad, autosacrificio, honestidad, compasión, misericordia y amor incondicional.
Las ideologías ateas como el fascismo, el comunismo, el racismo y el anarquismo, han provocado grandes ruinas y pérdidas de vidas humanas e impulsado el odio entre las comunidades. |
Otro hecho importante que cohesiona al cristianismo, judaísmo e Islam, es la influencia que actualmente tienen las filosofías o ideologías ateas.
Entre las más conocidas y más dañinas de nuestra época se pueden citar la materialista, comunista, fascista, anarquista, racista, nihilista y existencialista. La mayoría de la gente que creyó en los diagnósticos falsos, en las descripciones y explicaciones engañosas sobre el universo, la sociedad y los seres humanos brindados por esas concepciones del mundo, es la que ha perdido la fe o fue invadida por la duda. Lo más grave es que esas ideologías o políticas han arrastrado a la gente, a las sociedades y a los pueblos a grandes crisis, conflictos y guerras. Su culpa es inmensa por los traumas y disturbios que sufre la humanidad hoy día.
Las ideologías o políticas mencionadas tienen en común que niegan a Dios y la creación y se estructuran sobre lo que denominan base científica, es decir, la teoría de la evolución de Charles Darwin. Esta constituye el fundamento de las filosofías ateas y supone que lo viviente ha evolucionado como resultado de casualidades y de lo que llama “lucha por la vida”. En consecuencia, el darwinismo envía el siguiente mensaje engañoso:
Los humanos no son culpables de nada. Obtuvieron la vida de manera casual y para sobrevivir tienen que recurrir a la violencia, oprimiendo a otros de ser preciso. El conflicto y los intereses egoístas caracterizan el mundo en el que nos movemos.
Los mensajes sociales imbuidos de conceptos darwinistas tales como “selección natural”, “lucha por la vida”, “supervivencia del más apto”, sirven para adoctrinar en la filosofía que los sustenta. Se trata de criterios que llevan a los individuos a ser egoístas, ególatras, crueles y opresores. Destruyen virtudes tan valiosas como la misericordia, la compasión, el autosacrificio, la humildad y la moral, propias de las tres grandes religiones monoteístas, a la vez que presentan sus ideas como una necesidad “exigida por las normas inherentes a la vida”.
Ese adoctrinamiento darwinista es exactamente lo opuesto a las creencias de la Gente del Libro y al mensaje coránico. En consecuencia, lo que enseña el darwinismo constituye el fundamento de un mundo que se opone esencialmente a las tres religiones divinas.
Por lo tanto, dado que la Gente del Libro y los musulmanes creen en Dios y aceptan Su moral, deberían cooperar en la presentación de la verdad. Deberían exponer al mundo la falacia del darwinismo —que carece de toda base científica—, el cual se quiere preservar en consideración de la filosofía materialista. Deberían llevar a cabo una lucha intelectual en contra de las ideas engañosas al servicio del ateísmo (comunismo, fascismo, racismo). Si eso se concreta rápidamente, el mundo abrazará la paz, la tranquilidad y la justicia.
El darwinismo propone una sociedad en la que el conflicto y la violencia sean vistos como medios de desarrollo. Pero un estudio realizado revela que lo único que produjo el proyecto social darwinista es dolor y destrucción. |
La persecución a los judíos a lo largo de la historia fue en lo esencial consecuencia de los prejuicios raciales, a los que el Islam condena sin atenuantes. Es correcto oponerse a la brutalidad israelí y criticarla, pero ningún musulmán debería admitir un trato injusto o cruel a los judíos inocentes. |
En nuestra época el antisemitismo es una ideología que amenaza la paz mundial y tiene como objetivo perturbar el bienestar y seguridad de gente inocente. Se trata de un odio racista que algunas personas sienten hacia los judíos.
