¿Por Qué El Hecho De Que La Tierra Tenga Cuatro Mil Millones De Años No Respalda La Teoría De La Evolución?

Los evolucionistas basan sus teorías en efectos naturales y casualidades. Uno de los conceptos que más utilizan en sus digresiones es el de “un tiempo considerable”. Por ejemplo, el científico alemán Ernst Haeckel, que apoyaba a Darwin, defendía que una célula viva se podía originar a partir de barro ordinario. Cuando en el SXX se tomó conciencia de la complejidad de la célula viviente, quedó clara la absurdidad de esta idea, pero los evolucionistas continuaron enmascarando la verdad con su concepto de “un tiempo considerable”.

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Hay serias dudas acerca de la capacidad de razón y el juicio de los evolucionistas, ya que creen que una célula viva, que no puede ser sintetizada ni siquiera en los laboratorios más modernos con la tecnología más sofisticada, pudo aparecer en condiciones naturales primitivas y descontroladas.

 

1. centriolo
2. citoplasma
3. mitocondrios
4. microtúbulos
5. núcleo
6. retículo endoplásmico
7. aparato de Golgi
8. lisosoma
9. vacuolo

Al hacerlo, intentan escaquearse de un problema hundiéndose en un dilema en lugar de responder a la pregunta de cómo pudo originarse por casualidad la vida. Crean la  sensación de que un periodo muy largo de tiempo es suficiente para la aparición de la vida y de un aumento en la variedad de la vida, y así el tiempo siempre les resulta beneficial.  Por ejemplo, el profesor Yaman Örs, evolucionista turco, dijo: “Para poner a prueba la teoría de la evolución, poned en agua la mezcla apropiada, esperad varios millones de años y veréis que aparecen algunas células”.52

Louis Pasteur
 

Louis Pasteur

Esta idea es completamente ilógica. No hay ninguna prueba que sugiera que algo así podría ocurrir. La idea de que la materia animada puede emerger de la inanimada no es más que una superstición que se remonta a la Edad Media. En aquel tiempo, la gente asumía que la aparición repentina de algunos seres vivos era el resultado de “generación espontánea”. De acuerdo con esta creencia, la gente consideraba que los gansos emergían de los árboles, los corderos de las sandías, e incluso que los renacuajos surgían de los charcos de agua que se formaban en las nubes y que caían a la Tierra en forma de lluvia. En el SXVII la gente empezó a creer que si se juntaban trigo y un trapo sucio nacían ratones, y que las moscas se formaban al mezclar moscas muertas con miel.

Sin embargo, el científico italiano Francesco Redi demostró que los ratones no se forman en trigo y trapos, ni las moscas en una mezcla de moscas muertas y miel. Estos seres vivos no se originaban a partir de esas substancias inertes, sino que las utilizaban como vehículos. Por ejemplo, una mosca viva pone los huevos en una mosca muerta, y un tiempo después aparecen más moscas. En otras palabras, la vida emergió de la vida, no de la materia inerte. En el SXIX el científico francés Louis Pasteur demostró que los gérmenes tampoco venían de la materia inanimada. Esta ley, que “la vida sólo viene de la vida” es una de las bases de la biología moderna.

El hecho de que la gente tuviera las curiosas creencias que hemos comentado más arriba se puede excusar, si tenemos en cuenta las condiciones del momento, en la falta de conocimientos de los científicos del SXVII. Pero hoy en día, en un momento en que la ciencia y la tecnología han progresado tanto y en que se ha demostrado empíricamente y por observación que la vida no puede haber emergido a partir de materia inerte, es realmente sorprendente que haya evolucionistas como Yaman Örs que todavía defiendan estas ideas. Los científicos modernos han demostrado muchas veces que es imposible que algo así ocurriera.  Han llevado a cabo experimentos controlados en los laboratorios más modernos reproduciendo las condiciones del momento en que la vida emergió por primera vez, pero siempre en vano.

Cuando se mezclan átomos de fósforo, potasio, magnesio, oxígeno, hierro y carbono (todos ellos esenciales para la vida) no aparece nada aparte de una masa de materia inanimada.  Aún así, los evolucionistas sugieren que un cúmulo de átomos se j untaron y se organizaron a lo largo del tiempo en las proporciones ideales y en el lugar y momento adecuados, y con todos los vínculos necesarios entre ellos. Además, pretenden que humanos capaces de ver, oír, hablar, sentir, reír, regocijarse, sufrir, sentir dolor y alegría, amar, tener compasión, percibir ritmos musicales, disfrutar de la comida, fundar civilizaciones y llevar a cabo experimentos científicos pudieron surgir como resultado de la organización perfecta de estos átomos y del hecho de que los átomos pudieran seguir este proceso sin interrupciones.

