EXISTE UNA CONCORDANCIA PERMANENTE ENTRE LA RELIGION Y LA CIENCIA

Los materialistas, en un intento por ocultar sus fracasos científicos, recurren a menudo a distintos métodos propagandísticos. La mayoría se basan en la utilización hasta el hartazgo, generalmente en las publicaciones materialistas, del supuesto conflicto entre religión y ciencia. Son historietas que buscan meter en el lector desprevenido la idea de que a lo largo de los siglos la religión a estado siempre en contra de la ciencia y que ésta puede progresar solamente si la primera es desechada.

Sin embargo, un rápido repaso de la historia de la ciencia será suficiente para poner de relieve la falsedad de dicha afirmación.

Al observar la historia del Islam vemos que la ciencia se introduce en el Medio Oriente junto con el Corán. Los árabes preislámicos creían en todo tipo de supersticiones y rumores, pero jamás investigaron el universo y/o la naturaleza. A partir del Islam esta comunidad se civilizó y empezó a considerar valioso el conocimiento científico. El acatamiento los mandamientos coránicos dio inicio a la observación del mundo circundante. No sólo los árabes sino muchos otros pueblos, como los persas, turcos y norafricanos, se convirtieron en cultos e instruidos después de abrazar el Islam. El recurrir a la razón y a la observación, como aconseja el Corán, fue lo que dio nacimiento a la gran civilización de los siglos IX y X. Muchos científicos musulmanes que vivieron en ese período hicieron descubrimientos significativos en una serie de disciplinas, como la astronomía, las matemáticas, la geometría y la medicina.

La importancia que el Islam da al saber también es obvia en los hadices (tradiciones) del Profeta, el Mensajero de Dios (BP). Un gran número de ellos alientan a los musulmanes a buscar el conocimiento y diseminarlo. Veamos algunos.

A quien transite el sendero de la búsqueda del saber, Dios lo conduce luego al sendero que lleva al Jardín (el Paraíso)... Los sabios son los herederos de los profetas, porque cuando éstos parten al otro mundo no dejan como herencia caudales (de oro y plata) sino de conocimiento. En consecuencia, cualquiera que adquiera algo de erudición logrará un beneficio abundante44.
El creyente nunca se sacia del saber provechoso y seguramente continuará adquiriéndolo hasta que muera y se dirija al Paraíso45.

Se narra que el Profeta (BP) tenía por costumbre decir antes de la oración del amanecer:

¡Oh Dios!, Te pido conocimiento beneficioso, acciones aceptables (por Ti) y buena disposición46.

Andalucía jugó un papel importante en la transmisión del conocimiento científico a Europa, como así también en dar a luz a un gran número de investigadores. Además fue un crisol de descubrimientos revolucionarios y progreso en la materia, en particular en el campo de la medicina. Los médicos musulmanes de aquella época no se centraban en una sola materia o asunto sino que llevaban a cabo estudios en un gran número de especialidades, incluidas la farmacología, la cirugía, la oftalmología, la ginecología, la fisiología, la bacteriología y la higiene.

...Sólo tienen miedo de Dios aquéllos de Sus siervos que saben. Dios es poderoso, indulgente (Corán, 35:28)

Dios atestigua, y con El los ángeles y los hombres dotados de ciencia, que no hay más dios que El, Que vela por la equidad. No hay más dios que El, el Poderoso, el Sabio (Corán, 3:18)

Recordemos a algunos de los galenos más conocidos de aquel tiempo.

Ibn Juljul (¿-992) realizó estudios intensivos sobre hierbas medicinales y escribió mucho sobre la historia de las mismas y de la medicina. Abu Ja'far ibn al-Jazzar (¿-1009) de Túnez, dominaba la ciencia de la terapia con drogas para el tratamiento de enfermedades y síntomas específicos. Es autor de más de treinta libros. Abd al-Latif al-Baghdadi (1162-1231) es conocido por sus estudios de anatomía. Corrigió los errores cometidos en los estudios de anatomía anteriores respecto de muchos huesos, como la mandíbula y el esternón. Su libro Al-Ifade ve'l Itibar fue reimpreso en 1788 y traducido al latín, alemán y francés. Otra obra suya, Makalatun fi'l Havas es un tratado sobre los cinco sentidos.

beyruni, world

Al-Biruni fue un científico musulmán del siglo XI. Descubrió que
la Tierra rotaba sobre su propio eje seiscientos años antes que
Galileo y determinó la circunferencia de nuestro planeta
setecientos años antes que Newton.