Grandes desastres del siglo XX llevan la firma del antisemitismo y uno de los más importantes fue la crueldad y asesinato infligido a los judíos por los nazis. Además, los judíos fueron sometidos a un trato cruel en muchos países con regímenes autoritarios. Las organizaciones fascistas les hostigaron y perpetraron ataques sangrientos contra ellos.
¿Cómo juzgan los musulmanes el antisemitismo? La respuesta es obvia. Se oponen al mismo —o deberían hacerlo—, de la misma manera que a cualquier otra ideología racista. Aunque los musulmanes condenan las políticas crueles y agresivas del Estado de Israel, así como su ocupación de los territorios adyacentes, no pueden condenar por ello a todos los judíos indiscriminadamente. La crítica a la ideología sionista no tiene nada que ver con el antisemitismo, pues al objetar al sionismo se está repudiando una forma de racismo. Muchos judíos también critican las políticas racistas de los sionistas y atacarlos como antisemitas sería absurdo.
El Corán advierte que nunca hay que someter a una comunidad a una crítica generalizada sino que es necesario distinguir entre los correctos y los equivocados, los culpables y los inocentes. Después de referirse a algunos judíos y cristianos que violaron las órdenes de Dios, se menciona a otros que exhibieron una moral perfecta:
No todos son iguales. Entre la gente de la Escritura hay una comunidad honrada: durante la noche, recitan los versículos de Dios y se prosternan, creen en Dios y en el último Día, ordenan lo que está bien, prohíben lo que está mal y rivalizan en buenas obras. Esos tales son de los justos (Corán, 3:113-114).
Los musulmanes desean vivir en paz y felices con judíos y cristianos, en un clima de mutua tolerancia, amistad, respeto y comprensión. |
El antisemitismo es una idea antirreligiosa que tiene sus raíces en el paganismo. Por lo tanto es imposible que un musulmán adhiera al antisemitismo o le tenga simpatía. Los antisemitas no respetan para nada a Abraham, Moisés o David, quienes son profetas elegidos y bendecidos por Dios como ejemplos para toda la humanidad.
El antisemitismo y otros tipos de racismo (por ejemplo el prejuicio en contra de los negros) no tienen lugar de ninguna manera en la religión auténtica. Son perversiones que surgen de distintas formas de pensar y de supersticiones.
Por otra parte, al examinar el antisemitismo y otras formas de racismo, vemos con claridad que promueven ideas y modelos sociales totalmente contrarios a la moral coránica ya que se fundamentan en el odio, la violencia y la falta de compasión. Un antisemita puede ser lo suficientemente cruel como para apoyar el asesinato de hombres, mujeres, niños y ancianos y justificar las torturas a las que son sometidos. Pero la moral coránica prescribe el amor, la compasión y la misericordia para todas las personas. También ordena a los musulmanes ser correctos y perdonar incluso a los enemigos.
Además, los antisemitas y otros tipos de racistas niegan la posibilidad de que gente de distintos credos o razas puedan vivir juntos y en paz. (Por ejemplo, los nazis y los sionistas, ambos racistas, se oponían y se oponen a que vivan juntas personas de distintas confesiones religiosas. Rechazan la convivencia para evitar, según ellos, la degeneración de la raza).
Pero el Corán no hace la más leve distinción entre razas y aconseja a gente de distinta fe que vivan en la misma comunidad en paz y seguridad.
En el Corán se hace una significativa diferencia entre la Gente del Libro y los incrédulos, especialmente en el área de la vida social. Por ejemplo, se dice respecto de esos que asocian otros a Dios: ¡Creyentes! Los asociadores son mera impureza. Que no se acerquen, pues, a la Mezquita Sagrada... (Corán, 9:28). Se trata de gente que desconoce toda ley divina, no posee ningún precepto moral y puede cometer cualquier tipo de acción perversa y degradante sin titubear.