Sin embargo, está claro que incluso si se cumplen todas las condiciones que los evolucionistas necesitan y se espera millones de años, un experimento así está destinado al fracaso.

Los evolucionistas intentan esconder este hecho con explicaciones engañosas como que »todo es posible con suficiente tiempo«. La falta de validez de esta teoría, que se basa en la introducción en la ciencia de un elemento de engaño, también es obvia. Lo veremos claramente si analizamos este tema desde varios puntos de vista. Para poner un ejemplo sencillo, analicemos cuándo es útil y cuándo dañino el paso del tiempo. Imaginad un barco de madera en la orilla, y un capitán que, al principio, mantiene el barco, lo repara, lo limpia y lo pinta. Mientras el capitán tenga interés en el barco, este será más y más atractivo, seguro y bien cuidado.

Entonces imaginémonos que el barco es abandonado. Ahora los efectos del sol, la lluvia, el viento, la arena y las tormentas provocarán que el barco se estropee y se vuelva viejo, incluso inutilizable.

La única diferencia entre estos dos escenarios es que en el primero hay una intervención inteligente, sabia y poderosa. El paso del tiempo sólo puede ser beneficioso cuando está controlado por una fuerza inteligente. Si no lo está, el tiempo tiene efectos destructivos, no constructivos. De hecho, esto es una ley científica: la ley de la entropía, conocida como “Segunda Ley de la Termodinámica”, indica que todos los sistemas del universo tenderán directamente al desorden y a la dispersión, y que decaerán si se abandonan a las condiciones naturales.

Este hecho demuestra que la larga vida de la tierra es un factor que destruye el conocimiento y el orden y que incrementa el caos, exactamente lo opuesto de lo que defienden los evolucionistas. La aparición de un sistema ordenado basado en el conocimiento sólo puede ser el producto de una intervención inteligente.

 

No es posible que un coche abandonado en condiciones naturales se convierta en un modelo más moderno con el paso del tiempo. Al contrario: la carrocería se oxidará, la pintura caerá, las ventanas se romperán, y pronto será un montón de chatarra. El mismo proceso inevitable ocurre aún más deprisa en las moléculas orgánicas y los seres vivos.

Cuando los defensores de la evolución explican el cuento de hadas de la transformación de una especie en otra, utilizan la excusa de que ocurrió “a lo largo de mucho tiempo”. Así, proponen que en el pasado ocurrieron cosas de una forma que experimentos y observaciones nunca han podido confirmar. Sin embargo, en el mundo y en el universo todo ocurre de acuerdo a unas leyes fijas. Estas leyes no cambian con el tiempo. Por ejemplo, los objetos caen hacia la Tierra debido a la fuerza de gravedad. Por mucho tiempo que pase no se pondrán a caer hacia arriba, ni siquiera si pasan trillones de años. Los hijos de los lagartos siempre son lagartos. Esto ocurre porque la información genética que se transmite es la de un lagarto, y es imposible que se le añada información suplementaria por causas naturales. La información puede disminuir y hasta decaer, pero es imposible que se le añada algo. Esto, a su vez, se explica porque añadir información a un sistema requiere intervención y control externos, sabios e inteligentes. La naturaleza por sí misma no posee estas cualidades.

Las repeticiones que ocurren a lo largo del tiempo y el hecho de que ocurran a menudo no cambian nada. Incluso si esperamos durante trillones de años nunca saldrá un pájaro del huevo de una lagartija. Puede salir una lagartija más larga o más corta, más fuerte o más débil, pero siempre será una lagartija. Nunca aparecerá una especie distinta. El concepto de “mucho tiempo” es un engaño diseñado para que este tema quede fuera del dominio del experimento y la observación. Que pasen 4 , 40 o 400 mil millones de años no representa ninguna diferencia, porque no hay ninguna ley ni tendencia natural que pueda hacer que los hechos imposibles de la teoría de la evolución se conviertan en posibles.

 

NOTAS

52. Evrim Kurami Konferansi (Conference on the Theory of Evolution), Istanbul Universitesi Fen Fakultesi (University of Istanbul, Faculty of Economics), 3 de junio, 1998

 

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