Los anatomistas musulmanes determinaron correctamente el número de huesos del cráneo humano y descubrieron los tres huesecillos del oído medio. Uno de los líderes en el estudio de la anatomía fue Ibn Sina (980-1037), conocido como Avicena en occidente. Era una persona muy conocida desde joven no sólo en oriente sino también en occidente e instruida en literatura, matemáticas, geometría, física, ciencias naturales, filosofía y lógica. Su trabajo más popular y escrito en árabe, al-Qann fi al-Tibb (El Canon, para los occidentales), trata de enfermedades y drogas de manera sistemática. Luego de ser traducido al latín en el siglo XII, se convirtió en el libro de texto de las escuelas de Europa hasta el siglo XVII y aún es válida una gran parte del conocimiento médico allí expuesto. También escribió unos cien libros más de filosofía y ciencias naturales.

Zakariya Qazwini se opuso a muchas creencias erradas acerca del corazón y el cerebro que venían siendo aceptadas desde la época de Aristóteles. Lo que brindó como conocimiento de ambos órganos es bastante parecido a lo que se sabe hoy día.

Los estudios de anatomía de Zakariya Qazwini, Hamdullah al-Mustaufi al-Qazwini (1281-1350) e Ibn al-Nafis, establecieron los fundamentos de la medicina moderna. Estos científicos demostraron en los siglos XIII y XIV una serie de cosas: las conexiones existentes entre el corazón y los pulmones, que las arterias transportan sangre oxigenada y las venas sangre sin oxígeno, que la sangre se oxigena en los pulmones y es transportada del corazón al cerebro y otros órganos del cuerpo a través de la aorta.

Ali Bin Isa (¿-1038) escribió Tezkiratu'l Kahhalin fi'l Ayn y Emraziha en tres tomos, los cuales se ocupan de enfermedades oftalmológicas. El primero está dedicado totalmente a la anatomía del ojo e incluye información muy detallada. Toda la obra fue traducida al latín y al alemán.

ali kuşçu, moon

El científico Ali Kushchu del siglo XV fue el primero en hacer un
mapa detallado de la Luna, motivo por el cual una región de la
misma lleva su nombre.

Muhammad ibn Zakariyya ar-Razi (Rhazes) (865-925), Burhan al-din Nafis (¿-1438), Ismail Jurjani (¿-1136), Qutb al-Din al-Shirazi (1236-1310), Mansur ibn Muhammad y Abu al-Qasim al-Zahrawi (Albucasis), fueron otros de los científicos musulmanes distinguidos por sus aportes a la medicina y a la anatomía en particular.

A los citados se suman bastantes más que hicieron grandes contribuciones a diversas disciplinas. Por ejemplo, al-Biruni descubrió 600 años antes que Galileo que la Tierra rotaba sobre su propio eje y determinó su circunferencia 700 años antes que Newton. Fue Ali Kushchu, un científico del siglo XV, el primero en hacer un mapa de la Luna. Por este motivo una región de nuestro satélite lleva su nombre. Thabit ibn Qurrah (Thebit), del siglo IX, inventó mucho antes que Newton el cálculo diferencial. Battani, estudioso del siglo X, desarrolló por primera vez la trigonometría. Abul Wafa Muhammad al-Buzjani introdujo en la trigonometría el concepto de "tangente-cotangente, secante-cosecante". Al-Khwarizimi escribió el primer libro de álgebra en el siglo IX. Al-Maghribi determinó la ecuación conocida en la actualidad como triángulo de Pascal, 600 años antes que éste. Ibn al-Haitham (Alhazen) fue el fundador de la ciencia óptica y vivió en el siglo XI. Roger Bacon y Kepler utilizaron sus trabajos y Galileo inventó el telescopio gracias a sus contribuciones. Al-Kindi (Alkindus) introdujo la física relativa y desarrolló la teoría que Einstein denominó de la relatividad, pero 1100 años antes. Shams al-Din, que vivió 400 años antes que Pasteur, fue el primero en descubrir la existencia de los gérmenes. Ali ibn al-Abbas, del siglo X, fue el primero en realizar una cirugía en un paciente oncológico. En el mismo siglo presentó las causas y método de tratamiento de la lepra.