Pero la Gente del Libro al sustentarse en la revelación de Dios cuenta con preceptos morales y sabe lo que es y no es legal. Por eso al musulmán le está permitido casarse con una cristiana o judía. Dice Dios:
Hoy (es decir, de hoy en adelante) se os permiten las cosas buenas. Se os permite el alimento de quienes han recibido la Escritura, así como también se les permite a ellos vuestro alimento. Y (se permite casarse con) las mujeres creyentes honestas y las honestas del pueblo, que antes de vosotros, había recibido la Escritura, si les dais la dote tomándolas en matrimonio, no como fornicadores o como amantes. Vanas serán las obras de quien rechace la fe y en la otra vida será de los que pierdan (Corán, 5:5).
Estas órdenes muestran los vínculos que pueden establecer a través del matrimonio y los alimentos la Gente del Libro y los musulmanes. Son fundamentos que el Corán promueve y aseguran el establecimiento de relaciones humanas amigables y una vida feliz en comunidad, por lo que es impensable que los creyentes tengan una opinión en contrario.
Las prácticas justas y tolerantes del Profeta Muhammad (PB) hacia la Gente del Libro determinan muy buenos ejemplos para los musulmanes. En el contrato que hizo con los cristianos de Nayran que vivían en el sur de Arabia, graficó uno de los mejores ejemplos de tolerancia y justicia. Incluía los siguientes artículos:
La vida del pueblo de Nayran y el de las áreas linderas, así como su religión, tierra, propiedad, ganado, tanto de los presentes como de los ausentes, sus mensajeros y sus lugares de adoración, están bajo la protección de Dios y la custodia de Su Profeta.20
Por medio de acuerdos de ese tipo, el Mensajero de Dios (PB) aseguró un buen orden social para los musulmanes y la Gente de Libro por igual, lo que dio lugar a la paz y la convivencia segura. El orden que se llegó a adquirir fue una plena manifestación del siguiente versículo:
Los creyentes, los judíos, los cristianos, los sabeos, quienes crean en Dios y en el último Día y obren bien, ésos tendrán su recompensa junto a su Señor. No tienen que temer y no estarán tristes (Corán, 2:62).
La Constitución de Medina es el pacto más importante que en su momento aseguró la justicia y la tolerancia entre las comunidades cristianas, judías y paganas.
La Constitución de Medina fue preparada bajo el liderazgo del Profeta Muhammad (PB) hace 1400 años, es decir, en 662 C., para atender las necesidades de personas de distintas creencias y fue puesta en práctica como un contrato legal escrito. Diferentes comunidades de distintas religiones y razas que habían mantenido una profunda enemistad entre sí durante 120 años, fueron las partes que concordaron con el mismo. Quedó demostrado que se podía terminar con los conflictos de esa naturaleza y vivir en armonía.
En la época del Profeta Muhammad (PB) se practicaba una política justa y tolerante con la Gente del Libro. . |
Según la Constitución de Medina todos tenían la libertad de adherir a la creencia o religión que fuese o a la filosofía o política que deseasen. Pero quien cometiese un crimen no sería protegido por nadie. Se ayudarían y cooperarían entre sí y quedarían bajo la protección del Profeta Muhammad (PB), quien actuaría de juez frente a las desavenencias internas.
Ese contrato estuvo en vigencia desde 62 C. hasta 632 C. Gracias a dicho documento, fueron abolidas las estructuras tribales que antes se basaban en la sangre y en el parentesco. Es decir, gente de distintos orígenes culturales, étnicos y geográficos pasaron a construir una unidad social. La Constitución de Medina aseguraba la absoluta libertad religiosa.
Otra cosa importante que nos enseña el Corán es que los musulmanes deben respetar los lugares de adoración de judíos y cristianos, es decir, monasterios, iglesias y sinagogas, pues tienen la bendición de Dios:
...Si Dios no hubiera rechazado a unos hombres valiéndose de otros, habrían sido demolidas ermitas, iglesias, sinagogas y mezquitas, donde se menciona mucho el nombre de Dios. Dios auxiliará, ciertamente, a quienes Le auxilien. Dios es, en verdad, fuerte, poderoso (Corán, 22:40).
