La religión es la fuente primaria para proveer al ser humano del conocimiento más preciso acerca de la creación del universo en general y de la vida en particular. Cuando decimos "religión" nos referimos al "Corán", pues lo consideramos la verdadera fuente de información. Los libros sagrados de otras religiones han sido alterados y ya no pueden ser considerados Libros Divinos.
El Corán, en cambio, es definidamente la palabra de Dios y no contiene ninguna contradicción. Es el libro que Dios envió a sus siervos como guía. Al decir, Somos Nosotros Quienes hemos revelado la Amonestación y somos Nosotros sus custodios. Antes de ti, mandamos a otros enviados... (Corán, 15:9-10), Dios comunica que el Corán es la última revelación y que está bajo Su protección. Por consiguiente, la ciencia avanzará con presteza sólo si es guiada por el Corán, aceptando sus revelaciones. Solamente así la ciencia se pondrá en el sendero de Dios. En cambio, cuando se adopta un camino opuesto al de la religión, los científicos pierden tiempo y recursos e impiden el progreso de la ciencia.
Como en todo lo que exige esfuerzos, el camino que se debe seguir en el campo científico es, ciertamente, el que Dios ordenó en el Corán, como El mismo lo pregona: "Este Corán dirige a lo que es más recto" (Corán, 17:9).
Dijeron: "¡Gloria a Ti! No sabemos más que lo que Tú nos has enseñado.Tú eres, ciertamente, el Omnisciente, el Sabio" (Corán, 2:32)