michael denton, natures destiny

Michael Denton

En resumen, los científicos musulmanes, algunos de los cuales mencionamos aquí, hicieron descubrimientos y aportes importantes que pusieron los cimientos de la ciencia moderna. Y al observar a ésta en la civilización occidental, vemos que sus promotores tenían una profunda fe en Dios. En el siglo XVII —conocido como la Epoca de la Revolución Científica— abundan los estudiosos cuyo objetivo principal era explorar el universo y la naturaleza creados por Dios. Todos los institutos en la materia establecidos en distintos países, como Inglaterra y Francia, tenían como objetivo principal "acercarse a Dios a través del conocimiento de Sus leyes". La misma línea de pensamiento se observó en el siglo XVIII. Los científicos occidentales devotos de Dios que hicieron contribuciones significativas son muchos y entre ellos podemos mencionar a Newton, Kepler, Copérnico, Bacon, Galileo, Pascal, Boyle, Paley y Cuvier. (Para mayor información ver el capítulo CIENTIFICOS DE FE).

Los antes mencionados creían en Dios y realizaban sus trabajos con la inspiración que les daba la fe. Uno de los mejores indicios de esto lo encontramos en Los Tratados de Bridgewater, una serie de publicaciones inglesas de principios del siglo XIX. Un grupo de investigadores desarrolló sus estudios en varias disciplinas puntualizando que su objetivo era analizar "los signos de la armonía y el orden con los que Dios creó el universo en general y la naturaleza en particular". Esa gente empleó el método al que se denominó "Teología Natural", es decir, aquel por el cual "a Dios se conoce a través de la naturaleza".

El trabajo precursor de Los Tratados de Bridgewater fue el libro de William Paley, Teología Natural:

Evidencia de la Existencia y Atributos de Dios Reunidos de lo Que se Presenta en la Naturaleza. Se lo publicó en 1802 y Paley aporta ejemplos que demuestran que lo viviente obedece a un diseño consciente, a la vez que exhibe un amplio conocimiento de anatomía.

Tomando como ejemplo el trabajo de Paley, se convocó a todos los miembros nominados de la Sociedad Real de Londres para redactar, imprimir y distribuir un trabajo que debía titularse Acerca de Cómo se Manifiesta en la Creación el Poder, Sabiduría y Bondad de Dios. A ese objeto deben valerse de todo argumento razonable, como ser la variedad y disposición de lo que Dios creó en los reinos animal, vegetal y mineral; los efectos de la digestión y de la transformación (de lo ingerido); las cosas que construyen las manos humanas; etc. También pueden echar mano a los descubrimientos antiguos y modernos en las artes y la ciencia y a toda la literatura moderna.

Fueron muchos los científicos que se presentaron a esa convocatoria para explorar los signos de la existencia de Dios, lo que dio como resultado estudios muy valiosos, que mencionamos a continuación:

scientific american, magazine

La revista Scientifc American de Setiembre de 1999

  1. La Adaptación de la Naturaleza a la Constitución Moral e Intelectual del Ser Humano, de Thomas Chalmers, 1833.
  2. Química, Meteorología y Absorción, de William Prout, (Médico), 1834.
  3. Historia, Hábitos e Instintos Animales, de William Kirby, 1835.
  4. La Mano, Demostración de un Diseño, de Sir Charles Bell, 1837.
  5. Geología y Mineralogía, de Dean Buckland, 1837.
  6. La Adaptación de la Naturaleza a la Condición Física del Ser Humano, de J. Kidd (Médico), 1837.
  7. Astronomía y Física Generales, por el Doctor William Whewell (Médico), 1839.
  8. Fisiología Animal y Vegetal, de P. M. Roget (Médico), 1840.