Este versículo indica a los musulmanes la necesidad de respetar y proteger los lugares santos de la Gente del Libro.
En verdad, el Profeta Muhammad (PB) realizó acuerdos con paganos, cristianos y judíos. Los primeros siempre fueron tratados correctamente y cuando pidieron protección se atendió de inmediato su solicitud. Muchísimos individuos de las distintas comunidades y no musulmanes en general buscaban y encontraban la protección del Mensajero de Dios (PB) frente a cualquier ataque o acusación inicua. En el capítulo nueve Dios aconseja que el pedido de protección de los paganos sea aceptado por los creyentes:
Si uno de los asociadores te pide protección, concédesela, para que oiga la Palabra de Dios. Luego, facilítale la llegada a un lugar en que esté seguro. Es que son gente que no saben (Corán, 9:6).
Judíos y cristianos están más cerca de los musulmanes que de la gente sin fe debido a las creencias que comparten. Cada una de estas religiones tiene su libro que Dios hizo descender. Saben diferenciar gracias a sus respectivas escrituras lo correcto de lo erróneo, lo ilegal de lo legal y reverencian a los profetas y mensajeros que las comunicaron. Creen en el más allá y en que en la otra vida hay que rendir cuentas frente a Dios por todo lo hecho en este mundo.
Dios da a los musulmanes la orden de encontrar una fórmula en la que concuerden con la Gente del Libro:
Di: “¡Gente de la Escritura! Convengamos en una fórmula aceptable a nosotros y a vosotros, según la cual no serviremos sino a Dios, no Le asociaremos nada y no tomaremos a nadie de entre nosotros como Señor fuera de Dios”. Y, si vuelven la espalda, decid: “Sed testigos de nuestra sumisión” (Corán, 3:64).
Iglesias, sinagogas y mezquitas son lugares especiales de rezo donde se reverencia el nombre de Dios, Quien dice en el Corán que todos esos santuarios deben ser respetados y preservados. |
Es decir, nuestro llamado a cristianos y judíos es el siguiente: Quienes creemos en Dios y seguimos Sus revelaciones, reunámonos en una fórmula común que es la “fe”. Amemos a Dios, Quien es nuestro Creador y Señor y respetemos Sus órdenes. Roguemos a Dios y sigamos un sendero lo más recto posible.
Cuando musulmanes, judíos y cristianos lo hagamos y comprendamos que somos amigos y no enemigos, cuando entendamos que enemigo es quien rechaza a Dios, entonces el mundo se convertirá en un lugar muy distinto. Finalizarán las guerras, las discordias, los temores y los ataques terroristas en muchas partes del mundo y se establecerá una nueva civilización cimentada en el amor, el respeto y la paz en función de esa “fórmula en común”.
Las situaciones ominosas llegarán a su fin en el mundo cuando cristianos, judíos y musulmanes adoren a Dios unidos, tolerándose las particularidades religiosas de cada confesión. |
Los musulmanes deben tener en cuenta cosas importantes, que Dios nos enseña con toda claridad en el Corán:
La moralidad del Corán excluye todo tipo de racismo.
En el Corán se ordena que debe mantenerse una actitud tolerante y amigable hacia otras religiones, en tanto no exhiban hostilidad hacia el Islam y los musulmanes.
Los Creyentes Deben Unirse y Cada Uno Rezar por los Demás
Es evidente que los judíos cometieron muchos errores, que el Corán los señala, critica y advierte para que se tengan en cuenta las consecuencias de los mismos. Los crímenes cometidos en la actualidad por Israel contra la humanidad son dolorosos y bien conocidos, pero los musulmanes no deben tomarlos como argumento para alimentar la hostilidad contra ese país. Repetimos una vez más que lo que señala con acierto el Corán es que no hay que juzgar a la gente por pertenecer a una raza, pueblo o nación. En toda comunidad hay gente buena y mala. El Corán advierte sobre esa distinción. Por ejemplo, después de mencionar la naturaleza rebelde contra Dios y Su religión de algunos de la Gente del Libro, se refiere a la diferencia mencionada:
No todos son iguales. Entre la gente de la Escritura hay una comunidad honrada: durante la noche, recitan los versículos de Dios y se prosternan, creen en Dios y en el último Día, ordenan lo que está bien, prohíben lo que está mal y rivalizan en buenas obras. Esos tales son los justos. No se les desagradecerá el bien que hagan. Dios conoce bien a los que Le temen (Corán, 3:113-115).