La publicación Los Tratados de Bridgewater es sólo un ejemplo del encuentro entre religión y ciencia. El mayor incentivo, antes y después de este tipo de trabajo, era conocer el universo que Dios creó, con lo que a la vez se percibía mejor su Omnipotencia.

La desviación de la comunidad científica de dicho curso inicial reside en la predominancia de la filosofía materialista en la cultura occidental en el siglo XIX, debido a ciertas condiciones políticas y sociales. Ese proceso alcanza su más plena expresión en la teoría de la evolución de Darwin, lo que culminó en una abierta contradicción con la visión precedente en lo que hace a la presentación de la ciencia y de la religión como dos fuentes de conocimiento en conflicto acerbo.

Los investigadores británicos Michael Baigent, Richard Leigh y Henry Lincoln comentaron al respecto:

Para Isaac Newton, un siglo y medio antes que Darwin, la ciencia no estaba divorciada de la religión. Por el contrario, en última instancia era un aspecto de la religión al servicio de ella... Pero la ciencia de la época de Darwin sí se divorció del contexto en el que funcionaba y se estableció como rival absoluta de la religión: pasó a ser una alternativa de ésta con criterios de nuevo cuño. Como resultado, ambas ya no trabajaron más al unísono sino confrontando, y la humanidad se vio forzada a tomar partido por una u otra47.

Hoy día, sin embargo, ese conflicto inventado entre religión y ciencia es contradictorio con los descubrimientos científicos: en tanto que la religión nos enseña que lo viviente fue creado por Dios, la ciencia halla las pruebas de ello. La religión enseña que Dios creó todo lo existente y los investigadores proveen las evidencias cuando analizan el diseño sin par de cada criatura, cosa o proceso. Señala Michael Denton al final de su libro El Destino de la Naturaleza:

La ciencia, gran aliada del materialismo y del escepticismo durante siglos, ha resultado finalmente, en los últimos días del segundo milenio, lo que Newton y muchos de sus primeros patrocinadores habían deseado con fervor, es decir, defensora de la fe en Dios, tomando al ser humano como Su creación superior48.

El restablecimiento del criterio mencionado y del que la ciencia se había apartado, ayudó a un creciente número de científicos a fortalecer su creencia en Dios. De esto se ocupa el conocido químico Michael Behe cuando dice:

Dicho sea de paso, los científicos que creen en Dios o en la existencia de una realidad más allá de la naturaleza, son muchos más de lo que los medios de comunicación nos quieren hacer creer. No hay ninguna razón para no admitir que estos estudiosos son parte del 90% de la población mundial que, según las estadísticas, acepta la existencia de Dios49.

Al verse confrontados los materialistas por la conclusión a la que llegó la ciencia, lo único que pueden hacer es recurrir a ciertas tácticas e intimidar al resto de la comunidad científica con el objeto de mantener sus puntos de vista: un investigador debe cumplir ciertos requisitos para ser promovido, recibir el doctorado o conseguir que le publiquen sus artículos en las revistas de ciencia. El primero y más importante es aceptar de manera incondicional la teoría de la evolución. Algunos se ven forzados a hacerlo, aunque en realidad rechazan ese mito.

El sociólogo Rodney Stark de la Universidad de Washington señala la presión que sufren los científicos en un artículo titulado Los Científicos y la Religión en Norteamérica, el cual apareció en setiembre de 1999 en la revista Scientific American:

Durante 200 años se ha divulgado que si uno quiere ser científico tiene que mantener la mente libre de los grilletes de la religión... La gente religiosa que se dedica a la investigación mantiene la boca cerrada en el ambiente universitario. Pero la no religiosa discrimina a los creyentes. En los rangos más altos existe un sistema de recompensas para los antirreligiosos50.

Otra faceta de esa lucha sistemática promovida contra el pensamiento religioso es el uso de lemas antitéticos, como ser, "la religión se opone a la ciencia" o "la ciencia debe ser materialista". Veamos ahora porqué estamos ante posturas ilógicas e insostenibles.

La Reacción de la Iglesia Medieval en Contra de los Científicos

Los círculos ateos generalmente usan como un arma para atacar a la religión las prácticas erráticas y retrógradas de la Iglesia Medieval. Dicen que ésta retardó el progreso de Europa y la llevó a una miseria aguda. En esa afirmación está implícito el esfuerzo artero por asociar una institución en particular con la religión en general y por hacer creer que "si la religión prevalece nos veremos sepultados en el oscurantismo de la Edad Media". Pero lo real es que la religión auténtica nunca se expresa en las prácticas u orden retrógrado de las jerarquías de cualquier confesión.

medieval inquisition

La Iglesia Católica adoptó ciertas prácticas contradictorias al abandonar la revelación traída por el Profeta Jesús. Incluso científicos como Galileo sufrieron la dura oposición de la Iglesia. Esta ilustración
retrata el proceso contra Galileo durante la Inquisición.

Si el caso es que la Iglesia Católica, gobernada por un clero que servía a los intereses de unos pocos, adoptó algunas prácticas contrarias a la religión debido a que abandonó la revelación auténtica proclamada por el Profeta Jesús, es indudable que la ciencia habrá sufrido un gran daño al verse divorciada de la fuente divina. Pero se tratará de un caso particular, es decir, no atribuible a la religión per se. Por ejemplo, el Islam no se basa en la superstición de un clero sino solamente en la Palabra de Dios expresada en el Corán, aunque haya musulmanes supersticiosos.

Un ejemplo interesante que evidencia que la intolerancia no tiene nada que ver con la fe, es que científicos como Galileo, presionados o amedrentados por alguna institución, eran personas devotas que no renunciaban para nada a su fe religiosa. (En la segunda parte de este libro veremos con más detalles la creencia de ciertos científicos). Es decir, la presión de las jerarquías religiosas no es consecuencia de la fe sino, en todo caso, de la distorsión de la religión.

La Crítica Basada en la Torá y en el Evangelio

Una serie de materialistas, interesados en presentar a la religión y a la ciencia como enemigas, no sólo citan ejemplos de las prácticas de la Iglesia Católica, sino también pasajes específicos de la Torá y del Evangelio para demostrar cómo contradicen los descubrimientos científicos. No obstante, hay una realidad a la que desprecian o pretenden ignorarla: ambos textos deben sus contradicciones a que están alterados debido a que incluyen muchas supersticiones de los humanos. Por consiguiente, no se los puede tomar como fuentes de referencia básica respecto a una serie de cuestiones.

Pero el Corán, otra revelación de Dios, no ha sido alterado ni siquiera en una sola letra, motivo por el cual no hay ningún error o contradicción en él. Todos los hechos que el Corán anuncia corren paralelos con los descubrimientos científicos. Además, muchos datos producto de las investigaciones y desentrañados en nuestros días, ya estaban hace 1400 años en el Libro de los musulmanes. Esto se puede considerar un milagro, una prueba definida de que el Corán es la palabra de Dios. (En los próximos capítulos describiremos algunos de los descubrimientos científicos a los que el Corán ya se había referido).

Al ser los materialistas conscientes de esto y no poder citar algún versículo coránico como ejemplificación de sus críticas, se valen sólo de la Torá y el Evangelio para dar rienda suelta a sus posiciones antirreligiosas.

La Demanda de que "La Ciencia Debe Ser Materialista"

Otro elemento de propaganda usado por ciertos círculos de la ciencia es algo repetido hasta el cansancio: "como la investigación científica se ocupa sólo de la materia, debe ser materialista".