Sabah, 15.09.01 - Muzzamil Siddiqui, presidente de la Sociedad Islámica Norteamericana, recitó fragmentos del Sagrado Corán en la Catedral Nacional de Washington en un servicio conmemorativo luego del 11 de Septiembre.
Türkiye, 16.09.01 - Abajo: El presidente Bush rezó junto a un dirigente musulmán en la Catedral Nacional de Washington. Arriba: Musulmanes y no musulmanes rezan juntos en un servicio religioso en Dallas.
Star, 18.09.01 - Bush visita el Centro Islámico en Washington.
Después de los ataques del 11 de Septiembre, gente de todos los idiomas y religiones rezan a Dios en empatía y solidaridad con las víctimas. |
En otro versículo ordena:
Mandamos a cada comunidad un enviado: “Servid a Dios y evitad los taguts (demonios, ídolos, magos, adivinos, etc.)”. A algunos de ellos les dirigió Dios, mientras que otros merecieron extraviarse. Id por la tierra y mirad cómo terminaron los desmentidores (Corán, 16:36).
1. Time, 01.10.01, 2. Planet Easton, 01.11.01 Los musulmanes rezan por las víctimas de los ataques en el Hyde Park de Londres. LAMENTEMONOS. Una ceremonia interreligiosa en la Mezquita Fe de Bremen, reúne a líderes y adherentes cristianos y musulmanes en recordatorio de las víctimas del terror en EEUU. |
Escenas de Respeto: El Papa al visitar el Muro de los Lamentos en Jerusalén. A la derecha, el comisionado de la Unión Europea, Romano Prodi, pronuncia un discurso en el Centro Islámico de Bruselas. |
Dios revela a todos los mensajeros que El es el Unico y que junto a El no hay nadie a quien el pueblo deba adorar, servir u obedecer. El mensaje divino transmitido a la gente por Dios a través de Sus mensajeros, ha sido comunicado a los seres humanos desde su creación. Algunas sociedades lo han aceptado y siguieron el sendero recto, en tanto que otras lo negaron y se apartaron del mismo. Esa actitud por parte de los seres humanos mantiene su vigencia. Algunos caen en el error de desconocer la religión, mientras que otros se empapan de ella. Los que creen deberían hacer esto último y no olvidar nunca que entre la gente de todas las religiones siempre hay personas sinceras, piadosas y temerosas de Dios, como así también otras alejadas de los principios de la fe.
Nuestra esperanza es que en algún momento se establecerá un mundo en el que la gente podrá vivir junta y en paz, independientemente de la religión o raza a la que se pertenezca, mundo en el que se rechazarán todas las depravaciones racistas, estarán a buen resguardo los derechos individuales y cada uno será respetado. La lucha intelectual a ese fin contra las ideologías antirreligiosas establecerá, Dios mediante, la paz tan anhelada. De esto habla Dios:
Los infieles son amigos unos de otros. Si no obráis así (es decir, si entre los creyentes no son amigos), habrá en la tierra desorden y gran corrupción (Corán, 8:73).
Entre las generaciones que os precedieron, ¿por qué no hubo gentes virtuosas que se opusieran a la corrupción en la tierra, salvo unos pocos que Nosotros salvamos, mientras que los impíos persistían en el lujo en que vivían y se hacían culpables? (Corán, 11:116).
Dios invita a la Morada de Paz (el Paraiso) y dirige a quien El quiere a una via recta (Corán, 10:25)