Pero lo dicho no se trata más que de un juego de palabras, cosa que cualquiera que medite un poco lo percibirá. Es verdad que los estudios científicos se ocupan sólo de la materia, pero esto no implica que los involucrados en ella sean necesariamente materialistas. "Estudiar la materia" y "ser materialista" son cosas muy distintas.

cave

Si al entrar a una caverna vemos en sus paredes pinturas o grabados magníficos, supondremos que "algún ser inteligente estuvo allí antes que nosotros y evidentemente realizó ese trabajo". Quizás no lo conozcamos nunca pero reconoceremos su existencia por sus obras.

Cuando estudiamos la materia concluimos que involucra un diseño en base a un conocimiento demasiado grande como para ser "autogenerada". Podemos apreciar que ese conocimiento y diseño corresponden a un agente inteligente, aunque no lo podamos ver. Por ejemplo, consideremos una caverna a la que llegamos y no sabemos si alguien la visitó antes. Si en sus paredes encontramos pinturas o grabados magníficos, supondremos que efectivamente algún ser inteligente pasó por allí. Quizás no lo conozcamos nunca pero reconocemos su existencia por sus obras.

La ciencia debería estudiar la naturaleza con el mismo criterio y descubrir que tiene un orden que por ningún medio puede ser explicado con las premisas materialistas. Es decir, debe reconocer que el diseño que observa sólo puede ser obra de una Sabiduría especial. En otras palabras, el mundo material rebosa de signos que evidencian el poder y autoridad creadora de Dios.

La Actitud Fanática y Dogmática de los Materialistas

Quien adhiere a un determinado punto de vista tiene la libertad de querer verificarlo por la prueba científica y en consecuencia realizar la investigación del caso. Por ejemplo, alguien puede proclamar que el mundo es plano y llevar a cabo investigaciones para respaldar su afirmación. Lo importante es cómo justiprecia los datos científicos acumulados. Seguramente no encontrará evidencia alguna que le pruebe que la Tierra es plana. Por el contrario, hallará muchas que le indicarán que es redondeada. Lo que debe hacer entonces es admitir sin prejuicio lo comprobado y descartar la creencia equivocada.

Lo dicho es aplicable al materialismo. La ciencia ha comprobado que la materia no tiene una existencia eterna sino que tuvo un comienzo. También ha comprobado que en la naturaleza hay un diseño pasmoso. Por consiguiente, los científicos materialistas que la estudian, que ven que sus teorías no son aplicables y que la verdad es justamente lo opuesto a lo que sostienen, deberían reconocerlo.

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Robert Shapiro

Pero con lo que nos encontramos, desgraciadamente, es con personas con una devoción ciega al materialismo e increíblemente tenaces en la defensa de sus creencias. Así se exhibe en sus manifestaciones el genetista, materialista y evolucionista Richard Lewotin de la Universidad de Harvard:

No es que los métodos e instituciones científicas nos obligan de alguna manera a aceptar una explicación materialista del mundo fenomenal, sino que, por el contrario, estamos forzados por nuestra adhesión a priori a la causa materialista a crear un aparato de investigación y un conjunto de conceptos que produzcan explicaciones materialistas, sin importar lo desconcertante, lo contrario al conocimiento (que resulte) para el no iniciado. Además, el materialismo es absoluto, por lo que no podemos permitir en el umbral un Pie Divino51.

Lewotin describe con un realismo total la disposición mental de los materialistas. Reconoce que antes que nada adhieren a la ideología materialista y después buscan evidencias que la respalden. Es decir, el materialismo no es una conclusión a la que llegaron a través de la investigación científica, sino un prejuicio que le imponen a la ciencia.

La misma concepción aparece en las palabras de otro conocido evolucionista. En Guía de Un Escéptico Respecto de la Creación de la Vida en la Tierra, Robert Shapiro expresa su compromiso con la teoría de la evolución:

Llegará el día en que todos los experimentos químicos razonables y dirigidos a descubrir un origen probable para la vida habrán fracasado de modo inequívoco. Podrá presentarse posteriormente nueva evidencia geológica que indique la aparición de la vida en la Tierra de manera sorpresiva. Por último, seguramente no encontraremos ningún rastro de vida o proceso que conduzca a la misma en ninguna parte del universo. En este caso, algunos científicos podrán elegir si se vuelven a la religión en búsqueda de respuesta. Sin embargo, otro grupo en donde me incluyo, tratará de sostener las aún poco probables explicaciones científicas con la esperanza de seleccionar la más creíble52.

Lo que en realidad quiere decir Shapiro con "explicaciones científicas" es "explicaciones materialistas". La devoción ciega al materialismo ha conducido a Shapiro y a otros miles como él, a adherir a una incredulidad fanática. Lo que en verdad dice gente así es: "no creeremos en Dios, independientemente de las evidencias de su existencia que se nos presenten".

Pero esta enfermedad no es peculiar sólo de los materialistas. Dios revela en el Corán algo importante acerca de la gente que ha decidido permanecer atea. Por ejemplo, los egipcios demostraron la misma predisposición que los materialistas de hoy cuando dijeron al Profeta Moisés "no creeremos por más signos que nos presentes para embrujarnos", después que éste exhibió una serie de milagros. Dios se refiere a gente así:

Hay entre ellos quienes te escuchan, pero hemos velado sus corazones y endurecido sus oídos para que no lo entiendan (es decir, que no entiendan el Corán los infieles). Aunque vieran toda clase de signos, no creerían en ellos. Hasta el punto de que, cuando vienen a disputar contigo, dicen los que no creen: Estas no son sino patrañas de los antiguos" (Corán, 6:25)

Han jurado (los infieles) solemnemente por Dios que si les viene un signo (milagroso) creerán, ciertamente, en él (es decir, en ese signo). Di: "Sólo Dios dispone de los signos (es decir, Moisés le señala que no es cuestión de él obrar signos)". Y, ¿qué es lo que os hace prever que, si ocurre (ese signo), vayan a creer? (Corán, 6:109).

owl, great design

Cada existencia fue creada por Dios con una armonía y un diseño perfecto.
Quien use la razón y siga lo que le dicta su conciencia, llegará a entender y
honrar el poder y conocimiento eternos de Dios al examinar las plumas de
un búho u observar su espléndido vuelo nocturno.

NOTAS

44 Al-Kulayni, Usul al-Kafi, i, kitab fadl al-'ilm, bab thawab al-'alim wa al-muta'allim, hadith 1

45 Tirmidhi, 222

46 Tirmidhi, 2487, Ahmad e Ibn Majah, narrado por Umm Salamah

47 Michael Baigent, Richard Leigh, Henry Lincoln, The Messianic Legacy, Gorgi Books, London, 1991, pp.177-178

48 Michael Denton, Nature's Destiny: How the Laws of Biology Reveal Purpose in the Universe, The New York: The Free Press, 1998, p. 389

49 Michael J.Behe, Darwin's Black Box, New York: Free Press, 1996, p. 239

50 Edward J. Larson y Larry Witham, Scientists and Religion in America, "Scientific American", Septiembre de 1999, p. 81

51 Richard Lewontin, The Demon-Haunted World, The New York Review of Books, 9 de Enero de 1997, p. 28

52 Michael J.Behe, Darwin's Black Box, New York: Free Press, 1996, p. 234

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Descargas
  • Introduccion
  • Libro uno: La religion alienta a la ciencia
  • La religion ayuda a que la ciencia se encamine de manera correcta
  • Existe una concordancia permanente entre la religion y la ciencia
  • A modo de milagro el Coran comunica realidades que la ciencia descubrio con posterioridad (1)
  • A modo de milagro el Coran comunica realidades que la ciencia descubrio con posterioridad (2)
  • Libro dos 1: Los cientificos religiosos
  • Libro dos 2: Cientificos contemporaneos creyentes en Dios
  • Conclusion